Bulebar Café

En general, El Bulebar, es un sitio tranquilo para tomar un café o una copa. A veces se organizan eventos interesantes por lo que recomiendo preguntar por la agenda del mes y ver si te interesa alguna de las actividades.
Sin embargo, el último evento al que fui estuvo un poco colapsado porque el sitio no es muy grande y apenas podía ver el escenario. Cuando está a tope es un poco agobiante, pero siempre puedes quedarte tranquilamente en la terraza a tomar algo.

El Bulebar es uno de los clásicos de la Alameda que se resisten a perecer ante la invasión de sitios clónicos como los 100 Papelones Provenzales con Cubo de cerveza y similares negocios low-​cost (y low-​quality). Aquí podemos tomar un café tranquilos, una copita y charlar un un rato con nuestros amigos sin tener que soportar demasiados bullicios y agobios.
El local no es demasiado grande, pero cuenta con un interior muy agradable y una terraza estupenda, que hace las delicias de fumadores o calurosos como yo, que solemos preferir aire libre. Los encargados del local lo tienen muy bien apañado y además disponen de WiFi gratis.
Cada quince días organizan charlas científicas y divulgativas de acceso gratuito, lo cual es al menos una de las cuatro estrellas que les doy, pues es tremendamente importante difundir la palabra de nuestros científicos y no la de nuestros dioses.

El Bulebar, para mí, es un sitio al que voy cuando me quiero tomar una copa tranquilamente en la Alameda, vamos nada de relío, algo sin prisas y tranquilo.
Tampoco creo que resalte entre los muchos bares que hay en la Alameda pero me gusta. El precio de las copas es altito. A favor, tienen alguna cerveza internacional difícil de encontrar por esos lares como la Negra Modelo mexícana.

Bar de copas en plena Alameda.
Ambiente tranquilo en el interior del local donde te puedes tomar una copa cómodamente en un sofá.
Además tiene una terraza en la parte delantera del local, las personas fumadoras pueden estar allí tranquilamente sin la necesidad de moverse para fumar.
La calidad de las copas es buena, nada de querer morir al día siguiente.

Me han concedido la oportunidad de poder escribir la tercera reseña del Bulebar Café, y ahí voy!!!
Simplemente, y además de todo lo que han dicho Felipe, Lucía e Iñigo, quería añadir, y hacer hincapié en los desayunos en esta terraza.
Es desde hace poco que empezaron a servirlos. Y han estrenado mejor que bien. Es difícil empezar algo nuevo en la Alameda, debido a la variedad y calidad. Ellos lo tenían claro: debían hacer algo diferente. Apostaron por tostadas exóticas, además de las tradicionales. En resultado: han montado una carta de miedo.
El pan: mollete antequerano, los precios baratísimos. Tostadas de tomate y aguacate, rulo de cabra y jamón de york (por cierto, del bueno), roquefort y queso fresco (está me la saqué yo de la manga, y si quieres te la hacen), carne mechada casera…
Los precios están tirados, y espero que no sea en plan «oferta de lanzamiento «(lo cierto es que ya llevan unos meses), y que cuando afiancen clientela lo suban (decidme que esto no está feo!!!).
Puedes desayunar hasta las 14 (un filón), porque ¿cuántos días te despiertas a las 12 y ya no te ponen tostadas en casi ningún lado?. Pero además puedes hacer el típico brunch, de revuelto y bacon (éste hasta las 16).
Y todo esto en la que quizás, y a mi juicio, es la terraza más bonita de todo la Alameda (más enredaderas y menos policías).

Me gusta este sitio, pero me gustaba más antes, con su mobiliario de tipo teatral, grandes espejos y butacones tapizados con telas divertidas. El repetido lavado de cara que ha sufrido la zona lo ha transformado, en apariencia, en un lugar aséptico, que no invita para nada a entrar. ¿Desde cuando el blanco es un color acogedor?!
Menos mal que conocemos a sus propietarias, que el bar tiene recorrido y que la terraza sigue igual, porque me parece que el interior lo han estropeado.

El bulebar a lo tonto a lo tonto ya tiene sus añitos, cuando lo abrieron lo recuerdo como el mas moderno de Sevilla, moderno por sus muebles y sofas antiguos, acostumbrado a las mesas y sillas de plastico este bar ofrecia butacones, sofas, chez-​longs, espejos… lo nunca visto antes.
Era el unico local ademas de el corte ingles que tenia tartas, pues claro, todos al bulebar.
Ahora con el paso del tiempo y pese a haber cambiado de estetica varias veces, tiene un toque añejo.
Lo mejor es su terraza, no muy amplia pero muy comoda, buenos precios y unas vistas estupendas desde el centro de la alameda.

El Bulebar es otro de los clásicos de la Alameda. Esa terracita con tantas plantas invitan a echar la tarde y arreglar el mundo con tus amigos.
Otro de los sitios que sin tener una carta especial, no la necesita, unicamente con su ubicación y su invitación perpetua a la tranquilidad tiene muchos adeptos.
El interior es alargado en forma de L .El café está bastante bueno y ultimamente dan desayunos