Brezo

Los primeros días de lluvia tras el verano hacen que por muy nueva que sea tu casa siempre acaben oliendo las tuberías y no puedes evitar que por muchos ambientadores que compres el olor vaya hasta el salón. Sólo hay una cosa que lo mata, los inciensos. Pasé por la puerta de esta herboristería y me acordé de lo que me había prometido: la próxima vez que encuentre alguna tienda de inciensos entro sin pensarlo.
No sabía realmente si iba a encontrarlo o no, pero que en una herborestería no haya este tipo de productos sería un poco raro. No me equivocaba y en el estante de la derecha conforme entras por la puerta estaban todas las variedades posibles. Diez barritas por 1,20. Cogí cinco de lavanda y cinco de azahar. Estoy escribiendo esto mientras se quema una de las primeras en mi inciensario. Están geniales.
Tras el mostrador vi un bote enorme de sirope de arce. Muchos dicen que es fácil encontrarlos en cualquier tienda. No sé si es que yo me muevo por los sitios equivocados pero desde que volví de Nueva York tengo ganas de echarle a mis pancakes este sabor y nunca lo he podido hacer. Por fin lo encontré.
Es una tienda que tiene un montón de cosas. Todo lo que necesites en el mundo de las hierbas y los productos naturales. Además tienes una pequeña sala en la que puedes comprar ropa y complementos, una pequeña alternativa ante las posibles ventas bajas que pueda darse en este tipo de productos que no todos están muy habituados a su uso.