Yakitoro

Me encanta la comida, el local, las mesas, el personal, su ropa, el ambiente, la música… ¡TODO! Empezaré por el principio…
Queríamos cenar en Yakitoro pero estaba reservado durante todas las navidades. Como en su web pone que dejan un tercio de las mesas sin reservar para el que vaya llegando, allí nos plantamos el 30 de diciembre a las 10 de la noche XD ¡Más chulos que un ocho! En 40 minutos estábamos sentados.
Me chifló el local y la disposición de las mesas. Es una mezcla entre mesas independientes y mesas corridas. Acabamos hablando con nuestros vecinos de la derecha y de la izquierda. No te molestaban las conversaciones del resto y aunque había música no estaba alta. ¡Todo canciones de los ’90 :P
Aunque en medio de la sala está la cocina donde hacen los platos a la brasa y huele bastante… no salimos con olor en la ropa, cosa que se agradece un montón.
Nada más sentarnos la camarera nos metió los abrigos en el cajón que había al lado de la mesa, así evitas que te manchen la ropa, que se caiga al suelo o tener que estar pendiente del bolos. Me encantó la idea.
Nos aconsejaron pedir 6 platos y eso hicimos. Intentamos coger un plato de cada sección para probar un poco de todo:
— De la tierra: Setas shitakes frescas, salsa de ajo cocido y virutas de bonito seco ahumado. Buenísimas…
— Del agua (todos los pescados se congelan para evitar que te contamines con anisakis, otro 10): Pez mantequilla con curry rojo. A mi chico le encantó pero como a mí no me gusta el cilantro no me hizo gracia (me sabe a Fairy… qué le voy a hacer…)
— De la granja: Alitas de pollo 2015, agridulces y picantes. ¡Increibles!
— De la finca: Cordero marinado en yogur y hierbas, asado y bien tostado. La salsa estaba espectacular y el cordero muy bueno aunque se les quemaron un poquito los bordes.
— Para acompañar: Patatas fritas en tempura con salsa de sésamo tostado. Super originales nos gustaron un montón
Y de postre pedimos Churros con chocolate y Crumble de manzanas con helado de vainilla. Los postres están para ir sólo a media tarde a merendártelos todos ¡Buenísimos!
Para beber tomamos una botella de medio litro de cerveza Yakitoro (muy suave) y media botella de vino. Detalle de la camarera: como la botella que trajo no dio para llenar mi jarra de vino, trajo otra jarra vacía y me abrió otra botella para no mezclar vinos de dos botellas diferentes.
De precio estuvo muy muy bien, 55 € para dos personas. Es uno de esos sitios de los que sales y si te hubieran cobrado más no te hubiera parecido caro. ¡Volveremos!

Went into this place expecting it to be more of an authentic Japanese experience, I wouldn’t even call this place Japanese fusion, just Japanese inspired. The most Japanese thing was the asahi beer we had.
Nevertheless the place has very good food and attentive service, which can be hard to come by in some places ob Madrid.
Although I was looking for a more authentic Japanese experience, I wasn’t disappointed at all and would go back again.

Es la tercera oportunidad que le dábamos y efectivamente cada vez peor… Esta vez el camarero un tal Jesus que no destacaba precisamente por hacerse la manicura (=dedos como butifarras llenos de roña entre las uñas) resulta que nos trae la cerveza de la casa caliente. Se lo dijimos y nos trajo otra igual o más parecido a un caldo gallego. Pedimos 7 platos y nos trajo los 7 casi al mismo tiempo con lo cual se nos enfrió la comida. Daba la impresión que tenían prisa en despacharnos… Eso unido a un riego de detergente que tuvimos al final nos hizo pedir la cuenta isofacto sin postre ni nada más. Creo que ya ha sido suficiente!!! MAL CHICOTE, MUY MAL! Antes de criticar y jactarse de ello revisa tu local y a tus empleados!!! P.D. Deberías poner un poquito más de atención a tu negocio y así sabrías de que estoy hablando

La cocina de Yakitoro simplemente consiguió conquistar mi paladar en mi viaje a Madrid. Fui dos veces y la verdad es que cada plato son sensaciones nuevas, inesperadas e incluso mágicas. Además, el precio no es excesivo para pertenecer a un cocinero de renombre y con aparición en televisión. Visita obligada si vas a Madrid. Recomiendo probar tantos platos como puedas. Estoy deseando poder volver pronto aunque recomiendo reservar con algunas semanas de antelación.

