Desde los albores de la humanidad esta tienda ha estado vendiendo ropa a todos los que se han acercado a sus puertas. Lo malo es que su ropa es así de «clásica». Es un local en el que entras y no sabes donde está la ropa o que es lo que quieres llevarte porque ves ropa por todos sitios. Los escaparates tampoco ayudan mucho ya que la ropa que nos enseñan no te dice nada porque está igual de mezclada: ropa de bebe con un impermeable de señora, o un jersey con un paraguas. Si te gusta la ropa clásica, la ropa de toda la vida típica de las tiendas de barrio, sin duda aquí encontrarás auténticos tesoros textiles. Los precios son un poco más altos que en las grandes superficies comerciales, pero cuando llevan tanto tiempo allí es que merecerá la pena pagar la diferencia.