Sapama

De esos locales que hay por todo Madrid, de barrio, baratillos y que te sirven una tapa (normalmente recién hecha) con la bebida que te tomes a un precio más que razonable. Normalmente están sacando de contínuo diferentes tapas de cocina, aunque mayoritariamente es todo fritanga con lo que, prepárate para tener una digestión compleja si vienes aquí a cenar, además, mi recomendación es que vayas con hambre porque por 2 o 3 cervezas ya sales cenado de allí de la cantidad de comida.
El local en sí es más bien pequeño aunque está dividido en dos alturas, una en el sótano y el bajo del local, se nota por la decoración que está pensado no para contemplarlo, si no para charlar, disfrutar del partido o noticia/​debate del momento o directamente para disfrutar con los amigos y parroquianos.
Suelen tener la terraza puesta todo el año (para los más avezados y para los fumadores), en verano es una delicia, aunque es algo pequeña y se llena rápidamente la rotación y atención de los camareros es más que correcta.

Camareros muy majetes que te hacen sentir como en casa. Con las tapas ya estás servido y si te animas a una ración, mejor que sea media que son inmensas.

Lo de este restaurante es tremendo. Llevaba tiempo escuchando a mis amigos comentar sobre la generosidad superlativa de sus tapas y raciones, pero hasta que no lo ves con tus propios ojos no acabas de creértelo. Y tengo que reconocer que se han quedado cortos. Que bestialidad de comida a precios populares. He visto pocos sitios como éste.
Eso sí, no esperéis una decoración fina y pijotera, un postureo de bar «bien» con decoraciones de Art Nouveau. El Sapama es un local de barrio de los de toda la vida, con apreturas, alicatado hasta el techo y mobiliario años 80. El servicio es muy castizo y siempre muy ocupado. Eso sí, son bastante simpáticos. Casi siempre está «petado». No pudimos sentarnos en la terraza y tuvimos que entrar en un sótano que tienen. Y de milagro, porque estaba casi todo reservado.
En cuanto a la comida, pedimos las primeras cervezas y de tapa, así para empezar, nos sirvieron tentáculos de pulpo rebozados y la ensalada campera que podéis ver en la foto. Sobraron de ambas. Y como ya íbamos muy avisados, nada de raciones, Medias raciones y vamos que nos matamos. Pedimos lacón y las célebres alitas de pollo. Y como también podéis observar, es todo un escándalo el pedazo de medias raciones que nos sirvieron.
Cenamos cuatro personas por 8 euros y pico cada una y creedme que salimos saciados. Es un sitio digno de conocer y sin concesiones al postureo. Lo único malo, que está bastante alejado del centro, pero si estáis por la zona de Ciudad Lineal, no debéis dejar de ir.

Es de esos sitios a los que tienes que ir mínimo una vez en la vida, al pedirte la caña que es servida en vaso de tubo, la acompañan con una tapa de un tamaño bastante considerable con el que probablemente si te animas a la segunda caña ya quedas mas que servido.
Cuando vas a este sitio tienes que tener claro que las tapas son fritanga pura así que los sanos y dieteticos abstenerse.
El local no es nada bonito, la terraza esta muy agradable para esos día en el que sol nos acompaña. Suele estar a tope de gente, así que si llegas temprano mejor.

¡Locura fritanguera!
Con la caña (en vaso de tubo) te ponen un pedazo de platazo de tapa que si te tomas dos, ya vas bien servido.
Bien es verdad que las cañas suelen ser algo más caras de lo habitual pero es que con ese suplemento de comida se explica fácil.
El local es feo feo y tiene una planta baja que sigue siendo fea pero ¡ya sabéis a lo que venís!

Volvimos a cenar y volvieron a dejarme con la boca abierta.
De aperitivo, ensalada, tortilla y gambas gabardina, es decir, cenar sólo con el aperitivo. Ah, se me olvidaba, y un cálido, estupendo.
La verdad es q el sitio, aún siendo de lo más normal, es espectacular.

Tras revisitar anoche este local, debo confesar que estoy apabullado. No me explico que puedan ofrecernos semejante volumen de comida SÓLO COMO TAPA. Para tres personas, pinchos de tortilla con chorizo, gambas en gabardina, caldito caliente y una ensalada campera. Por complementar pedimos media ración de mero en adobo, y la mitad nos la llevamos en una tartera porque no pudimos seguir, y eso que estaba DELICIOSO, rebozado con cariño, sin exceso de grasa, bien adobado y con una salsa de acompañamiento nada empalagosa.
Vimos pasar algunas bandejas de alitas de pollo que me hicieron temer por la extinción de la especie, de abundantes que eran, y en una ración de chistorra debía haber más de un cerdo embutido. Este sitio es un canto a al comida, un lugar digno de Gargantúa.
Volveré, no lo dudéis. Seguiremos informando.
(otra notable habilidad del personal es su capacidad para desafiar los límites del espacio, no puedo explicarme como logran meter tanta gente en un espacio reducido sin que nadie se agobie y dejando sitio para que los camareros vayan y vengan con prestancia y buen humor)

A pesar de que las cervezas son más caras de lo normal, toda la comida que te ponen para acompañarlas hace que te olvides de todo. Siempre está hasta arriba y siempre con gente del barrio.
La fritanga está asegurada y en cantidades ingentes, aunque merece mucho la pena si nuestros presupuestos son limitados y queremos acabar llenos para una semana, por lo menos.