Increíble! Comida rica, fresca y el sabor de la parrilla buenísimo. Me encantó el pollo con mojo. El atún!!! Delicioso. Los postes de 10. Helado de fresa con wasabi. Probarlo. Es una sensación en el paladar única. Vamos a repetir seguro. Además de una carta de cerveza buenísima. Y los vinos de 10. pues de esto he pasado a esto:
He venido más veces siempre con reserva. Hoy vamos sin reserva y nos dicen que a las 17:30 para comer!!! Están locos!!! Se me callo un mito. Difícil que vuelva. La verdad que me parece increíble que den ese tiempo de espera!

Tenía muchas ganas de venir al Yakitoro de Chicote, ya que me encanta este hombre y, si mete tanta caña a camareros y cocineros en la tele, pues en su restaurante me imaginaba yo que debería estar todo perfecto. Y la verdad es que no me defraudó.
Fui a comer allí el día de mi cumple, con reserva para dos. El sitio es bonito, con unas mesas muy originales que tienen un agujero en el centro donde hay una especie de cubierta llena de hielo y botellines de cerveza, por si te quieres servir alguno. Los camareros muy amables y correctos. Me gustó el detalle de unos baúles para dejar dentro los abrigos y bolsos y que no estorben.
Vamos a lo importante, la comida. Casi todo lo que se sirve aquí se hace en forma de brochetas, normalmente con cantidad para dos personas (en nuestro caso, perfecto). La brocheta que más me gusto fue la de atún con salmorejo, y también estaban muy ricas las albóndigas de pollo picantes. La brocheta de setas shitake con lascas de atún por encima estaba un poco insípida, esta no la recomiendo mucho. También pedimos la brocheta de cocido, porque teníamos mucha curiosidad por ver cómo ponían un cocido en una brocheta. Tampoco recomiendo esta especialmente, a no ser que lo que más te guste del cocido sea el chorizo, el tocino y esas cosas. Si lo que te gusta del cocido son los garbanzos, como a mí, esta brocheta no es para ti. Además, de entre los platos no brocheta pedimos el disco de arroz con huevo (arroz a la cubana de toda la vida pero en plan monis), que estaba muy rico, y patatas en tempura, también ricas.
No podíamos terminar sin postre, por supuesto, así que pedimos uno que nos habían recomendado, el helado de fresa y wasabi, y otro a nuestra elección, el crumble de manzana. Los dos me gustaron mucho, a mí me encantan los postres en general, pero con el crumble especialmente casi me muero de placer. Sin duda, lo recomiendo muchísimo.
Todo esto por poco más de 25 € por cabeza me pareció bastante razonable, así que es muy probable que vuelva para probar otras brochetas. Y el crumble. Mucho crumble.

Como es posible que no haya podido venir aquí desde que me mudé a Madrid? La respuesta es muy simple: siempre que llamaba no tenían sitio (incluso con tres semanas de antelación!). Afortunadamente, un día me animé a ir a la puerta a ver si tenían algún espacio libre y resulta que hay ciertas mesas que no se reservan y solo se cogen si vas allí el mismo día. Y… Bingo!!! Por fin pudimos comer en Yakitoro!!!
Y la realidad superó las expectativas. No se puede decir que los que fuimos comiéramos mucho, vale, pero beber cerveza y probar más de 6 platos y tocar a 15 € por persona? Me parece un chollazo! Creo que la cantidad perfecta de comensales es 4 personas, para poder pedir una variedad razonable de platos y poder probar todos una cantidad respetable (por ejemplo, pedimos dos tipos de brochetas diferentes, y tocamos a dos trozos de carne por brocheta y persona, genial para probar y no llenarse).
El servicio es excepcional, te recomiendan los platos estrella del lugar (sin mencionar el uniforme de trabajo, aún estamos decidiendo si son paracaidistas, pilotos del ejército, o mecánicos). El mismo Chicote estaba comiendo en una de las mesas!
Además, algo curioso que aprendimos allí es que la disposición de los tablones en el techo del salón no son simplemente decorativos, sino que ayudan a cortar el ruido entre mesas, así que podemos está hablando a un nivel bajo de vez escuchándonos perfectamente y con solo un rumor de las conversaciones de las mesas de alrededor (estos arquitectos qué apañados!!!).
En definitiva, sitio genial, nada caro y un poco diferente! Para salir de la ensalada de queso de cabra a la que estamos acostumbrados en Madrid…

