Taberna Eulogio

¡El bar chino!
Me encanta este bal polque está legentado… ejem, porque está regentado por asiáticos que son la mar de majos. Tienen terraza de unas 4 o 5 mesas en la que en horas del mediodía se está muy a gusto. Dentro también puedes estar, sobretodo si sois un grupo grande ya que tendréis mas espacio.
Una de las cosas curiosas que tiene este sitio es que, a pesar de estar regentado por chinos, te ponen tapas españolas (bueno, alguna vez me ha caído arroz tres delicias) y, creedme cuando os digo que las hacen mejor que algún bar castizo que conozco, sobretodo una que es estofado de carne que está increíble.
Os cuento lo último que pedí aquí: el pincho de tortilla (2,50 €), que le doy un notable por dejarla medio hecha, y unos palitos de pollo crujientes con salsa chilidulce, que son un p*** vicio. Cosas que tienen buena pinta (de esos momentos que aprovechas para mirar a la mesa de al lado): las hamburguesas y los huevos rotos.
Tienen un menú megabarto (8,50 €) con el que sales bastante lleno y no es necesario ir al McDonalds de al lado para compensar.
PROS: Tienen terraza que da bastante el solecito
CONTRAS: Hay pocas mesas y está en una zona muy demandada.

En mi círculo cercano de compañeros del trabajo que gustan de la fiesta o simplemente vivimos por la zona, este bar se conoce como «el Mao», nombre del actual regente. Aunque no sea de aquí, Mao ha aprendido muchas de nuestras costumbres e incluso las ha mejorado; por ejemplo, sus aperitivos están más cerca de ser raciones que tapas, y los sirve en varios estilos, siendo los predominantes el buen jamón y el queso manchego, así como los kikos con las copas.
Además es bastante barato, especialmente con el alcohol, cobrando precios que muchos de nosotros siquiera recordaremos que eran los habituales hace un tiempo. Y sigue haciendo caja, lo mismo en otros sitios están abusando de nosotros. Cough cough.
Pero lo mejor del Mao es ver cómo se entiende con su camarero, portugués de nacimiento y con un acento bastante cerrado cuando quiere; yo, que estudio portugués, apenas le entiendo la mayor parte del tiempo. Sin embargo, Mao (que habla castellano incompleto pero muy alegre) y su camarero portugués se entienden perfectamente aunque tú no lo hagas. Parece de peli de Almodóvar de mucha risa (si tal cosa existe), pero no es más que otra situación atípica de este barrio, que cada día es más de traca.

Sólo digo una cosa, menú a 8, 50 €. Eso ya no se ve y menos en pleno centro y al lado de Huertas.
La comida rica, las raciones abundantes y el trato correcto. Un sitio al que vas a comer y del que sales comido, sin más misterio ni parafernalis.
Me gusta que mezclan el sabor más tradicional con toques de otros países, utilizando especias y platos de gastronomías extranjeras introduciéndolos en el típico menú de primero, segundo y postre. Merece la pena comer aquí.