Al-Andalus

Un lugar encontrado por casualidad donde puedes degustar una gran variedad de cervezas artesanas y tapas diferentes a las que estamos acostumbrados en Triana y a buen precio.
Además es un sitio con ambiente agradable y muy buena atención por parte de los camareros. Servicio rápido.

#LunesDeReseña
En este lunes de reseña me toca actualizar comentario de un magnífico local que por ser de los primeros que reseñé no está a la altura de lo que ofrece. Un tesoro escondido en la Triana menos conocida y que desprende intensos aromas de creatividad huyendo del ambiente más rancio trianero.
¿Te imaginas que paseando por uno de los barrios más tradicionales de la tradicional Sevilla, Triana, te encuentras con un bar que ofrece una más que interesante carta de vinos, unida a una pequeña pero coqueta carta de tapas y a una extensa carta de cervezas? Deja de imaginar y prueba el gastrobar Al-​Andalus.
Lo primero que te echa para atrás es el nombre, lo de Al-​Andalus mola, siempre me gustó la unión de lo morisco a Andalucía, pero no tanto el concepto Gastrobar del que huyo cada vez que me lo mencionan. A parte de eso creo que es un negocio sobresaliente y de los que hacen falta en Triana para que no se estanque en la cola de toro, el montaito de pringá o el pescaito frito.
Últimamente este tipo de negocios que se salen un poco más de lo común están proliferando en Triana, y lo pongo a la altura del Juan Carlos o La Fábula. ¿Qué tiene de especial Al-​Andalus? Bueno, es un pequeño negocio familiar con buena cocina y muy agradable, lo de pequeño es literal ya que no tiene terraza exterior y su interior solo dispone de unas mesas bajas y alguna alta con taburetes. Su apuesta se decanta claramente hacia la cerveza con una carta extensísima donde tienen cabidas las artesanas, irlandesas, australianas, belgas, americanas, alemanas y de muchos sitios más, posiblemente junto al citado Juan Carlos uno de los espacios en Triana con mayor variedad cervecera y a buenos precios.
Pero si son amantes cerveceros desde luego tampoco le hacen asco a los vinos, tratan con especial mimo una buena carta de caldos tanto tintos como rosados o blancos que seguro hacen las delicias de más de un comensal. Y no todo es bebida, aunque la carta de tapas sea pequeña y bastante cambiante, tienen auténticas delicias. Sus tostas son estupendas y sus tapas magníficas, una muestra de ellas son el crujiente de bacalao con coulin de pimientos, sus risottos, o una muestra de la gastronomía más alemana como las salchichas con puré de patatas para acompañar con una buena cerveza de trigo.
Lo peor es sin duda su ubicación, algo alejada de lo más conocido de Triana, por detrás de la animosa calle San Jacinto, casi llegando a Santa Cecilia. Si no conoces el local o la zona es posible que te cueste llegar, eso también tiene una parte positiva y es que encuentras menos gente que en otros bares de los alrededores por lo que es relativamente más sencillo encontrar sitio para disfrutar de su comida y bebida.
El servicio de camareros también es estupendo, al nivel de la buena cocina. Si tienes cualquier duda sobre las cervezas o los vinos a elegir seguro te recomiendan el que más se adapte a tus gustos, al igual que con la comida, todo dispuesto para que tu experiencia sea de lo más satisfactoria posible.
Nos encontramos ante un sitio al que visitar en alguna que otra ocasión y aunque no coja muy de camino, merece la pena desviarse para tomarse algo por este negocio. Mi más sincera admiración por esos negocios familiares que luchan día a día por salir hacia adelante ofreciendo lo mejor que tienen.

Cerveza internacional y tapas muy originales y de calidad… parada imprescindible en una ruta de tapeo por Triana!

Llegué aquí por la recomendación de unos amigos y no me decepcionó. Es un rincón algo escondido y difícil de descubrir, detrás de la calle San Jacinto. Tienen todo tipo de cervezas internacionales y algunas artesanas como la Albero. Rubias, morenas, tostadas, alemanas, belgas, españolas. No será por cervezas.
Además, tiene una interesante carta de tapas y tostas, con muy buenos precios. Pensé que las tapas serían algo complementario, pero no, estaban muy ricas. Pedimos dos tipos de tostas: de queso de cabra con coulis de pimiento y bacalao con huevas de wasabi. Uhmmm.
Hay que probarlo.

