Popland

Pasaran los años y jamás me cansaré de pasearme por sus recovecos observando las cosas tan originales que tiene esta tienda. Toda la vida me ha gustado ese rollo hipster que se llevaba en la epoca dorada del pop (de ahí su nombre por si no lo pillasteis xD) y que aún muchos lo siguen llevando interior o exteriormente.
Y aquí te puedes encontrar desde camisetas tuneadas con la naranja mecánica, pulp fiction y otros clásicos para todos los públicos, tazas, posters, chapas, llaveros, carcasa móviles, monederos (uno en forma de casette, muy molón vaya), figuritas varias, chapas antiguas de carteles (todas con su toque pop, retro y hasta vintage diría yo)…hasta cosas de colección como la última vez que fui, y la dependienta (que por otro lado es lo mas salado y agradable que me he encontrado en años) me mostró todo lo que tenía de cocacola y era entre muchas cosas, un juego del parchís con figuritas de los osos polares!
Bueno frikadas aparte, si eres un amante de lo retro y/​o no sabes que regalar es un buen sitio para sorprender. Los precios varían dependiendo de lo que quieras, pero por unos 15 – 20 € puedes hacer un buen regalo.

Muchos productos poperos y cocas curiosas. Hay de todo un poco, puedes ver desde posavasos a ropa con estampado de los Beatles. Puedes encontrar el regalo perfecto para la gente que le gusta llevar la estampa de su grupo favorito.

Un viaje al pasado nunca viene mal, y mas si esta llevado con tanto gusto y tanto estilo como en esta tienda, la descubrí por casualidad yendo a comprar sendas camisetas en su vecina «le trip» y hay que reconocer que tiene cosas muy muy curiosas … camisetas, llaveros, vinilos, chapas, bolsos, despertadores … un verdadero paraíso.
Recuerdas aquel merchan de espinete? Las tienen …
Recuerdas todos aquellas frases en chapas de chiquito? Las tienen …
Siempre has tenido en mente una camiseta friki++? Las tienen …
Déjate embriagar por tu pasado, es parte de tu presente … y de tu futuro!!!

Lo reconozco y lo confieso: he sido popi, muy popi, ultra popi. De repente, cuando empecé la Universidad, me convertí en un amante incondicional del tonti-​pop, y me vestía con más colores que un semáforo, al tiempo que me adornaba con los accesorios más retro que me podía encontrar. Obviamente, Popland era mi tienda de cabecera, y una de las cosas que más comprábamos eran chapas.
Ahora mismo veo aquellas fotografías y no tengo palabras. Hay que ver lo hortera que podía llegar a ser. Imagino que es la misma sensación que teníamos cuando, de pequeños, veíamos fotos de nuestros padres y estaban como pasadas de moda –por mucho que ahora resulten de lo más moderno – . ¿Nos pasará lo mismo a nosotros? ¿Volverán los pantalones de campana y las pintazas que llevábamos a principios de los 2000?
Mientras esperamos a ver si la profecía de que «todo vuelve» se cumple, si es que no se acaba el mundo de aquí a 2012, una de las opciones es pasarse por Popland. Algunos seguirán comprando todo su atuendo allí (yo ahora el popismo lo llevo ya únicamente en el corazón), pero lo que es innegable es que tiene algunos productos que te harán morirte de la risa, y sobre todo encontrarás grandísimas cosas que te servirán como decoración… ¡o como un regalo un poco original!

Conocí Popland mucho antes de vivir en Madrid. En una de esas excursiones a la capital que organizaban en el instituto.
Hay que resaltar que a esa edad era fácilmente impresionable, pero tanto mis amigas como yo nos quedamos alucinadas, no dabamos crédito a tanta frikada junta!
Muchos años después, cuando me vine a vivir para Madrid, una de las primeras cosas que hice fue buscarla. No recordaba muy bien donde estaba, ni como se llamaba, pero al final conseguí dar con ella otra vez.
A estas alturas ya había conocido más tiendas por el estilo, por lo que el mito se cayó un poquito. Aún asi, el sitio está muy bien. Sobretodo si por amigos tienes a una panda de frikis como los míos (entre los frikis me incluyo yo misma, por supuesto).
Por lo demás la cosas están un poco carillas y los dependientes no son mister simpatía precisamente.