Chicote debería analizar el sitio en plan pesadilla en la cocina. Uno de los empleados fumando dentro del local mientras esperabamos, delante de mi mujer despues de decirle que estaba embarazada. Las paredes de las cocina sucia, y por limpiar las rejillas del aire acondicionado del techo no pasaría nada.
Nos morimos de frio dentro y la camarera parecía estar moqueando.
La comida bien, todo con un toque diferente, mola la diversidad de bebidas en hielo en la propia mesa.
El tipo de comida es un poco grasienta desde mi punto de vista.
En general esperas más de un sitio de Chicote.

Super fun atmosphere for all ages. The food was more than great. Our waiter messed up our order but the food we got was still good. Definitely recommended the oriental rice if you are a sushi fan! If you’re looking for an urban, fun place to eat I definitely recommend Yakitoro!

Por fin he podido venir a cenar, el ambiente del local está bien y la ubicación inmejorable, además de un sorpréndete buen precio, aquí van mis puntuaciones a Chicote:
Tomate jengibre — muy bueno
Chipirones con tomate — bien
Dados calabaza asado caviar — bien
Setas shitakes — regular
Ceviche corvina — malo
Pez mantequilla — malo
Pollo Cañi — muy bueno
Tataki — muy bueno
Disco arroz — bien
Puré meloso — muy bueno
Los postres, el de manzana y el de chocolate blanco los que más me gustaron
En resumen, evitar los pescados /​chipirones

Q sitio tan rico ! Crei que estaría medio medio, muy fan de chicote no soy así que no pensé que me sorprendería tanto.
Bueno a lo que vamos, los platos con pescado no son buenos, probé el ceviche y el pez mantequilla mmmmmmmm no no no. Sin embarco el tataki de atún mmmmm delicioso !! Es servido con una salsa que la verdad ni idea de que es, sólo se que quería pan para rebañar la salsa !
El pollo Cañi es buenísimo, el puré de patata tremendo, lo había leído en más reseñas Unilocal y no defrauda nada.
Brochetas de setas buenas. brocheta de calabaza ricas también.
Ahhhh y sin olvidar el tablnse arroz con huevo frito, tenía una salsa de tomate tremenda.
El momento postre, cayeron 4! Crumble de manzana es el que más me ha gustado, el helado de fresa y wasabi es fresco y quien coma wasabi lo disfrutara un montón!
Otra cosa q me encanto !!! Las mesas ! Preciosas ! Con la gran idea de tener la nevera incorporada para mantener la cerveza o el vino bien fresquito :)
Y el precio … A mi parecer asequible, éramos 4 y pagamos 75 eur

Fue un riesgo bien asumido ir al Yakitoro un viernes sin reservar, pero es que, como no cierra la cocina y el gran movimiento de mesas que hay, sobre las 16:00 — 16:15 tienes sitio siempre (a menos q seáis un grupo muy grande) y si tienes suerte, hasta puedes llegar a ver a Chicote, jajajaja.
La comida me encanta, además, no es un sitio caro como mucha gente puede pensar. Pedimos unas berenjenas con salsa de pimentón buenísimas. Pero sin lugar a duda, el arroz especiado de acompañamiento me tiene conquistada, siempre que voy, lo pido, no puedo dejarlo pasar.
Los camareros estaban algo agobiados y alguno fue un poco menos amable que otro, pero bueno, entiendo que no se tiene un buen día siempre (aunque es la razón de no tiene la quinta estrella).
Volveré otro viernes a probar platos nuevos seguro!

Bueno… Que sitio mas genial!!! Pienso repetir en cuanto pueda, y seguro se va a convertir en uno de mis favoritos.
El ambiente del local es genial, tienen una barra con una brasas donde van cocinando los pinchos. Las mesas tienen en medio unos huecos con hielos para meter las bebidas, me pareció original, nunca lo había visto.
Fuimos 3 personas, pedimos 2 yakitoros por persona y una ración para compartir. Bueno, yo pedí pollo frito con salsa agridulce, y un rosetón de arroz con huevo frito, y de verdad el pollo tenía un sabor y una textura espectacular!!! Los precios están genial, son de media unos 5 euros por pincho, y son bastante grandes.
De postre pedimos un lingote de chocolate blanco con mango y helado de miel. No me gusta mucho el mango, ni la miel, pero la mezcla de todo estaba riquísimo!!!
Eso si, hay que reservar con antelación!
En cuanto tenga alguna visita en Madrid, ya se a donde le voy a llevar!

