Alma

Un sitio que desde fuera promete mucho, pero quizás se queda en eso.
Un lugar donde poder sacarle mucho partido pero que luego dentro es frío, sin terminar de decorar, con unas tartas que dejan mucho que desear y un servicio antipático.
Precio medio de tarta 5 € (carísimo para la mala calidad que tiene)
Café 1,50 € (pasable)
De verdad que pienso que es una pena porque el sitio podría dar mucho juego, pero tiene luces matadoras, nada acogedor y se queda frío.
Que no! Que no me ha gustado y es realmente una pena

No frecuento este lado de mi barrio tanto como yo quisiera, pero si piso por la Calle Santa Isabel, la parada en Alma es casi obligatoria, ya sea por la mañana para desayunar, a media tarde para café y tarta o empezada la noche para un vinito y algo de picoteo.
El local no es muy amplio, de hecho, casi prefiero esperarme y con el buen tiempo estar sentado en alguna de sus pocas mesas de la terraza o de las inmediatas en la entrada, ya que siempre diré que muchas mesas en tan poco espacio al final crean un ambiente demasiado cargado, ruidoso e incómodo que espanta a la clientela.
Pero, afortunadamente para mí, no sé si tanto para el negocio, siempre lo he frecuentado en horas en las que no hay demasiada gente y se puede hablar tranquilamente sin alzar mucho la voz.
En cuanto a la carta, no es que sea muy amplia, pero seguro que de lo que hay, algo apetece.

Café Alma is one of my sure-​fire standbys when I’m craving a little taste of America. Situated right in the heart of the Anton Martin neighborhood, it’s a lovely little café with woodsy, artistic décor. The façade is made up of a series of narrow, window-​paned doors and in warm weather, they throw them open to allow fresh air to flow through the dining room. There’s free wi-​fi, so feel free to bring your laptop along if you need a calm place to get some work done.
The menu offers a rich selection of hamburgers and sandwiches. I have always ordered these, either the Mediterranean burger or the Classic — the entire range of burgers weigh in at 200 grams but their various garnishments inspire their names and the corresponding range of prices. I believe they offer a salmon burger, but I haven’t tried it.
The burgers arrive on a wooden platter, with homemade potato chips and cute little ramekins of ketchup and mustard. The ketchup they offer is made with alcohol vinegar, so American taste buds will be pleased. The mustard is not your common yellow mustard, either, and is delicious on both the chips and burger.
Alma serves coffee, tea, and beer, among a few other standard drink choices. The waitstaff does well with English, too, and offer table service more akin to stateside service than the typical Spanish service… meaning they server will actually come to your table and return now and again.
Count Alma among the solidly good western restaurants or cafes in Madrid. It hasn’t let me down, and I don’t believe it will.

Trato distendido, genial. Tanto las tostas como las tartas… A cada cual mejor.
Una carta escueta pero con una cuidada selección.

I havent had an actual meal here so I can’t say much about the food. But I’ve gone for coffee & pastries! It was quite good, a little bit more expensive than the standard price of things, but I love the location and the atmosphere in the café!
The coffee was 1.50 € and a piece of cake (or any of the other pastries) was 4,95 € I like to think! :) Super cute and nice staff! I’d return!

Sábado con un tiempo espléndido en Madrid, paseo por el Barrio de las Letras en el que se está celebrando el evento Decoracción, en el que las tiendas del Barrio sacan la mercancía a la calle al más puro estilo del Portobello market londinense. Las calles de la zona cortadas y todo hasta arriba de gente, ambientazo. Parada para tomar una caña en el Medialab Prado, detrás del Caixaforum, donde se ha montado un espacio gourmet con mini-​restaurantes al estilo del Mercado de San Antón, allí estaban Aldaba, Lateral el Grupo Oter, etc. Merece la pena visitarlo porque está muy bien montado. Allí tomamos unos albariños (4), una caña y una mini tapa de Jamón, copitas de plástico y apenas 1 lasca por barba, la broma 20 euros. Otra ronda en el Quevedo, situado en la calle homónima, aquí 4 vinhos verdes con una super-​tapa de chistorra con patatas, 8 euros. Bien, vamos mejorando… Pasamos por Triciclo pero a las 13:30 estaba cerrado (parece que no les interesa la parroquia «guiri» que a esas horas ya está comiendo…). Buscando un sitio para comer alejado del mogollón recalamos en el ALMA CAFÉ, en la calle Santa Isabel. Sitio pequeño pero acogedor, decorado en plan «hipster» (como se dice ahora). De comer: tortillas, mejillones, hamburguesas, etc. Situado en una esquina, con todas las puertas abiertas, parecía que estuviésemos en una terraza. 4 personas. Pedimos todo a compartir, timbal de tortillas, que son tres tortillitas, una clásica de patatas, una paisana y otra con jamón, recién hechas, muy jugosas, extraordinarias. 2 Hamburguesas, muy ricas, con la carne aderezada tipo kefta muy sabrosa. Berenjenas empanadas, un poco pesadas, prescindibles. Y una pastela, rellena de pechuga de pollo desfibrada con canela y almendra picada, muy buena. Para beber un Protos Verdejo. No nos entraba el postre (tienen tartas casera con una pinta impresionante que dejamos para otra visita), así que pedimos 2 cafés y dos gin-​tonics de Bombay Shappire, bien servidos en copa de balón con una rodaja de lima y corteza de limón. Servilletas y mantelitos de celulosa, cubierto y copas adeuadas. Buena atención, la comida servida al tiempo y todo muy casero. Todo esto nos salió por 73,75 euros (los GT a 7,50). Rcp extraordinaria, sitio para repetir y recomendar.