Un negocio imprescindible para todo buen friki o para alguien que tenga un amigo friki.
Cientos de regalos, detalles, pósters, pegatinas, muñecos, robots, relojes, teléfonos, llaveros… Seguro que encuentras algo que te guste.
Lo más bizarro que he visto yo en esta tienda es una caja de música a manivela de la que salíà la música de Lili Marleen. ¡EPIC!
Además forma parte de mi ruta de las camisetas, ya que tienen una gran selección, llena de años 80 y cultura pop.

La tienda se define a sí misma como de accesorios curiosos y de perfil retro. Juguetes, referencias cinematográficas de culto, llaveros, adornos coloridos, camisetas y demás complementos se apelotonan en el lugar sorprendiendo a curiosos ajenos a esa parafernalia, a los que acuden a ese lugar cuando intentan hacer un regalo más llamativo de lo habitual. Un sitio diseñado para concesiones a la nostalgia en forma de detalle decorativo (postales, maletas, calendarios, barajas, recortables, posavasos, relojes, etc) o de prenda de vestir.
Popland, además, y por eso debéis tener cuidado al elegir, (niños y niñas hipnotizados por la viveza de sus colores) presenta una traviesa selección de aparatos eróticos en la forma (nada intenso pero inadecuados bajo un prisma menos adulto). Es decir, son para jugar, no para trabajar duro. Podréis encontrar otra sucursal de Popland en la calle Fernando el Católico, 77.

Nunca, nunca, nunca me defrauda esta tienda. Es mi aliada a la hora de hacer regalitos originales a mis amigos más frikis y a la hora de decorar mi casa con todo tipo de pijadas.
La última compra que hice fue una camiseta para mi novio en la que aparece la figura de Clint Eastwood (18 euros), siempre que voy me acabo comprando alguna chapita, las de los playmobil me encantan!

Como bien predica su nombre, cultura pop (y retro) para todos en esta pequeña tienda que acoge más cosas de las que realmente caben. Entrar en Popland es retraerse a un mundo pop y retro lleno de cosas curiosas, cosas que realmente no necesitas pero que te hacen feliz, además de convertirte en una persona supermegaguay (o cool, que parece ser el adjetivo de moda): desde robots de hojalata hasta camisetas con Naranjito como protagonista.
Para mí, comprar en Popland es una de esas cosas que sólo puedes hacer una vez al año, y es que a mí me parece que es caro, la verdad. He visto algunos de sus productos en otras tiendas por precios mucho más competitivos, aunque ganan a otras en originalidad y surtido, y es que realmente tienen de todo.
He de añadir que los dependientes no me parecen excesivamente amables, pero no me malinterpretéis, tampoco es que te traten mal. Aún con todo, merece la pena pasarse por aquí a echar un vistazo, aunque si no tienes dinero te sentirás un poco frustrado.

Esta es la tienda ideal si eres o tienes un amigo al que le guste todo lo relacionado con el mundo pop y sus derivados. Cine, música, series de televisión, dibujitos animados, etc. Aquí seguro que encuentras un buen regalo para aquella persona tan exquisita a la que quieres sorprender con algo especial. Camisetas, tazones, figuiritas, cajas de música, utensilios de cocina, chapas, papel mural, cosas para decorar la casa, chorraditas varias.
De precio es normal tirando a caro. Es verdad que encuentras cosas a buen precio pero en algunos casos hay cosas que te sorprenden por lo caros que son.

salvo la ciudad y el tamaño, no hay demasiadas diferencias con la tienda de valencia, ya que es la misma sociedad y el mismo espiritu profesional; de todos modos, si te gusta esta tienda, ya tienes dos ciudades donde encontarla.
tienes las mismas camisetas (ya sabemos donde las compra el critico de cine de todos a 100), los mismos objetos y curiosidades varias.