Escapada a Madrid, ¿dónde comer?, ¿dónde invitar a tu pareja a comer — cenar? Al nuevo restaurante de Alberto Chicote!
Gran fusión de la comida española con la asiática.
El restaurante está basado en el concepto de los pinchos morunos a la brasa, aunque también hay ensaladas y bocadillicos. Cada plata trae dos pinchos, por lo que son ideales para compartir con otro comensal. Nosotros nos comimos una ensalada de espinacas, brutal, y tres pinchos que estaban espectaculares. La forma de trabajar el pescado y sus sabores en el restaurante es fantástico. Para terminar la comida nos pedimos 2 postres y estaban… mmmmma
El restaurante cuenta con dos cocina. Una situada a la entrada con paredes de cristal, por lo que puedes observar a los cocineros como si estuvieran en una pecera, y luego en el medio del restaurante hay una extensa barra circular en la que dos cocineros preparan las brochetas al carbón. Lejos de lo que podríamos imaginar de que el restaurante fuera ruidoso o que oliera a brasas, nos encontramos con un ambiente muy tranquilo y acogedor.
Los camareros son muy agradables explicando cada plato, y si sois fan de Pesadilla en la cocina, tenéis que observarlos atentamente porque seguro que alguien os suena.
En resumen, calidad precio, muy muy recomendable.

Really nice place. Original and tasty tapas and awesome beer selection. The chef (a TV star) was there, testing the quality and controlling that everything was OK. We paid 30 € each and had 2 big (½ litre) beers, several tapas and 1 dessert each.

Viernes por la noche, tienes un plan para cenar y no sabes donde ir. Así empezó mi fin de semana, hasta que dijimos, ¿por qué no vamos a Yakitoro a probar suerte? El razonamiento de la osadía vino provocado por el hecho de que, por norma, el local deja ¹⁄₃ de su ocupación disponible fuera de reservas, así que nos lanzamos y oye, que hubo suerte.
Nada más entrar, el amigo Alberto nos dio la bienvenida, que siempre es un aliciente y una muy buena imagen de marca. El local es enorme y está lleno hasta cuando lo limpian. De concepto no voy a decir nada, porque las mesas con bebidas y demás seguro que ya las tenéis muy vistas: P
La carta es muy interesante, dividida en yakibocatas de pan de arroz y yakitoris de la granja, el agua, la fina y la tierra. Te recomiendan pedir 5 yakis (dos brochetas por ración) más un acompañamiento. De precios no está mal y siguiendo esta recomendación, con dos copas de vino y unos churros con chocolate, no se nos fue a más de 20 euros por persona.
Mi recomendación: yakitori de pez mantequilla, albóndigas lacadas y cordero con yogur. Menuda locura de sabores, casi todo a la brasa. La verdad es que Chicote ha dado en el clavo con este concepto y yo os recomiendo, mis queridos Unilocalers, que vayáis, aunque sea riesgo probar sin reserva, porque, como tengáis suerte, vais a pasar un rato divertido y probaréis cosas muy chulas.