Me quedé prendado de este sitio antes de venir, gracias a las recomendaciones de varios Unilocalers que me habían hablado maravillas de su paso por aquí. Cervezas internacionales, vinos y tapas ricas, todo a buen precio. ¿Demasiado bonito para ser verdad?
Cuando uno viene y lo ve por fuera, viendo el nombre, lo primero en lo que piensa es que es el típico sitio donde no salen del montadito de lomo y la Cruzcampo (que no está mal, pero variar también está bien), aunque el cartel luminoso de fuera anunciando Leffe ya hace presagiar que no estamos ante un bar normalito.
El interior es amplio, bonito, con varios tiradores de cerveza de barril y una cámara frigorífica donde guardan algunas de las muchas variedades que ofrecen. Es cierto que fui a pedir alguna y no les quedaba, pero la alternativa sugerida estaba igual de buena, o mejor.
Además, las tapas están bien, pues tienen un precio acorde a la calidad y la cantidad que estás tomando. Yo probé unas tostas de bacalao con caviar de wasabi que me encantaron, aunque el arroz meloso también estaba estupendo, además de las papas «my way».
Se trata, sin duda, de uno de los mejores descubrimientos de las últimas semanas y, aunque no me pilla muy a mano, estoy seguro de que volveré más a menudo de lo que tengo previsto.

Es un gastro bar como los que inundan el centro de Sevilla, pero una de sus originalidades reside en que es el único (o prácticamente el único) en Triana. No le encuentro explicación a su nombre o estética exterior (ladrillo visto), porque jamás lo hubiera imaginado.
Otra de sus originalidades es su amplia carta de cervezas internacionales y cerveza artesana propia. En botellines y en tiradores. También tiene una pequeña selección de vinos de autor a buen precio, para quien sea más aficionado al caldo de la uva.
¿Y con qué lo acompañas? La carta de tapitas va cambiando, aunque siempre encontrarás recetas de gastronomía internacional. Ejemplos: Hamburguesa gourmet, Risotto Negro con chipirones y ali-​oli, Salmorejo de remolecha, Crujiente de bacalao con coulis de pimiento verde y rojo, Buñuelo negro de bacalao con ali oli, Wok de verduras, etcétera.
Además tiene una extensa carta de tostas, muy ricas también, por 3 euros la unidad.
En definitiva, un sitio que se merece mi aplauso, y que animo a todo el mundo a probar, al menos una vez.

Tenemos la costumbre de pensar que en Triana sólo hay bares de pescaíto frito y tapas típicamente sevillanas… pues aquí tenemos la prueba de que esto está cambiando.
En el puedes encontrar cervezas internacionales y tapas deliciosas que van cambiando aunque siempre encuentras algunas fijas, entre ellas el risotto negro con Ali-​Oli o sus tostas y panes.
Se ha convertido en uno de mis habituales y es que eso de que mi hermano viva al lado ha hecho que se convierta casi, casi en nuestro «Central Perk».

En pleno barrio de Triana, en una calle principalmente residencial encontramos este local de tapas, que ha optado por adoptar el irritante (al menos para mi) nombre de gastrobar. Sin embargo y a pesar de esa elección, este establecimiento ofrece una atractiva propuesta.
Apoyados en la consabida formula de pizarra y barril, y partiendo de un local poco atractivo, han conseguido un ambiente agradable, quizá excesivamente grande y con pocos veladores en proporción, pero un sitio donde poder pasar un buen rato entre cervezas y tapas.
Realmente lo mejor de este establecimiento es su oferta, no sólo en tapas y platos, sino también con distintas cervezas y una considerable carta de vinos. La carta de tapas no es fija y hay que recurrir a las pizarras para ver las opciones de cada día. De cualquier modo también tenemos una parte de oferta permanente entre las que sobresale el pan con bacalao y caviar de wasabi, solo por esto merece la pena la excursión al Al-​Andalus.
El servicio es agradable, aunque un poco lento, y no porque el encargado no se esmere, sino porque da la impresión de que un solo camarero para la barra y los veladores no es suficiente.
Estoy seguro de que nadie se arrepentirá de visitar este negocio trianero, y que después de la primera vez será una opción considerable a la hora de tapear por el barrio.

Si te dicen que hay un bar en Triana que se llama Al-​Andalus te puedes esperar lo peor, un antro para guiris con fritanga y trampantojos en las paredes de arcos morunos. Así que cuando unos amigos me propusieron ir allí hará dos años puse cara poker y accedí por no hacerles el feo, pero cuál fue mi sorpresa al llegar y ver que aquel lugar no era nada de lo que me esperaba.
El local es un sitio sencillo, sin ningún tipo de tópico que te puedas esperar por su nombre, que tiene tanto mesas altas con taburetes como mesas para comer más tranquilo. La carta de bebidas es muy extensa sobre todo en cervezas, ya que en Al-​Andalus puedes encontrar cervezas de todas las clases y de todas las partes del mundo que puedas imaginar. Yo no soy muy cervecero, pero con una carta así siempre apetece probar alguna nueva y dejarte sorprender, o hacer una apuesta segura con una Paulaner. En la comida también hay muchas opciones, con una variedad de tostas muy ricas (recomendadísima la de lomo de orza y paté de pato) y una carta de tapas originales sin caer en lo snob. Una de las mejores cosas que tiene la carta de tapas es que va cambiando mucho, así que cada vez que vas tienes algo nuevo que probar.
Si añadimos que los camareros son muy simpáticos y que siempre están atentos por si necesitas algo, este sitio es perfecto para tomar algo si estás por Triana, ya que está a una paso de la zona más bonita del barrio pero ese paso que lo separa hace que sea un lugar más tranquilo y apetecible para tomar algo con los amigos.

