Paseando por la calle Cuna y con el centro a reventar de gente, nos llamó la atención un local con diseño muy de Barcelona, y a mi parecer con gusto, techos y paredes de cartón yeso sin terminar, con el fondo pintado de color, una solución original para no gastar mucho dinero. Había sitios libres en el interior, por lo que, no sin sospechas, decidimos pasar. Nada mas entrar había una mesa libre al fondo, pasamos, pero tuvimos que esperar un momento porque el camarero se estaba atando los cordones del zapato apoyando el pie en una de las sillas. Tras esto comenzó el festival. Cada camarero que pasaba nos preguntaba pero no concretaba, lo que pedíamos lo traían dos veces, las raciones las hacían tapas y nos preguntaban continuamente si platos que no habíamos pedido eran nuestros. La comida, como imaginaréis, no puede estar bien, patatas bravas fritas en aceite que no se cambia, se repone, boquerones que no estaban bien limpios, y carrillada sin quitarle bien la grasa y con el guiso aguado. Cuando veía pesadilla en la cocina pensaba que no era posible que existieran sitios tan desastre, solo con un poco de amor propio las cosas se mejoran, pero aquí Chicote haría un gran programa, que es su trabajo, porque arreglar esto es imposible.
Josephine J.
Classificação do local: 3 Sevilla
Recién abierto, se basa en cocina casera aunque el espacio(de diseño moderno) no casa con este tipo de gastronomía. Probé el guiso del día de garbanzos con chorizo(aceptable), las croquetas de cocido(buenas) y las albóndigas en salsa que me parecieron un poco pasadas de aceite.