Il Forno

El Il Forno es una gran opción para comer en la alameda, ¿cual es su problema? Que no destaca en nada, el sitio es bonito, la comida esta buena, el servicio es competente, el ambiente es acogedor, la carta variada pero es que todo esto lo tienen los locales de aledaños. Y ojo, no quiero que se mal intérprete la reseña ni que se piense mal del lugar.
Se come muy bien pero se hecha en falta ese algo más que te haga pensar en el cada vez que quieres darte un homenaje, celebrar algo especial o simplemente tener un antojazo.
Lo más destacable para mí es la gran rapidez con la que te sirven y la calidad de los platos además es uno de esos sitios que tienen musiquita de fondo algo que me encanta.
Como detalle, olvidaros de hacer check in dentro y es que no llega la cobertura al interior del local, por lo tanto te recomiendo hacerlo antes de entrar :)

Uno de esos restaurantes que misteriosamente no están saturados los fines de semana. Pizzas buenas, tampoco para tirar cohetes. Probamos también tagliatele con presa y champiñones que si que estaba bastante buena. Las cañas de cerveza a 1,50 €. Las pizzas entre 8,50 € en adelante. Sitio agradable

Para mi última reseña del año quiero hablar de un restaurante que me gusta mucho: il forno, situado al final de la calle Trajano. Es un clásico en mis comidas de Navidad y otras celebraciones porque los platos están muy bien de precio y hay bastante variedad para satisfacer todos los paladares.
Suelo ir muy a menudo y casi siempre pido lo mismo: rigatone il forno. Lo presentan en una cazuela de barro con berenjenas y bacon. Es un plato que llena muchísimo y está muy bien de precio, alrededor de 8 €, como casi todo en la carta de este establecimiento.
Ayer celebramos la comida de Navidad allí y probé muchas otras cosas: ensalada de aguacates y langostinos con vinagreta de lima y cilantro, chipirones encebollados sobre risotto de espárragos, tagliatelle con langostinos y verduras con salsa de ostras, rigatoni con crema de nueces, gorgonzola y pera, pizza arrabiata, pizza xochimilco y ¡cómo no! rigatoni il forno.
Todo estuvo riquísimo, incluso los platos con pera –que no me gusta mucho-​. La pizza xochimilco se está convirtiendo casi en mi preferida y ya soy consciente de que la pizza arrabiata pica mucho mucho mucho. Mención especial para la ensalada de aguacate y langostino, ¿cómo va a estar mala una ensalada con esos ingredientes? Pues con la vinagreta ya es LO MÁS.
Normalmente da gusto ir porque los camareros son muy amables, te aconsejan, saben cómo comportarse cara al público… pero ayer tuvimos una experiencia bastante desagradable, la verdad. Teníamos reserva para bastantes personas y cuando llegamos no nos tenían preparada la mesa, después nos sentaron de cualquier manera, nos hablaron bastante mal en varias ocasiones, uno de los platos de pasta casi vuela por encima de nuestras cabezas, nos metieron prisa para pedir y luego estuvieron entrando comensales casi una hora más, no nos abrieron el vino y un largo etcétera de detallitos… digamos que la camarera de ayer pagó con nosotros su enfado. Uno de mis amigos quiso que nos levantáramos de la mesa para irnos porque se sentía bastante mal atendido.
Salí muy decepcionada por el trato, no por la comida. Por eso mismo le pongo cuatro estrellas; porque soy cliente habitual y porque es la primera vez que me tratan así de mal. Seguiré yendo, claro que sí. Pero no dudaré en actualizar el comentario si el trato sigue siendo así de desastre.

Al buscar un sitio distinto para cenar, mis encontramos con este sitio, y la verdad es que nos gustó bastante. Es un poco carillo, y si solo quieres tapas tienes que sentarte en la entrada del bar, pero la comida está rica, rica. Yo me pedí los mejillones napolitanos y el pollo tikka massala y mi novio cogió la mousaka. El pollo era para morirse, super tierna, super sabrosa. Los camareros nos atendieron muy bien. Volveré!

