Puerta de Jerez

Hacía mucho tiempo que no pasaba por aquí, recordaba la zona mucho más ruidosa por los coches, con mucho más ajetreo de gente y con menos vegetación. Ha sido una grata sorpresa encontrar todo lo contrario. Tal vez haya sido porque esta vez he pasado por aquí en domingo.

¿Puerta? ¿Plaza? ¿Fuente? Qué mas da. Eso es lo menos, la verdad. Lo importante es que es uno de los puntos neurálgicos de la ciudad. La Puerta del Sol sevillana, el Picadilly Circus hispalense o el Times Square de la capital andaluza. Mil y una veces fotografiada. Zona de encuentro y de descanso para transeúntes y viandantes. Es la conocida Puerta de Jerez.
Para mí personalmente tiene marcado un sentimiento especial. El que me inspiran dos colores, el rojo y el blanco. Y es que este lugar es el preferido por la afición del Sevilla FC para celebrar sus títulos, que por suerte en los últimos años han sido bastantes.
Su situación y entorno le otorgan aún mayor caché. Franquea el paso a la Avenida de la Constitución, una de las arterias principales por las que fluye el día a día de la ciudad de la luz. Sí, esta plaza es luminosa como pocas. Es bastante frecuente observar a gente haciendo skate o patinando, leyendo un libro, el periódico o interpretando un mapa, reposando un delicioso helado o simplemente contemplando las vistas. Su figura central es la fuente de Sevilla o de Hispalis. Mira con orgullo su gran obra de arte. Numerosos edificios históricos la rodean. Como el Hotel Alfonso XIII, uno de los más lujosos de España. También hay espacio para los coquetos jardines de la Reina Cristina.
Recuerdo cuando era bastante más pequeñito que el tráfico rodado invadía toda la plaza. Por fortuna, una gran remodelación sentenció a los coches dándole la razón a medios más ecológicos como los pies o la bicicleta. Así, se ha convertido en un lugar bellísimo. Con los monumentos limpios de polución, la Puerta de Jerez es el sitio perfecto para comenzar a disfrutar del centro de Sevilla.
Ains que te como, te como. ¡Ains que te voy a comer! Y encima de guapa, eres sevillista.

Enclave sevillano emblemático donde los haya. Como la mayoría habrá adivinado, Puerta de Jerez recibe el nombre del acceso de la antigua muralla que rodeaba Sevilla, por el que se tomaba el camino hacia Jerez de la Frontera. Un lugar con mucha historia y muchos cambios a lo largo del tiempo. Durante la inestable historia de España, según mandaban unos u otros le iban cambiando el nombre a la plaza. También, de manera relativamente reciente, se ha peatonalizó la zona. Algo lógico si consideramos este sitio uno de los principales accesos al casco histórico y la creciente preocupación por nuestro matrimonio arquitectónico.
Para suplir las deficiencias que había a la hora de llegar, habiendo quitado el transporte público y privado, lo han transformado en una auténtica encrucijada de accesos, entre el tranvía, el metro, el carril bici con sus consiguientes aparcabicis y estaciones de Sevici. Todo un acierto.
Algunos de los sitios más importantes a los que aloja o conecta son el hotel Alfonso XIII (supongo que el mejor de la ciudad), la Torre del Oro, la Catedral, el río… también tiene la estatua-​fuente, que hace las veces se Cibeles Sevillista. De hecho, para ser una aficionada modelo, una vez perdió la cabeza por el fútbol.
La peatonalización de Puerta Jerez ha conllevado que pongan suelos lisos y esto ha gustado y ha atraído a skaters y a todas sus variantes cuyo nombre desconozco. Es curioso porque nunca he venido aquí sin que haya un grupo de esta gente practicando y pasándoselo bien con su afición.
Respecto a los comercios, alguno hay, pero no muchos. Es más bien una plaza pública en la que quedar con otras personas o relajarse en un banco. Sin embargo, tiene un Starbucks y algún que otro bar o heladería. También tiene una fuente de agua potable, que en verano es muy importante.

