Soy fan de esta freiduría más que nada porque me coge cerca de casa y fríen muy bien las puntillitas y las huevas, dos de mis cosas favoritas :) He ido muchas veces y nunca tienen ni boquerones ni acedías, eso es lo que menos me gusta, que no los tengan. No sé si es casualidad, pero es mucha casualidad que nunca haya… El local es pequeño y es mejor esperar fuera para evitar el olor a frito. Son muy amables. Puedes pedir por teléfono.
Óscar H.
Classificação do local: 2 Madrid
No es de las buenas pero te sirve para salir del apuro. Mis amigos el Pablo y Felipe viven en la zona y no es la primera vez que nos hemos aperreado viendo una peli y hemos bajado a pillar un cartucho de chochos, croquetas o adobo. Ni es la menor, ni la más barata. Tampoco es la peor ni la más cara. Pero como ya apuntan a mí el adobo de aquí se me repite, y las croquetas a veces tienen demasiado aceite y están un poco empachadas. Los chocos si me parecen buenos. Lo dicho, para salir del paso.
Lucía V.
Classificação do local: 3 Sevilla
Sábado o domingo de fiesta en la plaza Pumarejo. Es el cumpleaños del centro vecinal, o la ODS, las AMPAS o cualquier otro colectivo de la zona ha organizado conciertos para conseguir fondos. Llegamos tarde a la comida que han preprarado, apenas dio tiempo a probar los restos de un aliño o la paella de rigor, pero no hemos dejado de beber. También hemos bailado, hablado y saludado sin parar a todo dios porque hoy nos sentimos, ¿por qué será? especialmente sociables. Se está haciendo tarde, pero queremos seguir porque ahora es el momento de máxima animación. ¿Qué hacemos? A la freiduría Macarena. Está ahí al lado, sólo vamos a perdernos un par de canciones o el descanso entre grupo y grupo. Y es que no hay nada como la pringue para rebajar el nivel de alcohol. Jugaremos con el cartucho y a repartirnos las croquetas. Nos faltarán servilletas para limpiarnos. Y antes de llegar a la plaza otra vez lo habremos terminado, tal es la voracidad que gastamos. De nuevo en nuestros puestos, la fiesta puede continuar…
Patricia M.
Classificação do local: 3 Sevilla
El cartucho es el cartucho, y a quien le gusta, casi nunca hace ascos aunque luego al cabo de un rato parece que el adobo se repite más de la cuenta. En mi familia hay tradición de ir a tomar pescaíto frito, lo llevo en las venas. Y ese ansia que entra cuando llega el primer cartucho y todas las manos salen descontroladas. El mismo que entra cuando llegas y no la variedad que quieres comprar, y tienes que esperar a que la hagan. Esta freiduría no me parece especialemte buena. Esos ardores de fritanga requemada alguna vez llegaron. Cuando he ido nunca ha habido demasiada gente, casi siempre estaba el hombre solo. De precio está en la media y también vende regaña y patatas fritas, que están ricas. Se puede comer y así te vas por el camino con tu cuartito de chocos y cuando llegas a casa, no hay que hacer cena.