Went back the first chance I had. It was a Tuesday night and we were hungry but were told that the kItchen was closed on Tuesdays. But the woman took really good care of us and recommended where to go to get some grub.
A few nights later we returned and had a pleasant dinner. I had the same burger I had in August, but it was presented very differently. The ramekins of caramelized onions etc, were gone (just mustard and ketchup), and the bun was a more «normal» brioche type thing. It was VERY good, but not as exciting as the first time.
I have despaired of finding good deserts in Madrid, but the carrot cake was actually pretty good. Kind of a tart style cake. A bit sweet for my tastes but a cut above most Spanish deserts I’ve had so far.
I’ll go back next time I’m in Madrid. No question.

Bueno, ahora que estamos con todo esto de la ruta de tapas por Lavapies, pues tocaba comer aqui unas tapas con un tinto.
Ya habia estado aqui antes y no habia escrito mi review sobre este lugar que me ha gustado mucho.
La atmosfera, la decoracion, muy asi simple pero interesante, me encantan su sillas de diferentes estilos y el color del lugar monocromatico lo hace a uno sentirse de una manera relajado… nose asi pienso cuando voy alli.
Pues la primera vez que fui alli con una amiga, comimos una set de 3 tortillas rellenas con diferentes vegetales y jamon. Bueno una me recuerdo que fue de pimientos, una tradicional y otra con setas… wow! que ricas estaban!
me he quedado con las ganas e regresar y pedir lo mismo, pero la regla lo dice, no repetir! y seguir con otros sabores.
En Tapapies probe alli el Alma Tabule, rico, pero le faltaba algo, pero igualmente lo dusfrute.
Como ya he dicho el ambiente es muy bueno y el servicio tambien lo es.
le doy 4 estrellas, pero seria 3 y medio, pero es mas que tres y por eso el 4.

El Alma Café siempre ha sido uno de mis favoritos de Lavapiés. Es verdad que es tirando a caro, pero el sitio bien lo merece. Es pequeño, aunque no se hace difícil encontrar sitio, y además es un lugar muy acogedor, incluso a pesar de su color o de las sillas metálicas que le dan un aire como industrial. Nunca he comido o cenado aquí propiamente dicho, pero es un sitio perfecto para tomar un café (con una riquísima tarta), tomar un vino o incluso una copa. Es de esos locales que van cambiando según la hora, y que van adaptándose a su horario continuado.
No se lleva cinco estrellas porque (¡drama!) nos pusieron el vino blanco en unas enanísimas copas como de bar antiguo de los años ochenta. Y la verdad es que, por el precio, uno espera un poco más. Todo lo demás es fantástico: el ambiente, la gente, la simpatía de los camareros, la comida (vimos salir varios platos de la cocina y eso nos estaba llamando por nuestro nombre…), pero no gastarse algo de dinero en utilizar vajilla apropiada es motivo como para llevarse una estrella menos.

Para aquellos que conocimos el Artepolis, y que por desgracia vimos cerrar sus puertas, tranquilos, estamos de enhorabuena, pues podemos contar con esta pequeña alma de la calle Santa Isabel (no demasiado lejos del primero, pues)
Lo digo básicamente porque en la planta de abajo suelen contar con exposiciones, lo cual permite conservar esa esencia de bar/​galería y puedes observar las láminas copa de Brugal en mano, lo cual por un lado te aporta peculiaridad y carácter, y por otro te suelta más la lengua a la hora de lanzarte a la crítica de arte,
Por lo demás, ambiente joven y dinámico, horario ininterrumpido que te permite desayunar, merendar, tajarte… Wifi, una exquisita decoración…
Una alternativa muy digna a lo que otrora fue mi rincón favorito del centro centro madrileño :)

Este bar lo malo que tiene es que es muy caro. Las raciones son pequeñas y tal, yo te lo recomiendo para ir a tomar te y tarta. Tienen una tarta de zanahoria riquísima y el té te lo sirven en tetera con tazas, etc. A veces, ponen exposiciones de fotos.
La opción te y tarta es igual de cara, pero a mi me gusta mucho sentarme en la parte de la ventana, hay cojines y puedes tomarte lo que quieras y ver a la gente de la Calle Santa Isabel pasar.
El diseño del bar es muy bonito, es lo que me hizo entrar (y eso que yo soy más forofa de los bares cutreros típicos) pero de vez en cuando…
Y nada, además tienes bien cerca la filmoteca y el Reina sofía, o el barrio de Lavapiés, para antes o después :)

Como diría mi abuela, «este sitio sirve lo mismo para un roto que para un descosido». Tiene horario continuo y lo que sirven está acorde con el horario que sea.
Desayunos exquisitos, tapas mediterráneas, comida a base de pinchos, infusiones y cafés siempre acompañadas de una pastita, tostas sugerentes y copas para los más nocturnos. Todo aderezado siempre con música suave de acompañamiento.
En este lugar, que lleva abierto dos años, se ofrecen varios servicios, como la cocina que está abierta de 13:30 a 16:00 y de 20:00 a 23:00 o el wifi libre de 09:00 a 13:00 y de 16:00 a 20:00. Además, tiene una planta baja en la que se pueden tomar copas en un ambiente más movido.
La decoración del local me encanta, algunas de las mesas y sillas son las típicas metálicas de las terrazas de verano y se combinan con otras de madera pintada y bancos de obra. Todo el espacio es blanco, con algunos detalles en negro que hacen que se sienta amplitud y sosiego y el diseño se hace extensible a la loza que, como el local, complementa lo tradicional con lo moderno, sirven las infusiones en una especie de lechera antigua. Además, las camareras son un encanto y siempre están pendientes de todo. En fin, lugar multiusos para múltiples actividades y con diferentes tipos de clientela.