La «Puerta Jerez» es uno de los puntos más activos de toda la ciudad. Aquí se dan desde frecuentes celebraciones deportivas del Sevilla FC hasta exposiciones y desfiles.
En esta plaza, que se llama así por ser donde estaba la antigua Puerta de Jerez de la muralla que rodeaba la ciudad (y que todavía se puede ver en algunos lugares como el cercano edificio antiguo de Previsión Española de Moneo), es lugar de paso de miles de personas cada día, pues está en el acceso más privilegiado de la ciudad, al inicio de la avenida de la Constitución, dando paso al Archivo de Indias, la Catedral y el Ayuntamiento.
Recuerdo cuando la plaza era de tráfico rodado y estaba toda la fuente negra debido a la polución de los coches. Afortunadamente, desde hace ya bastantes años es una zona peatonal preciosa por donde únicamente transcurren bicicletas y el tranvía eléctrico, por lo que da gusto pasar por ahí y no escuchar ni un motor de coche.
Muchos cambios y muchos recuerdos en esta plaza, donde desde pequeñito venía de camino al parque de María Luisa, donde posteriormente quedaba con amigos para salir por la noche o, simplemente, me ha apetecido sentarme y disfrutar del sol un día de invierno.

Para mí la Puerta de Jerez es la entrada al centro de la ciudad. Punto neurálgico y de concentración de turistas. Cafeterías, bares y restaurantes para ellos se aglutinan en las principales arterias que conducen a esta plaza. Sin duda hay un antes y un después desde que se cortó el tráfico en la Avenida Constitución, pero sigue siendo un lugar interesante para visitar.

Uno de los lugares más emblemáticos de Sevilla, y visita obligada para cualquier turista de paso en la ciudad. La Puerta de Jerez recibe este nombre del antiguo portón de las murallas que daba acceso al camino hacia Jerez de la Frontera, y que fue derribado a mediados del siglo XIX.
Desde 1929, con motivo de la Exposición Iberoamericana que se celebró ese año en Sevilla, la Puerta de Jerez alberga en el centro de su plaza la Fuente de Híspalis: una composición alegórica que representa a la ciudad a través de diversos símbolos.
Muy cerca de la Puerta de Jerez se sitúan algunos de los edificios y espacios más emblemáticos de Sevilla: la antigua Fábrica de Tabacos (hoy Rectorado de la Universidad de Sevilla), el Hotel Alfonso XIII, el Palacio de San Telmo, los Jardines de Cristina, el Archivo de Indias, la Catedral, el Real Alcázar…
Esta plaza es además una de las zonas con más vida de la ciudad, al ser un lugar muy transitado de camino hacia el casco histórico, tener una parada de metro en sus inmediaciones y reunir a su alrededor cafeterías, bares y restaurantes. Incluso, para el turista que desee dar un paseo en coche de caballos, encontrará aquí cerca la oportunidad de hacerlo, ya que muchos de ellos paran en la zona.

Me encanta la historia, y afortunadamente en Sevilla tenemos mucho de eso. Me encanta saber cosas de como era mi ciudad hace siglos, y de como sentirme un granito de arena en la historia.
Me gusta mucho pasear por Sevilla e ir viendo los edificios, las plazas, los árboles centenarios y las aceras empedradas (las pocas que van quedando).
Como ya sabrás (y si no te lo cuento yo ahora mismito) Sevilla estuvo amurallada, como la mayoría de ciudades en la Edad Media, teniendo varias puertas de acceso a la ciudad.
Aquí estaba ubicada la puerta que le da nombre a la Plaza, y desde la cual llegaba la gente proveniente de Cádiz. La plaza como tal no lo fue hasta el siglo XIX, pero hoy en día se ha convertido en un gran espacio para pasear (ya que es peatonal), donde sentarse a leer (cosa que me encanta en primavera), o un buen lugar en el que ver algunas de las procesiones que pasan por allí en Semana Santa.
Hasta hace muy poco, tan solo había una gran fuente, pero desde hace unos meses también hay otra como monumento a la Generación del 27.
Si estás muy cansado de pasear por el centro y de hacer turismo, acercate a esta plaza (que parece estar en el centro de la zona más turística), sientate a descansar, y mira como los sevillanitos de a pie vamos paseando embelesados por todo el legado monumental que nos han ido dejando nuestros antepasados.