Ni es bonito, ni tiene variedad, ni es especialmente barato. Yo le tengo cariño porque cuando empecé a ir organizaban allí recitales de poesía, en esa tarima pequeña de la esquina. Eran los chicos de El Cangrejo Pistolero, que más tarde se mudaron a El Perro Andaluz y que quizás os suenen. Allí escuché recitar a María Eloy García o a Carmen Camacho, que me hicieron interesarme por la poesía contemporánea. Cuando ellos se fueron el local dejó de tener interés y no volví a entrar. Entiendo que a alguien que no le tenga nostalgia como yo pueda no resultarle interesante. Hace un tiempo le cambiaron el cartel por algo más cool, tipo pin-up, pero el kitsch interior está lejos de ser un kitsch-cool.
Iram Amor M.
Classificação do local: 3 Madrid
El Platea es un refugio para tomarte la última copa. Por alguna razón, cuando aparece la policía para cerrar los bares, siempre empieza por la zona del Central y el Habanilla, así que El Platea es el último de la ruta. Un sitio ideal para tomarte también un café y un trozo de tarta por la tarde. De vez en cuando organizan recitales de poesía. Ahora algunos viernes hay charlas y debates filosóficos que se llaman Café con Kant. En primavera y verano es muy agradable el olor de las plantas del patio. Recuerdo que una vez uno de los camareros estaba empeñado en ligarse a una chica de mi clase, aquella noche el chaval estuvo más preocupado de llamar su atención que de cobrar las copas. Al final el chico se comió los mocos y nosotros(que éramos más de 10 personas) disfrutamos de la barra libre. :D
Desiree R.
Classificação do local: 4 Sevilla
Este es uno de los sitios que más recuerdos me traen por todas las horas que he pasado allí. Su decoración kitsch no pasa inadvertida y es lo que le da encanto al lugar. Puedes ir a media tarde a tomarte un café o un té(a veces de todos los que tienen solo les«queda» sota, caballo y rey) y sentarte en la terracita a charlar tranquilamente, o puedes elegir entre ir por la noche a tomarte allí unas copas. El dueño suele aparecer por allí bastante a menudo, pero no te extrañes si cada vez que vas hay un camarero nuevo.