BUAAAAAAH! (Que diría mi compañera Sharon si estuviera escribiendo esta reseña). ¡Qué cosa más rica, POR FAVOR! Estaba en Madrid con algunos compañeros de trabajo, y estábamos en una reunión en un hotel cercano. ¿Dónde comemos? A mí se me ocurrió que podríamos darnos un pequeño homenajecillo y acudir al Yakitoro. Pensaba que iba a ser más caro, pero os voy a espoilear la reseña antes de que la leáis: para nada. Pagamos algo así como 80 € y éramos cuatro. Vamos, que salió a unos 20 € por persona.
Fuimos un día de diario, a la hora de comer, y aunque había movimiento en el restaurante, no estaba lleno. Así que nos sentamos fácilmente. Las mesas molan mucho y en el centro tienen una cubitera con cervezas, nosotros tomamos una Rosita de 1,5 litros, riquísima. Lo de la cubitera es muy guay excepto si tienes las piernas grandes, que terminas pasando un frío del copón.
Dejamos que los camareros (por cierto, todos muy agradables y diligentes) nos guiasen por la carta y terminamos pidiendo lo siguiente:
— Ensalada de tomate y jengibre. En serio, es un tomate con lascas de jengibre como las de los restaurantes japoneses, sin más. Entonces, ¿por qué es tan delicioso el conjunto? ¿Por qué a nadie se le había ocurrido antes?
— Tataki de atún, riquísimo, delicioso, un atún espectacular.
— Alitas de pollo, bien crujientes, muy ricas.
— Patatas bravas, con un puntito de picante. Sin estar malas, no me emocionaron.
— Pollo cañí, de mis favoritos también, bastante picante y muy jugoso.
— Albóndigas, que estaban buenas, pero un poco secas.
— Chipirones, materia prima muy buena, salsa increíble de sabor.
— Calabaza con huevas de trucha, a la postre el único que no volvería a pedir.
De postre:
— El Yakitoro de marshmallow (nubes de golosina). Muy impresionante, muy llamativo y muy guay, pero un puntito empalagoso.
— Algodón de azúcar: tres cuartas partes de lo mismo, un poco demasiado azúcar para el cuerpo.
— Helado de fresa y wasabi: fresquísimo, increíble.
— Helado de vainilla con aceite de oliva y jengibre: espectacular.
Por lo tanto, mi recomendación en el postre es tirarse a por los helados, y si eres muy goloso, a por los malvaviscos. Por lo demás, la verdad es que se come genial, el restaurante es precioso y el servicio espectacular. ¡VEN!

Sólo por los postres vendría cada día. ¡Qué originalidad y qué productos más buenos! Chicote ha creado una carta corta y aparentemente sencilla, pero muy bien pensada y directa al grano: brochetas o yakitori, como les gusta a los japoneses llamarlas. Llegaba hambrienta así que los ojos se me pusieron bizcos con tanta delicia y para cuatro personas que éramos 10 platos de tapeo a compartir fue más que bastante, yo acabé muy saciada.
El servicio es eficiente y sonríe, además de llevar un uniforme muy gracioso de piloto de avión o mecánico moderno, y el ambiente muy chulo. Me gustó especialmente la ensalada de tomate y jengibre (sí, nadaría en lascas picantes rosadas todo el día) y el tataki de atún y las bolitas de cerdo, pero lo que me conquistó locamente (y no soy de postres) fue su helado de vainilla con aceite de oliva y jengibre. Sí, de nuevo él. A mejorar los daditos de calabaza, que estaba dura (cruda) y sin demasiado sabor, además de que la mezcla con huevas no me gustó especialmente. Puede ser que la calabaza ya no sea de temporada en junio.
Me encantó que tuvieran cerveza artesana de su marca aunque como era de trigo y no me va demasiado pedimos la Rosita catalana ¡y de litro, señores! Estaba deliciosa y casaba con todo a la perfección. A depurar el sistema de frío para botellas que tienen en las mesas, que queda muy guay pero da un frío terrible en las piernas, y de la cuenta no puedo hablar porque no pagué pero me consta que la relación calidad precio es excelente. Chicote, che, vine’t-en cap a València, bonico!

Vinimos a Madrid para ir a un concierto y tuvimos la suerte de poder reservar mesa para 6.
Al principio puedes pensar que los platos son pequeños y caros pero te das cuenta que no es así y además todo está DELICIOSO.
El concepto de las brochetas me parece muy interesante y acertado.
Mención especial al puré de patatas con mantequilla fresca.
Las instalaciones son espectaculares. Un detalle el invento de Chicote para ponernla bebida en agua helada en el centro de la mesa.
El personal es increible. Un detalle el uniforme militar de los trabajadores. Mención especial a nuestra camarera Leticia… una profesional como la copa de un pino. CHAPÓ

Meat yakitoros are better than fish ones. Overall a fun and great experience.

Service here can be slow but the food is great and price is fair. Small plate restaurants tend to leave me with that empty feeling, both stomach and wallet, but I always leave Yakitoro satisfied. Ice buckets built into the tables keep the large-​sized beers cold so you don’t get frustrated while waiting for your server to pop by.

