Las tartas, la bollería y la pastelería de toda la vida ha sabido modernizarse y estar totalmente actualizada en estos tiempos de competencia y sorbetes de hidrógenos y cosas de esas. Si me vendaran los ojos y me dieran un pastel de Lola sabría reconocerlo, es donde me compraban a mi las tartas de cumpleaños. También tiene helados, no tanta variedad como otras heladerías, tiene prácticamente cuatro sabores, pero buenos y muy conseguidos. Tiene la tienda muy limpia y recogida siempre, trabaja por encargos también, pone tu nombre o tu foto en la tarta y te la sigue envolviendo en el papel blanco de letras rojas y azules, como hace 20 años. La zona esta muy arreglada, es prácticamente imposible aparcar pero da gusto llegar hasta allí paseando.
Priscila G.
Classificação do local: 5 Sevilla
A mi este sitio me gusta mucho. Me recuerda a cuando era pequeña y salía los fines de semana con mis padres en el pueblo a tomar café. Luego siempre íbamos a comer algún dulce. Pues este lugar es uno de esos que nos evoca a la niñez más sencilla. A la de comerte algo con mucha nata o chocolate, convencer a tu padre para que te compre una bola de una máquina y quedarte jugando por la calle con tus primos o hermanos toda la tarde. En este lugar, además de en la terraza, puedes sentarte dentro. O también subir unas escaleras, como si subieras a la propia casa, y sentarte en la planta de arriba, que es pequeñita pero alberga unas cuantas mesas más. Los dulces están todos buenos y ¡Ay! qué trabajito cuesta elegir uno…