Para mí, desconocedor de la fabulosa historia de este sitio hasta que la he leído ahora, lo que realmente cuenta es el presente, que vivir de las rentas con dignidad es algo muy complicado. Nos sentamos en su terraza a tomar unos refrescos tras dar una vuelta por el parque y, tras esperar un buen rato, conseguimos que una de las personas que atendían nos hiciera caso; ingerimos nuestros brebajes, y otro buen rato en conseguir que nos cobrasen. Las únicas palabras que oímos de su boca en todo el rato fue la cantidad que habíamos de darle, pero no hubo sonrisa, no hubo premura, no hubo tapa: solo una fría transacción mercantil. Quizá somos demasiado exigentes en los tiempos que corren, que esto de la crítica pública no hace más que crecer y crecer y nos pasamos de burguesitos, pero si los sitios solo pueden ofrecer un pasado glorioso y un presente mediocre, todos los locales de las ciudades pasarán a convertirse en franquicias baratas en las que uno mismo se sirve(y ya triunfan). Es necesario darles un toque de simpatía y personalidad porque esto mismo que recibí yo aquí me lo podía haber dado una máquina.
Carlos O.
Classificação do local: 5 Sevilla
Todo un clásico Sevillano!!! No se ha estado en Sevilla si no se conoce el Kiosco Abílio. En un marco incomparable como es el Parque de María Luisa, que más se puede pedir. Los precios son de cuando la peseta… cerveza a 1 € y tapas por 2 €…Vamos que por 10 € sales de allí comido o cenado. La cocina rica y casera y la amabilidad marca de la casa y símbolo de distinción. Para mi es un sitio donde sentirse especial… y que siga asi por lo menos 100años más!!!
Soledad T.
Classificação do local: 5 Sevilla
Está desde la Exposición del 29. Y no sé los dueños de entonces, pero los de ahora tienen mucha guasa. Dando un paseo matutino me paré a tomar un café allí. Y desde que empecé el paseito estaba viendo un chaval en bicicleta. Coincidí con él en Abilio. Se fue a no sabemos dónde unos minutos dejando la bicicleta allí. Y el dueño ni corto ni perezoso(con buena voluntad), le escondió la bicicleta. Cuando llega el dueño de la bicicleta –que era alemán: grande como un trinquete-otra vez al Abilio estaba tan tranquilo con su cervecita. Vamos, que no se dio cuenta de que su propiedad había desaparecido. Hasta tal punto que el dueño del bar se lo preguntó; «Quillo, ¿y tú bici dónde la has dejado?» Ya el alemán se pone las manos en la cabeza y pone verde a todo sevillano de capa y sombrero y de gorrilla y chándal ochentero. Hasta que el dueño se lo dice«escucha, la tengo ahí detrás. Ésta vez he sido yo y te la he escondido y no quitado. Pero échale cuenta a tus cosas adonde quieras que vayas la próxima vez». Es un bar de toda la vida y un lugar perfecto para disfrutar del Parque María Luisa tomando lo que uno quiera tomar. ¡Y que siga así 100 vidas más!
Patricia M.
Classificação do local: 4 Sevilla
La mejor opción para la gente que vive por Felipe II en las noches de verano de 30 grados. Tiene bastantes mesas y una tapas apañadas, con buena calidad y a un precio razonable. Los montaítos están ricos. Es una de nuestras opciones los días laborables de verano, a la salida del trabajo. El entorno lleno de árboles se agradece mucho. Mi abuelo que era bético betiquísimo nos contaba que en este kiosko se reunían los jugadores del Betis en los años 40, porque por lo visto detrás del hoy Museo Arqueológico había un terreno en que entrenaban.
Pablo G.
Classificação do local: 5 Sevilla
El Abilio, kiosco bar del Parque de María Luisa situado junto a la puerta que da a la calle Felipe II, es uno de mis rincones preferidos de esta Sevilla llena de rincones preferidos. Especialmente, en los días de la Sevilla sofocante y asfixiante de los 40 grados a la sombra. ¡Ojú, qué caló! Me gusta porque aquí la temperatura baja cinco graditos, por lo menos. Me gusta porque hay gente, pero no está masificado. Me gusta porque se está tranquilo. Me gusta porque los niños, pueden seguir jugando en todo un lujo de parque, una vez que han cogido fuerzas con un par de tapitas. Me gusta porque me gustan –redundancia aceptada– las tapitas que ponen. Tapitas típicas de un kiosco de parque, sí, pero bien hechas, bien presentadas, y cumpliendo a la perfección la misión a la que están destinadas, que no es otra que ser tapitas de un kiosco de parque: buena ensaladilla, buenos montaítos, buenos caracoles… Y me gusta por algo que ya he dicho: por el lujo de disfrutar de un entorno de lujo. El Parque de María Luisa.