Nunca en mi vida había visto tapas y raciones como las de este sitio. Comida en cantidades demenciales. El concepto «ración entera» me da pánico sólo imaginarlo, si pienso en lo que ellos llaman «medias raciones». Sólo por sentarte y ponerte la bebida, te ponen una tapa hermosita de salchipapas, en nuestro caso, con la que casi matas el hambre. Gracias a que se nos ocurrió pedir sólo una media ración de bravas: fuimos incapaces de terminarlas, eso que eramos tres personas. Y el pincho moruno era una bandeja llena de carne bien picantita y especiada. Platos de batalla, sin grandes pretensiones, frituras y raciones de cosas de toda la vida. El sitio es pequeño, aunque tiene terraza, el bar de barrio de toda la vida al que ir a ver el fútbol y comer de raciones. Los camareros, rapidísimos y muy amables.
Un sitio sorprendente donde se puede comer muchísimo y nada mal por bastante poco. Me gustó mucho.

De los mejores sitios de tapeo y raciones de Madrid. Las raciones las clasifican en medianas o grandes. La diferencia de precio es pequeña pero lo cierto es que una mediana ya es bien abundante.
Recomiendo pedir una de ali-​oli a quien le guste, están riquisimo.

Gran cantidad a precio moderado. Calidad mala, todo sabe igual, demasiada grasa, sienta mal.

La verdad es que lo conocí hace muchos años, porque trabajaba en frente y ahora he vuelto a retomar el contacto con el!!! Es mas que recomendable para el aperitivo o para empezar la noche, ya que te ponen tapas con la bebida que parecen raciones y si pides raciones, preparate, son inmensas, eso si no pretendáis que sean tapas de gourmet, son abundantes si, pero corrientitas, aunque ricas, poco aconsejables para dietas y colesteroles varios. En fin si estáis por la zona es aconsejable pasar a conocerlo. Por cierto el trato de los camareros es de lo mas agradable.

De los mejores bares de tapas de Madrid, por calidad, cantidad y precio. El problema es que toas las raciones son a base de fritanga, grasientas, un peligro para el colesterol. Con tres cañas ya has comido, la ración es enorme, si quereis pedir varios platos por probar cosas distintas lo mejor es que pidais medias raciones. Para mí lo más rico el pulpo a la gallega y las patatas ali oli. Buen sitio para ir a ver el fútbol, aunque siempre con tiempo porque se llena.

Ni se te ocurra acercarte por aquí si estás a dieta porque lo vas a echar todo por tierra. Cuando te pides una consumición te cae una buena tapa, pero si pides una ración tienes para un rato largo. La especialidad de este bar de barrio como pocos son los fritos: calamares, croquetas, chopitos, patatas (bravas, alioli, mixtas), mero adobado y todo lo que solemos comer en esta ciudad con algo de aceite y una freidora. Recuerdo que, hace ya unos años, un compi del curro nos llevó allí para celebrar su cumple (o un ascenso o un divorcio, quizá…) y pidió «unas racioncillas», como dijo él: tengo clavada en la memoria la imagen de la barra completa del bar (que no es pequeña precisamente) sepultada bajo montañas y montañas de comida.
Es un buen sitio si buscas comer en abundancia a buen precio y, además, tiene una buena terracita en verano, que siempre se agradece.

Un mítico de Arturo Soria que atrae a gente de otros barrios, con el reclamo universal de bebida a precios populares y tapas que asustan a la operación bikini. Fritanga de la buena pero al ser regalada pocos le ponen pegas. Su ambiente es muy bueno, siempre hay barullo pero no por la aglomeración el servicio es peor. Los camareros son rápidos y no olvidan nunca una de alitas ni una cara, por que parece que recompensan la fidelidad o eso o me han visto un poco tísica ultimamente, por que os prometo que os nutren como madre con remordimientos.
José del Hierro 60

La comida no es que sea muy fina pero las tapas que te ponen con las bebidas son inmensas y diría que casi suficientes para cenar. Unas veces tocan croquetas, otras alitas, bravas… y si te decides a cenar aconsejo ir con hambre y pedir medias raciones porque son también enormes. Siempre está muy lleno sobre todo en verano.

Increíble bar de tapeo!!!
Si no quieres ír a comer a ningún sitio y sinplemente quieres ír de tapeó y terminar lleno… vete al sapama
Vas a alucinar con las tapas

Muchas reformas se han realizado en este bar pero siempre queda su esencia. Es un agradable lugar donde tomarte unas cañas acompañada de unas tapas enormes, no sólo el tamaño es representativo de las tapas de acompañamiento, la realización está bastante bien, no parece que sean a la carrera.
A destacar las patatas mixtas, mezcla de bravas y mayonesa con unas patatas cortadas en trozos bastante grandes.
Tiene terraza pero suele estar atestada y hay que esperar mesa libre. Los Domingos fútbol y buen ambiente

Uno de los mejores bares que he podido visitar en Madrid. A la hora que fui (22:00) ya había bastante gente, pero aún así el servicio es bastante rápido.
Nosotros optamos por hacer una cena típica de tapeo, ya que el tubo de cerveza sale a 1.8 y viene con una tapa bastante abundante (a destacar los frejos) por lo que por 8 euros puedes comer de forma bastante copiosa.
Lógicamente también existen las típicas raciones, también abundantes en cantidad.
En resumidas cuentas, una gran opción.

Si algún amigo mio me pregunta de un sitio para ir a tomar unas tapas buenas sin tener que pagar en exceso, mi respuesta siempre es clara: ‘SAPAMA!’
Sapama es un bar de tapas que se encuentra en el distrito de Ciudad Lineal que ofrece tapas de bastante calidad y bastante cantidad a un precio razonable! (Recomendables especialmente su ración de patatas bravas — 3,60 euros creo recordar, con la que comen 3 personas como poco :))
Cómo llegar:
Metro: Pueblo Nuevo, Ciudad Lineal
Autobus: 146,48