Naima

Un sitio magnífico para los amantes del Jazz, al menos teniendo en cuenta que nos encontramos en Sevilla, con música en directo todos los días de la semana a las 21:00 y con amplia variedad de cervezas y bebidas a buen precio.
El local no es amplio, con apenas unas mesas, y suele tener bastante gente. La cercanía con los grupos es un punto a destacar.
Si os gusta el JAZZ no dejéis de visitarlo.

El Jazz invade un pequeño espacio que hace de esquina al principio de la calle Trajano de Sevilla. Decorado a la perfección con grandes carteles y míticas fotografias de los grandes maestros del jazz. A partir de las 21:00 y hasta las 00:00 de la noche, se convierte en un escenario que embrujan los oídos de los que allí se congregan cada semana con la mejor de las músicas en directo. Si a esto lo acompaña con un buen vino o una cerveza, la noche en el «Naima café jazz» será perfecta.

Un bar en Sevilla donde puedes encontrar 3 cosas que parecen fáciles y normales y no lo son:
Buen café: es de lo mejor que te puedes encontrar en el zona de la Alameda.
No garrafón: este sitio es seguro para tomarte una copa.
Buena música: es su seña de identidad.
De vez en cuando tienen actuaciones en directo (normalmente de muy buena calidad) y no se cabe en el local, pero lo normal es que sea un sitio tranquilo donde disfrutar de buena música. Tienen un par de meses en la calle, pero estan demasiado en medio de tráfico y el tránsito de peatones.

Voy al Naima cuando quiero estar un rato tranquilo, tomar un café o una copa, y escuchar buena música. Sin prisas, sin barullo y con un ambiente distendido y familiar.
Otro de esos bares que solo encuentras en la Alameda. Otro de esos sitios de la Sevilla diferente que hay que buscar más a menudo.

¿No te pasa a veces que toda la comida te sabe igual? Igual peligro puedes correr si eres un asiduo de los locales sevillanos donde, además de copas, buscas algo de música. Y no pongo música con mayúsculas porque, para gustos, colores.
Pues si tienes esa sensación y te gusta el jazz, quizá te apetezca probar un poco de Café Jazz Naima. No te voy a decir que lo hagas porque es de los poquísimos sitios de sevilla donde puedes oír algo de blues o de jazz, como decimos, sino porque se hace con mucho agrado y sin elitismos que puedan hacer retorcerse a los que no llevan gafas de pasta y se tocan la barbilla al escuchar a Miles Davis.
Aunque es curioso porque el último recuerdo que tengo de este sitio no está vinculado con la música jazz ni nada parecido. Los dueños, que llevan con mucho orgullo la «especialidad» de la casa, la música; no se llevan muy bien con los gustos más mundanos, por así decirlo. Pero, ay amigo, la crisis aprieta. Y la actualidad también. Era el día en que España se estaba jugando el pase a la final con Alemania. Claro, no había más remedio que plegarse a los deseos de la clientela general. Por una tarde, no sonaron los improvisados acordes jazzísticos ni se vieron demasiados intelectuales acodados en la barra. Por un día, se escuchó «goooool» cuando Puyol se elevó para rematar de cabeza un córner y se vieron caras de felicidad. Pero de otro tipo al que se suele ver. Pero esto es sólo una anécdota puntual.
Este café, altamente recomendado por la que escribe, lo puedes encontrar al lado del Cine Alameda, muy feliz de encontrarse al pie de la Alameda, con alma de Nueva Orleans.

Naima equivale a jazz. Utilizando el título de la famosa balada de John Coltrane (que éste tomó del apellido de su entonces esposa, Juanita Naima Grubbs), los socios de este bar café llevan ya un puñado largo de años ofreciendo un ambiente diferente al resto de bares de la zona.
Un lugar tranquilo, con poca luz, elegante en un sencillez, donde se está especialemente a gusto en quedadas de a dos, porque el espacio no es muy grande (y las mesas están quizás demasiado juntas).
Te recomiendo el interior frente a los veladores de la calle por la música, obviamente, porque el clima del que hablo lo crea la música y esa semioscuridad y porque la calle Trajano tiene bastante tráfico.
También venden discos y camisetas y de vez en cuando organizan conciertos.

Si tuviera que elegir de entre todas las cosas lo que definiera al Naima, no se me ocurre algo mejor que una nota de jazz. Decir Naima, es decir Jazz con mayúsculas. Todo el jazz del mundo encerrado en un bar. En un bar donde se conoce todo el mundo, ya que uno suele ir solo a sentarse junto a unos de sus ventanales, por el gusto de salir de casa y tomarse una cerveza escuchando el tema que escucharías en tu estudio, y termina compartiendo tertulia musical con el grupito que se aloja en la barra, pidiendo temas al camarero.
La noche o la tarde es mucho más corta en compañía de otros, más cuando quienes comparten esa cerveza, lo hacen junto al perseguidor, Miles Davis o Duke Ellintong.
Volver al Naima es ir en busca de la música que evoca pasados y futuros, largas horas de discusiones triviales con el camarero, que nos arrastran de la rutina como la espuma de los días.