#LunesDeReseña
Hacia el final de la calle Trajano, casi desembocando en la Alameda de Hércules, encontramos el restaurante Il Forno, una interesante opción para esos días en los que no sabes muy bien qué te apetece y quieres plantearte varias opciones. Esto es así porque Il Forno se presenta como un restaurante italiano e internacional: es decir, que tienen mucho de cocina italiana, pero combinada con otros platos de distintas partes del mundo.
Para muestra, un botón: en pocos sitios puedes optar entre pedirte una buena pizza margarita o… ¡un salteado oriental con verduras y marisco! ¿Otra combinación? ¿Qué tal la elección entre unas fajitas de pollo o una jugosa moussaka? Y podría seguir así… hamburguesa o lasagna, spaguetti carbonara o lomo de novillo argentino a la parrilla, solomillo ibérico o enchilada… Il Forno es estupendo si no tienes claro qué clase de cocina te apetece hoy; o cuando vas en grupos en los cuales hay personas con distintos gustos: ¡hay para todos! ;)
Aparte de esto, el local me gusta. Es espacioso y la decoración me parece acertada, sobria pero con un toque clásico que hace el ambiente agradable. Las veces que he estado el personal ha sido siempre muy amable, aunque en alguna ocasión quizás algo más lento de lo deseable. También es verdad que el sitio estaba lleno…
En cuanto a precios, ensaladas y entrantes vienen a rondar los 10 euros, lo mismo que los platos de pasta (por cierto, que éstos están bien servidos, así que ojo con pasarse o terminarás dejando comida o pidiendo una caja para llevar…). Las entradas de otros países (sobre todo verás cosas de México, Grecia, algo marroquí…) son algo más caras, y se ponen en casi unos 15 euros el plato. También hay que decir que las carnes son especialmente buenas. Finalmente, las pizzas dependen de los ingredientes, pero suelen estar por los 9 euros, de masa fina y crujiente aunque, en mi opinión, quizás un poco «sobrias»: no les vendría mal que dejaran caer un champiñón o un trocito más de jamón de vez en cuando.
Ante estos precios habría que tener también en cuenta que ofrecen tapas, aunque en mis visitas no he llegado a pedir ninguna y no sé cómo están de tamaño. Tal vez lo más caro en proporción a lo demás y lo que menos me ha parecido que merezca la pena en Il Forno son los postres. Casi 5 euros por un trozo de tarta de chocolate o un tiramisú lo veo excesivo, porque están buenos pero no son para tanto ni en comparación con el resto de la comida ni con lo que puedes encontrar en otros sitios.
Bueno… resumiendo: Il Forno es una buena opción por la zona de la Alameda si vas con más gente y/​o te apetece comer «un poco de todo» probando distintos platos de cocina internacional. No está mal de precio, sobre todo si vas a optar más por pastas y/​o pizzas, aunque también te recomiendo probar alguna carne.

En un caluroso día entre semana, tras dar varias vueltas y encontrar que la multitud de restaurantes y bares de la zona cerraba cocina en escasos minutos cuando eran las 15:40 h. me topé con Il Forno, un restaurante italiano situado en un enclave privilegiado y por el que pasado infinidad de veces aunque nunca llegué a entrar, sorprendentemente cerraban cocina a las 16:30 así que dije esta es la mía!
Se encuentra muy cerca de la Alameda, en pleno centro de Sevilla. No dispone de terraza exterior pero su interior es muy acogedor y se divide en dos salas, con una decoración elegante y agradable, para mi gusto había muy poca luz aunque imagino que podía deberse a que mi acompañante y yo éramos los únicos comensales.
El servicio fue muy amable, más si cabe teniendo en cuenta que se acercaba su hora de cierre y descanso. Tuvieron mucha paciencia con nosotros ya que tardamos bastante en elegir la comida, la carta de tapas, sí, tapas, es bastante amplia y el resto del menú tiene una pinta magnífica. Finalmente nos decidimos por una tapa de enchilada, otra tapa de solomillo con queso de cabra y una pasta para compartir que estaba deliciosa, Rigattoni Il Forno, con una salsa que llevaba berenjenas, calabacín, bacon, tomate, crema y todo ello gratinado al horno con mozzarella.
Los precios de los platos oscilan entre los 8 – 10 € y los de las tapas alrededor de los 3 €. Me sorprendió ver que tenía en Unilocal tres símbolos de €€€ ya que no estoy de acuerdo en absoluto. No es un restaurante barato pero entra dentro de lo habitual para este tipo de sitios, seguramente vuelva si tengo ocasión.

