Un espléndido bar de barrio, situado en donde termina por el norte el casco antiguo de la ciudad. En todo el meollo macareno, está esta cafetería, homónima a la calle que a su vez debe el nombre a uno de los más célebres literatos hispalenses. La verdad es que este bar no tiene nada que ver con la poesía romántica. Si puede tener de romántico su toque urbano y ligeramente«underground cañí». Lleva ahí toda la vida, y decir toda la vida es hablar de un periodo atemporal de(contradictoriamente) tiempo, no entiende de principio ni de final, en resumen, toda la vida es siempre. Voy allí a tomar algún que otro café a la sombra del periódico dominical. Me gusta el sol que entra por la mañana en este enorme local. A otras horas del día es un poco triste, se llena de un público principalmente masculino de avanzada edad que ahoga el tiempo y las penas en copas de Soberano y vinos pitarreros. Como no podía ser de otra manera, dada su localización, es un bar muy macareno por su cercanía al templo basilical de la considerada como reina de Sevilla(ahí está compitiendo con la duquesa de alba). Las tapas no resultan nada sorprendentes, y la pinta no llama a ponerte allí a comer. Quizás me sorprendan el día que las pruebe. Pero por ahora me quedo con los desayunos. dan totalmente la talla, además puedes pillarte los churros del quiosco que hay frente al arco e irte a pedirte al café a este eterno bar.
Cristina B.
Classificação do local: 3 Sevilla
Medio siglo de bar en esta calle con su mismo nombre. Y junto al Arco de la Macarena. Un bar destinado al éxito por los siglos de los siglos. Amén. Y eso que tampoco es para tanto. El tamaño del bar es medio, la barra es bastante grande, lo que permite que la gente se reúna ante la barra, aunque también hay mesitas, claro, pero tiene algo muy llamativo y original. En una de las paredes del bar hay un cartel hecho con azulejos del poeta Gustavo Adolfo Bécquer conmemorando a los dueños y fundadores del bar. El bar está abierto muchas horas al día y sin descanso, lo que te permite desayunar, tomar un aperitivo, almorzar, tomar un café y cenar. Vamos, que puedes estar metido todo el día en el bar. Aún así creo que la hora buena es la del desayuno y la de la cerveza y olivitas de la 1 de la tarde. Es cuando más personajes variopintos hay y cuando más disfrutas del concepto«tasca sevillana». Te ves a todos los viejitos tomando orujo, anís o aguardiente. Y tú los pruebas, pero no te gusta, pero sigues chupito a chupito. Así que acabas pidiendote una tapa de gambas al ajillo, de muerte, pero que ya destrozan del todo tu estómago y tu aliento. Bueno, muy recomendable tambiénla pavía con una cervecita de acompñamiento, no hace falta que exageremos…
Carlos N.
Classificação do local: 4 Camas, Sevilla
En pleno Corazón del barrio de la Macarena, tenemos en Sevilla el bar Bécquer en la preciosa calle de mismo nombre. El local es completamente cuadrado y bastante amplio con una barra a todo lo largo del bar, tienen tapas de todo tipo. me consta que las tapas de gambas al ajillo son excelentes. En otras ocasiones también he desayunado chocolate con churros. El bar abre super temprano, si no me equivoco a eso de las 7 de la mañana ya está funcionando a pleno gas. El otro día sin ir más lejos serían las 6 de la tarde cuando me entraron esas ganas que me dan de pronto a mí de caféína y azúcar y tengo que saciar como sea jajaja. Contagié de mis ansias a mi amigo Eloy pero no encontrábamos aparcamiento por ningun hasta que cayó la breva en la calle Bécquer, así que entramos de cabeza en este tradicional bar. Una vez dentro y ya más relajados nos tomamos un café cada uno a 1,10 euros con unos cortadillos a 60 céntimos que nos supieron a gloria bendita. En el interior puedes ver que el bar fue fundado en 1959, eso reza un bonito azulejo en la pared, con la imagen del poeta sevillano Gustavo adolfo Bécquer.