Llamé a mi amigo José Carlos para vernos y me dijo, «¿por qué no te vienes a tomar una cerveza a la Cervecería Al-​Andalus? Ahí tienen cositas muy ricas»
Y como yo soy muy fácil de convencer, a los 10 minutos estaba allí. El sitio me encantó. Nada más llegar pedí una cerveza, como hago generalmente cada vez que llego a un bar, dando por hecho «lo de la Cruzcampo». De entrada, y así de sopetón, el camarero me preguntó, «¿Y qué cerveza te pongo?» A lo que yo respondí, «¿Ein?¿cómo?». Él no lo sabía, pero acababa de «liarla parda».
Esa era la peor pregunta que podía hacerle al «Hombre Duda» (que soy yo). ¡Qué dilema, Dios mío! «¡No, otra vez noooo!», exclamé mentalmente y para mis adentros .
Cómo podía pensar este buen hombre que yo iba a poder vivir con la duda de si la cerveza del «tirador 1» hubiera estado más buena que la del «tirador 2»… o que podía irme a mi casa sin probar la del «tirador 4»… mente inocente…
Al final ocurrió lo que tenía que ocurrir. Nos pusimos tibios de cerveza (probamos todas las de tirador… repitiendo con la más fresquita). Las de botella… las de botella… esto… en… ¿las de botella… ¡qué papón!
Al día siguiente tenía fotos en el móvil de 6 ó 7 botellas de cerveza (una jamaicana, otra holandesa, otra alemana…). Supongo que me daría por hacerle fotos a las que más me gustaron. No pretendáis que os de marquitas, porque gran parte de lo que os cuento me lo han tenido que recordar– je, je, je–

El gastrobar Al-​Andalus es distinto, «is different». Sus tapas son más propias de otro lugar que de aquí, son lo contrario a lo que nos invita a imaginar su nombre.
El precio de sus tapas está por encima de los 3 o 4 euros, es algo más caro que un típico sitio de tapas, pero tienen una variedad original y poco habitual en Sevilla. También poseen varios tipos de cerveza y una carta de vinos variada.
En definitiva, original con muy buena atención.

El Alandalus es una buena opción cuando te apetezca algo diferente…
Si estás harto de la Cruzcampo y tienes ganas de una cerveza rara, allí encontrarás variedades que a lo mejor ni tenías ni idea de que existían, además de la suya propia, ¡sí, tienen (o al menos hace unos meses tenían) una cerveza propia!
Si estás aburrido de las típicas tapitas de ensaladilla, chocos fritos y montadito de pringá, el Alandalus te ofrecerá sabores distintos: risotto exquisito, crepes, quesadillas… y un montón de cositas novedosas (del día) que suelen escribir en las pizarras.
Si no soportas la antipatía de esos camareros que desconocen por completo algunas normas básicas de la hostelería: aquí te tratarán genial, con amabilidad y cercanía.
También te conquistarán por el buen gusto a la hora de la presentación de los platos, su elegancia, su saber servir…
En definitiva, el Alandalus es bueno, es original, ¡es diferente!

Lo más típico/​tópico es su nombre Al Andalus.
Que lo de Gastrobar no te asuste, que no vas a pillar una gastroenteritis ni nada por el estilo. Todo lo contrario, puedes salir de allí, habiendo probado delicatessen en tapas, cervezas o vinos que no puedes encontrar en otros sitios. Un almuerzo o cena gastronómico y en lo económico, pues no es barato, todo hay que decirlo, pero las tapas lo valen, no en todos los sitios puedes pedir un Risoto con Boletus y Mascarpone (arroz con champiñones y queso) ni una Glops. Hasta la tortilla de papas parece otra cosa.
El Bar muy acogedor, último diseño, con su típica barra, o sus mesitas altas para tapear con tu novi@ acaramelados, o sus mesitas bajas para comer de lo mas formal.
Pruébalo su dueño Manolo, sabe lo que se trae entre manos, lo conocí en su otra etapa anterior en El Tribuna, y aquí ha traído su sello en la alta cocina.
Si te gusta la cerveza podrás encontrarlas de diferentes tipos y marcas.