Onze

Estuvimos hace poco, con ambiente joven y moderno. La verdad es que la cocina no nos gustó mucho, platos tipo hamburguesas y nachos pero nada para tirar cohetes. Es buen sitio para tomar una copa tranquila y bien puesta, en copa de balón y con buena calidad de bebidas, pero para cenar no merece la pena.

22:15.
Sábado noche y cumpleaños de una amiga. Quedamos a las 22:15 porque la reserva la teníamos a las 22:30 para 16 personas –no éramos pocos-​. Llegamos, entramos y nos dicen que esperemos unos minutos, que hay gente en nuestra mesa y que cuando acaben entramos. Empezamos mal, pienso, porque tardarán por lo menos 15 minutos en limpiar y dejar todo listo.
22.35.
Me dio igual. Me habían hablado bien de este sitio y, además, venía con promesas del mejor mojito de Madrid. Segunda desilusión: pedimos 15 mojitos y resulta que son de un cañero del que sale Cacique Mojito Moreno. Vaya, como el que puedo comprarme en el DIA. Vamos a peor.
23:00.
Miro el reloj. ¡Joder! Llevamos 30 minutos esperando. ¿Qué hacen? ¿talar árboles para fabricar nuestra mesa? Anda, dame otro mojito de esos de los que cagó el moro.
23:30.
Se están pasando un poco, ¿No? Espero que por lo menos, la cena sea una jodida delicia que me haga llorar de alegría.
00:00.
¿Que pasemos ya? NO me lo puedo creer. Si llega a ser mi fiesta de cumpleaños estábamos ya en el burguer de la esquina. Llegamos a la mesa. ¡Anda! Qué sorpresa, si no está nada preparado. Mira, nos van a tener entretenidos mirando cómo se ponen los platos en una mesa.
00:30.
Llegan los entrantes. Mira, tocan a un par de cachitos de berenjena rebozada por cabeza, un par de cachos de morcilla, una tira de pollo rebozada y una croqueta que está un poco quemada por fuera, pero se compensa porque por dentro está un poco congelada.
1:00.
Llega el plato principal. En mi caso una hamburguesa que no es la que pensaba que era. Lleva «bacon» de 1 centímetro de grosor poco hecho que es puro caucho. La carne está un poco pasadita, ¿No? Sí, ha sido duro, vámonos de aquí ya.

Hace poco que conocí este local. Unas amigas me hablaron realmente bien de él y aprovechando que una de ellas tenía una exposición de pintura colgada en su pared, me pasé por allí para echarle un vistazo.
Los cuadros me gustaron mucho, pero el lugar también me conquistó. Es un espacio pequeño decorado con estilo, elegancia y sencillez, la iluminación bajita, la musica tranquila y el ambiente muy agradable.
La camarera resultó tan simpática como me habían comentado y aunque no me quedé a tomar nada, mis amigas (que son de fiar) dicen que preparan unos cocteles riquísimos y super originales.
En la parte de atrás tienen un comedor con capacidad para unas 20 personas donde se pueden organizar eventos tales como cenas de empresa, despedidas de soltero/​a…