El otro día comí en este restaurante situado casi en la misma Alameda de Hércules. Es un local muy amplio, con mesas bajas y un par de salones. Su carta es muy extensa y la verdad es que choca leer «comida internacional» cuando lo que predomina son las pastas y las pizzas. Aunque he de admitir que tenían burritos, salteado oriental, bife argentino y alguna cosa más internacional. No obstante, te recomiendo pedir algo más italiano ya que es lo fundamental de su carta.
En nuestro caso optamos por una ensalada al centro, un par de pastas (rigatoni alla arrabiatta y tagliatelle mare e monti) y la lasaña de champis y carne. Todo exquisito la verdad, aunque muuucha cantidad.
El servicio atento y no me extrañaría repetir en otra ocasión :)

No tenía ni idea de que este restaurante tenía tanto recorrido y tradición en Sevilla. Lo había visto más de una vez, de paso por Trajano, pero nunca se me pasó por la cabeza entrar hasta que me lo recomendaron.
Un lunes de esos de los que están todos los bares cerrados, lo vi abierto y decidimos comer allí. ¡Todo un descubrimiento!
Lo que más me llamó la atención fueron las tapillas de la pizarra, porque son más de mi estilo, sin embargo, nos atrevimos a probar la pasta, concretamente la de Il Forno y no puedo estar más contenta con la decisión porque estaban espectaculares.
También pude probar el queso brie frito y los mejillones a la napolitana… Mamma mía.
Tengo que volver, pero además también un lunes, porque estaba súper tranquilo y la atención fue estupenda… Sobre todo, para probar los postres.

Hacía bastante que no venía a comer a Il Forno y, una vez más, no ha decepcionado. Llevaba un par de años pasando por la puerta y pensando «ay, tengo que volver aquí» y, afortunadamente ayer le puse remedio.
Aquí tengo un plato fetiche, que son los rigatoni il forno: unos macarrones enormes con salsa de verduras y queso, todo gratinado. Una delicia absoluta. Además, también tienen tapas muy ricas. Pude probar el queso brie frito con mermelada y mejillones a la napolitana (que no lleva chocolate ni crema pastelera: P) que estaban muy buenos.
Además, su rango de precios está muy bien para la calidad y la cantidad de comida que sirven, que no es escasa. Si a todo esto acompañamos unos grisini muy ricos y una cerveza muy fresquita, creo que lo tiene todo para ser uno de mis restaurantes preferidos por la alameda.
La única pega que le veo es que en su interior no hay cobertura móvil debido al grosor de las paredes, por lo que un poquito de WiFi para los clientes estaría genial, pero no tienen.

A este restaurante llevo yendo desde que recuerdo. Con mis padres, con amigos de mis padres y mis padres, con mis padres, con mis padres… Al principio era muy muy bueno. Comida distinta en un paisaje todavía no ampliado por la llegada de la Alameda y bastante barato. Después, el precio fue subiendo pero no la calidad e la comida hasta convertirse en un local más caro que los vecinos y no muchísimo mejor. Aún así, me siguen encantando algunos de sus platos y aprovecho la llegada de los progenitores, más amplios de bolsillo que yo, para darme el capricho. No suele estar muy lleno y el ambiente es tranquilo. Las paredes de ladrillo visto y la cocina bajo la atenta mirada del consumidor dan un toque distinto a un local que podría resultar un poco oscuro.
Es cierto que la propia variedad del restaurante es su punto fuerte, pues ofrece desde la ensalada César hasta unas fajitas deliciosas (las recomiendo) pasando por comida india o griega. Si no puedes decidirte sobre qué quieres para comer, vas a Il Forno y luego lo piensas.

Comí por primera vez en este restaurante el día que mi madre me dejó en Sevilla para estudiar en la universidad. Recuerdo que comí pollo tika masala (que por cierto han retirado de la carta para mi desgracia), el cual masticaba imbuido en una extraña mezcla de sensaciones mientras miraba por la ventana hacia una de las calles de la que a partir de ese momento se convertiría en mi ciudad de residencia hasta hoy, realmente cuanto ha cambiado todo. Ahora, no se puede fumar no hay pollo tika pero todo sigue muy parecido a aquel día en el que mi madre, desde su terrible y silenciosa congoja, intentaba decirme cosas motivantes y frases definitivas que me quedasen marcadas a fuego para el resto de mi vida como estudiante… Madres…
Hace muy poco volvimos los dos a comer en ese restaurante, ya con la carrera terminada y con la misma extraña mezcla de sensaciones, hablamos de las ventajas e inconvenientes que tendrá el presentarme a las oposiciones para profesor de secundaria. Comí un filete de novillo argentino que me supo a tika masala. Os lo recomiendo.