Restaurante Ignacio Vidal

El pollo al curry y verduritas espectacular. Los tacos de buey ya no tanto. El servicio muy bueno. Buena carta y variada. Buen ambiente, se agradecería algunas mesas más fuera. Los postres muy buenos también. Repetiría otra vez sin dudarlo.

Fui a este restaurante hace unas semanas, de celebración de cumpleaños, y no tuvimos problema a la hora de conseguir sitio, pero porque fuimos con reserva previa (creo que reservar es la mejor opción, sobre todo si vas en fin de semana). El sitio es un poco «formal», es decir, ponte ropa arreglá y no zapatillas de deporte para ir: D
En cuanto a la comida, nosotros pedimos varias tapas. Destaco el carpaccio de gambas con foie (muuuy rico, con las gambas cortadas muy finitas), tacos de salmón ahumado (espectaculares, mi plato favorito sin duda) y el tataki de atún (con una mostaza de soja que le daba un punto muy bueno)… Y de postre pedimos dos trozos de tarta para compartir: de café y galletas (muy rica, como las típicas de cumpleaños de cuando éramos pequeños) y de dulce de leche.
La atención del personal fue muy buena, el servicio fue bastante rápido y los camareros eran muy amables :)
En fin, es un buen sitio para comidas un poco más especiales o para celebraciones. Reserva antes de ir, pide los platos estrella y saldrás encantado: D

Me habian hablado mucho de este sitio calidad-​precio muy buena, sin duda la especial ensaladilla de langostinos la tengo que destacar! El pulpo a la gallega! La carrillada y el steak tartar, se me olvidaba el tataki de atun buenisimo! Eso si mucha afluencia de gente hay que ir temprano si se quiere coger sitio! El tiempo de espera esta bien y la verdad que son muy atentos y miman mucho a los clientes, me gusta sin duda volveré

En esta nuestra primera visita a este restaurante, aconsejado por las buenas recomendaciones, nos hemos llegado una pequeña decepción.
Efectivamente, las tapas tienen una excelente calidad, y el carpaccio de gambas es espectacular, pero pierde bastantes puntos con el servicio. Pese a llegar temprano antes de que se llenara, la comanda tardó en salir y cuando lo hizo fue con «cuentagotas», junto a varios errores (faltaban algunas), bebidas equivocadas y por último, la guinda de recibir unas respuestas un tanto broncas por parte del camarero al avisar de las equivocaciones.
En fin, que declinamos quedarnos a probar el postre, no fueramos a arriesgar demasiado.

Sí es cierto, como he visto en algunos comentarios, el ambiente del sitio es un poquito como yo suelo llamar de «sevillanía extrema». Lógico por el barrio en el que se encuentra. Por otro lado, no podemos pedir que en todos lados se reproduzca el ambiente alternativo por mucho que nos guste. Tiene que haber de todo. Pero ¿vamos a ser tiquismiquis cuando ofrecen cosas ricas y suculentas? Yo desde luego que no, por un buen plato me adapto como una «camaleona» a cualquier ambiente y más si me tratan estupendamente y el servicio es bueno.
Y es que el plato de carpaccio de gambas con virutas de foie de Ignacio Vidal está de muerte, me pierde, solo por esto merece la pena acudir a este sitio: la gamba muy fresca, de otra forma no tiene sentido, muy bien aliñada y con un foie a su altura. De acompañamiento unas ricas tostadas hechas por ellos con pan recién tostado finamente cortado. Todos los detalles muy cuidados. Confieso que acudo a este sitio a comer este manjar, aunque alguna cosilla de más ha caído siempre: buenas carnes y pescados y una excelente carta de vinos.
Dicen que el plato de carpaccio de gambas fue uno de los que creo en su final de formación el propio Ignacio Vidal. Desde luego le salió de 10.

Fuimos a cenar una noche, a señalar que era domingo por la noche y estaba abierto, con bastante público, por cierto. Nos habían hablado bien y decidimos probarlo. Nos sentamos dentro en unas mesas altas, bastante cómodo y bonito el local. Nos atendieron enseguida, nos recomendaron un vino que estaba muy bueno. En cuanto a la comida, pedimos papas bravas, me gustaron aunque esta en hechas al vapor y la salsa no era brava, estaba buena pero me pareció más un mojo suave,. También pedimos tataki de atun, croquetas variadas (las de jala pelos picaban mucho), probamos la ensaladilla y la mini hambueprguesita. Todo estuvo muy bueno. Después pedimos postre, que estaban también muy ricos. En cuanto al precio, normal unos 20 € por persona. Me gustara repetir porque había comidas en la carta muy apetecibles.