Bueno, pues tengo que reconocer que el restaurante de Chicote me ha sorprendido para bien. No sé por qué pero pensaba que iba a ser decepcionante, el típico sitio famoso por lo mediático del chef que luego es caro y no está la altura. A pesar de mis prejuicios tenía ganas de probarlo y algunos de mis amigos habían ido y les había gustado. Y con razón, ¡es mucho mejor de lo que pensaba!
Para empezar, el hecho de que sea tan popular hace que esté bastante lleno de gente. Sin embargo, nosotros siendo dos llegamos sin reserva un domingo a las 14:30 y nos sentaron sin problemas en 5 minutos, en una de las mesas junto a los ventanales. Lo malo de esas mesas es que no tienen la especie de cubo con hielos para las bebidas que tienen las mesas del interior, pero para haber ido sin reserva a un sitio bastante popular no está mal.
La decoración es bastante chula, la cocina está a la vista y en la parte central hay parrillas con fuego y carbón donde puedes ver a los cocineros asando brochetas y platos. El sitio es muy amplio y tiene muchísima luz, aunque lo espacios entre las mesas son justitos.
Los precios de las bebidas son más bien altos. Yo pedí una copa de vino rosado muy rico y mi chico probó la cerveza de trigo Yakitoro que hacen especial para el restaurante. Creo que lo que más rentable sale es pillar botella de cerveza de 75cl para dos, pero a mí ese día no me apetecía.
Sobre la comida, hay bastante donde elegir en la carta y todo tiene muy buena pinta. Nosotros lo pedimos todo para compartir y al final nos decidimos por lo siguiente: un yakibocata de tiras de ternera con salsa barbacoa ibérica (vienen en pan de ese oriental, cocido), yakitoro de dados de calabaza asados con caviar de trucha, de chipirones con salsa de cebolla, de albóndigas de pollo lacadas y de pollo y papa canaria con mojo rojo. De todos los yakitoros vienen 2 unidades excepto del de chipirones (que viene 1). También pedimos una cesta de pan para acompañar y fue todo un acierto, porque vienen varios tipos de panes muy ricos y porque muchos de los platos tenían salsas. Para postre probamos el yakitoro de marshmallow, dos marshamallows gigantes a la parrilla de carbón con una especie de azúcar glass de fresa, ¡muy bueno! De las brochetas, la que más me gustó con diferencia fue la de albóndigas de pollo lacadas, y el plato menos acertado fue el yakibocata. Es súper pequeño para el precio que tiene y no nos supo a mucho. La verdad es que los platos de por sí son pequeños, excepto los acompañamientos y las ensaladas. Lo mejor es combinar los yakitoros con ellos para no salir con hambre sin que la factura suba mucho.
Nosotros acabamos pagando algo menos de 20 € por cabeza en total, lo que nos pareció ok. El servicio es amable y eficiente y los platos salieron muy rápido a pesar de estar lleno.
Lo recomiendo bastante, al menos una vez para probar, y yo misma no descarto volver para probar algunas cosas más de las que me quedé con ganas :)

Overrated overpriced and fake. Not tacky at all. Just skip and go to the Lobby Market. Try the octopus it s a delight.

The Salmon Shabu Shabu, Bone Marrow and Tuna was so yummy. The wait staff is fabulous. We had a wonderful time.

Ahora mismo no tengo palabras pero ya estuve dos veces, las dos vi a Chicote por allí, y solo puedo decir que lo ha bordado. No quiero retrasar más mi comentario que completaré con mi siguiente visita.
Buen sitio y buen lugar, buena atención, calidad en la comida, una presentación acertadísima y un precio más que razonable.

