Nueva Delhi

Este era uno de los pocos restaurantes indios de esta calle que aún no había probado y, ahora que lo he hecho, es el último que recomendaría. Teníamos hecha una reserva para cuatro personas, dos de las cuales habían avisado previamente que iban a tomar un menú-​degustación porque no consumen este tipo de gastronomía habitualmente y les apetecía. Al llegar descubrimos que nos han puesto en la terraza (la calle tiene pendiente) a pesar de ser de ser temprano y haber mesas dentro, pero como hacía buena noche no dijimos nada. El principio del fin.
El servicio es nefasto. No solo es que sean lentos o se olviden de las cosas que pides, es que directamente dan ganas de levantarse. Cuando se hizo completamente obvio que la comida no iba a caber en esa mesa (porque no hubiera cabido aunque no hubiera menú-​degustación), nos pusieron una mesa auxiliar que sacaron de un local contiguo, destartalada y sin mantel, porque necesitaban la mesa vacía que estaba a nuestro lado por si venía alguien. Claro, pero tu cliente actual es el que necesita el espacio para que puedas seguir trayendo cosas, no el potencial, amigo. La verdad es que, tras esto, no me extrañó nada presenciar a tres personas diferentes quejándose por diversas cosas, porque no era para menos.
En fin, al menos la comida india nunca está mala y… No, ciertamente mala no, peor las hay mejores y peores, y esta es de la segunda categoría: el arroz con frutos secos era claramente recalentado, quién sabe si de ese mediodía o anterior, y estaba seco, ligeramente quemado y con un estupendísimo sabor a cartón. El pollo era bastante regulero y la ternera era de esas que justifican que nunca la pidamos en según qué establecimientos étnicos porque no tienes nada clara la procedencia. Vamos mejorando.
Pero el colofón es cuando bajas al baño y descubres que hay más sitio para comer abajo, pero que la verdad es que ha resultado mejor hacerlo arriba por el riesgo de pesadilla nocturna que puede sobrevenirte.
Jamás pensé que un restaurante indio, siendo probablemente mi gastronomía preferida en la actualidad, fuese a dejarme tan chafado. Por desgracia, la realidad ha superado a la ficción una vez más.

Great food, pleasant waitstaff (who speak many languages, including English!), and generous menu options for all-​inclusive meals. Outdoor seating in the summer and cheery indoor décor for winter dining.

Aprovechamos que está al lado de la sala Marco Aldany para celebrar el cumple de un colega. Ya estábamos cansado de los chinos y queríamos probar algo nuevo. Los camareros eran muy simpáticos y no tardaron casi nada en servirnos. La carta es muy variada y las raciones son muy generosas, creo que nadie pudimos acabar nuestros platos Lo que más triunfaron fueron unas empanadillas rellenas (se llaman samosas) y el cordero al curry. Ah! y para los cerveceros también tienen varias cervezas indias!!!

Calidad-​precio adecuada, el tamaño de las raciones muy bien, pero le falta ese toque exótico, la comida está un poco españolizada, el sitio es agradable y la atención digamos que standart.