Buena calidad, poca cantidad y sorprendente la cuenta final, al incrementarle el servicio por persona mas IVA al precio de la carta, sin hablar del precio de la bebida que no aparece por ningún lado hasta el final.

Sus interpretaciones de la gastronomía más clásica, y su estudiada y cuidada innovación, lo convierten en referente gastronómico.
El paladar agradece encontrarse con texturas y sabores bien definidos, que acompañan al disfrute de cada uno de sus platos.
Para comenzar con el tapeo, os recomiendo las patatas de la casa, y la hamburguesa de toro.
Estoy seguro de que vuestras amistades, agradecerán que le recomendéis cualquiera de los establecimientos que Vidal tiene en Sevilla.

He ido a Vidal en varias ocasiones con mis padres porque no está lejos de donde viven, y la verdad es que es un sitio bastante agradable, de ambiente «formalito» pero sin apreturas. Eso por no decir que es un poco pijo, lo cual apunto no peyorativamente sino como dato objetivo que permita al personal hacerse una idea precisa de lo que estamos hablando.
Es en todo caso un sitio donde estar a gusto sentado en cualquiera de sus mesas altas, disfrutando de cualquiera de las tapas que ofrecen en su atractiva carta. La cocina es clásica pero con un buen toque innovador. Y todo lo que ofrecen son productos de primera calidad. Destaco especialmente el tataki de atún, delicioso, y la mini-​hamburguesa de buey, que sirven poco hecha y acompañada con su poquito de kepchup y mostaza. Pero vamos, que la carta es extensa, variada y muy atractiva. Y son tapas generosas. Y para el que le guste el vino, hay donde elegir, aunque como no soy muy dado a fijarme en estas cosas no puedo precisar más.
De precio tampoco puedo apuntar nada porque siempre he ido invitado, qué le vamos a hacer, esa es mi desgracia.
La decoración es moderna sin estridencias y el servicio es muy aplicado: agradable pero sin tomarse excesivas confianzas.
El baño está a la altura del resto del bar: muy limpio y con jabón para manos.

Mi amiga Kim, es americana de origen Libanes, ella esta bastante acomodada económicamente, tiene un piso en la calle Cuna, y un día nos dijo que nos invitaba a comer a un restaurante, le propusimos los que conozco del centro, pero ella nos dijo os voy a invitar a un restaurante que me gusto mucho que esta en Felipe II, el restaurante se llamaba Vidal. Nunca había ni escuchado hablar de el, como mis padres son de triana y yo vivo en el centro, solo conozco los restaurantes de estas zonas.
Entramos en el restaurante este es muy acogedor, con paredes en rojo y algunas en ladrillo visto, la decoración clásica con un toque moderno en la sillas y las mesas, pero muy agradable para estar.
La comida impresionante, me gusto mucho las hamburguesitas de cola de toro, aunque también hacen muy bien la cola de toro, las carnes muy bien cortadas y muy bien hechas y la calidad es buenisima.
El trato buenisimo, el precio no es barato, aunque la calidad de la materia prima hace que lo intuyamos.

Este verano le han dado un lavadillo de cara y han renovado un poco la carta. Una de las cosas que más me gusta de este sitio es la terraza, porque cuando hace buen tiempo se está de maravilla. Aunque en la barra, si vas sin niños, también se está muy bien. El dueño, Ignacio Vidal es un tío joven muy amable y atento.
La calidad es muy buena y los precios mejores. Sin ser ni caro ni barato mantiene una magnífica relación calidad precio, acorde al nivel de disfrute… que no es poco.
Tienen un gran surtido de vinos y si te apetece un buen purito después de comer no tienes más que pedirlo, porque también tienen.
Buena charla, risas y tapitas ricas, ricas garantizadas.

Un conocido del barrio abrió hace unos cinco años este restaurante, tienen otros tantos repartidos por Sevilla, así que es un sitio habitual para sus amistades. No hay que tener ninguna amistad con su dueño para apreciar su cocina mediterránea con un toque diferente. Un amplio y cómodo salón interior con mesas altas y taburetes comparten el espacio con un comedor privado. Fuera tiene unos animados veladores.
Destacar su foie, su carpaccio con gambas, su salmorejo… en general todos los platos tienen una buena presentación y un exquisito sabor.
Una completa bodega sirve para acompañar un amplio surtido de comidas