La nueva taberna de Chicote en Madrid me ha gustado, así, en general. La atención de los camareros fue buena desde el principio, aunque dé la impresión de que traman algo (quizás sea por el uniforme militar que llevan).
El espacio está muy bien aprovechado y las mesas se sitúan alrededor de la parrilla central. Hay mogollón de mesas, muchas de ellas pegadas por completo a otras, y sin embargo en ningún momento tuve la sensación de que los comensales de la mesa de al lado estuvieran sentados en la mía (cosa que sí me ha pasado en otros restaurantes con más espacio). Los grandes ventanales que rodean al local proporcionan una luz natural que se disfruta.
A lo que vamos, la comida. Había oído todo tipo de opiniones, buenas y malas, así que no sabía qué esperarme. Pedimos lo que nos apetecía en ese momento: ensalada de espinacas y hierbabuena con queso, shiitakes frescas, pollo con patata (una y pequeñita) y mojo rojo, ceviche y arroz aliñado con especias orientales (que a mí fue lo que más me sorprendió y gustó).
Cada plato está compuesto por dos pequeñas brochetas (salvo en los que se especifica lo contrario). Si vais con hambre, recomiendo pedir algún acompañamiento, como arroz o patatas. Aquí uno viene a degustar sabores y disfrutar de ellos, no a llenarse la barriga, pero tranquilos… ¡que tampoco os quedaréis con hambre!
Los precios no están mal, una media de 20 – 25 euros por persona (incluyendo el vino).
Ah, sí, el detalle de la cubitera en el centro de la mesa es una gran idea. ¡Qué rico se mantuvo el vinito blanco que pedimos! «El novio perfecto», un vino un poco dulce (por el 50% de moscatel) que nos encanta.

Atmosphere and service was amazing! Food was ok but sometimes not very balanced. However, a very cool place.

En este luminoso restaurante acristalado se nota que todo está muy estudiado.
Las parrillas en el medio del espacio para que sean observadas por todos no te dan humos, y las mesas de varios tamaños ligeramente conectadas entre sí con una cierta discreción te guardan la intimidad.
La decoración del techo parece sólo de diseño e insignificante, sin embargo supuestamente sirve para absorber el ruido, pues conversaciones de otras mesas no te molestan en absoluto.
El detalle de cubitera incorporada en el centro de las mesas da frescor y resulta novedoso además de su utilidad y comodidad.
Es donde se fusionan lo oriental y lo occidental.
Ya me había estudiado los platos que triunfan a través de los comentarios de los más modernos y lanzados hablando gastronómicamente, así que tenía bastante claro lo que íbamos a probar.
Empezamos con una media botella de vino blanco «Ovni» — un Pedro Ximénez seco para acompañar los siguientes platos:
— Setas Shiitake frescas, salsa de ajo cocido y virutas de bonito seco ahumado.
— Ceviche de corvina con cilantro, aji amarillo y su leche de tigre.
— Buñuelo de bacalao con mahonesa de yuzu y chili.
Los shiitakes se preparan con todo su encanto manteniendo su textura y aroma original, el ceviche es algo «regulero» pero rico y correcto, y el bacalao está crujiente y por dentro carnoso y jugoso.
Para otra media botella de vino tinto «Les Cousins» de Priorato, que según el camarero, el vino más potente que hay en el restaurante, acompañaron:
— Pollo frito crujiente con salsa agridulce cañi.
— Pintada asada y bañada con salsa de trufas.
— Atún rojo y pack choy, lacado, sobre pan y salmorejo.
— Cordero marinado en yogur y hierbas, asado y bien tostado.
— Entrecot Wagyu (fuera de la carta).
— Patatas fritas en tempura con salsa de sésamo tostado.
El pollo al «cañi» me recordó el sabor asiático exótico, la pintada fue espectacular con su aliño, y el atún rojo, lo siguiente. La textura del atún, su lacado y la combinación con el salmorejo… todo nos convenció y resultó ser nuestro plato favorito.
El cordero tenía buen aroma a carbón con su salsa exquisita. En cambio el esperado wagyu nos pareció demasiado empalagoso, ojalá que se llamara entrecot a secas, es que wagyu suele ser menos graso y agradable en el paladar. Tal vez con una salsa al estilo «ponzu» con o sin toque yuzu el plato habría sacado más partido.
Por último las patatas fritas estaban crujiente y triunfó.
Concluimos nuestra comilona con «helado de fresa y wasabi, crema de chocolate y galleta de jengibre».
El sabor de wasabi no insiste y destaca la densidad de fresas, por lo tanto también es apto para uno que no está familiarizado con el sabor peculiar de wasabi.
El precio de vinos de media botella es razonable y te invita a probar varios.
Los platos se te sirven con una correcta pausa — no sé si fue por casualidad –, por lo que siempre tienes algún plato caliente en la mesa pero no amontonan los platos ni te aburres sin ellos.
Con todo más un café con leche, un sólo y un vino de postre «Valdespino», la cuenta nos salió a 99.40 euros en total entre 3 comensales.
La atención al público también fue una delicia.