Marieta

Marieta se ha convertido en uno de los básicos en mis visitas a Madrid y he de decir que desde la primera vez que vine, cuando el local estaba aún recién abierto, hasta mi última visita, hay algo que me ha llamado notablemente la atención, EL TAMAÑO DE LOS PLATOS, siendo justos, más que el tamaño de los mismo la cantidad en ellos contenida, y es que, la realidad es que su contenido se ha visto reducido una manera abrupta y descarada. Recuerdo que antes te pedías un Wellington o una Marieta y llorabas de agonía al ver semejante plato y pensar que ibas a ser incapaz de terminártelo y ahora simplemente lo pides y te quedas con la boca abierta al ver que lo cobran como si fuese un plato para dos… Eso es algo que me resulta muy curioso también, la primera vez que comí allí recuerdo que uno de los comensales pidió el susodicho solomillo y al traernos la cuenta nos cobraron por el 40 € cuando en la carta lo marcaban por 20 €… Al preguntar al camarero (muy descortés por cierto) nos dice: no, está bien, son 20 € por persona y como este plato es para dos personas se cobra a 40 €… Imaginaos nuestra carta, era cierto que el plato era grande, pero nos sentimos estafado ya que en la carta no venía especificado en ninguna parte. Ahora eso ya lo han corregido, supongo que no habremos sido los únicos…
Por lo demás, el lugar es grandes, con una bonita decoración, pero siempre está lleno, el producto está bien, buena calidad, y no es excesivamente caro, se ajusta a lo que venden. Pero como en casi todo Madrid, el servicio deja muchísimo que desear, no es compatible cobrar lo que se cobra por un plato allí y que los camareros te sirvan sin ni siquiera mirarte a la cara, tirándote los platos sobre la mesa…
Estos son los detalles que hacen que no le de mis 5 estrellas.
Dejo fotos de:
Tostá de ventresca y piquillo; la ventresca con un sabor muy fuerte.
Rosbif con puré de patatas; deberían haberle llamado más bien Carpaccio porque estaba cortado tan fino que era casi inapreciable
Tarta de queso; correcta sin más.

Le pongo 4 estrellas porque para mi el precio es exagerado…
La calidad de la comida es exquisita, probe el atún y ni qué decir tiene que si ahorro un poco más, repetiré plato.
Lo unico malo «per se»: fuimos en verano de 2015 a comer y pedimos terraza… Lo normal en sitios asi, es q tengan esos sistemas de aspersion de agua y ventilación que hacen que Madrid y Agosto no te suene a «se me van a hinchar los tobillos como a un enfermo de Gota» Pues… Marieta no los tenía. Un poco achicharradas y el precio «altito» para los bolsillos medianos.
Camareros majisimos, super profesionales y bebidas de primeras marcas :)

Nice Madrid tapas bar in an open air building. Reminds of a Hut, but way more luxurious. Food is good, choices are extensive. Beer was cold and coffee was hot. That makes it all right.
You’ll enjoy if you are in this part of town.

Fui para comer con un grupo de colegas. Nos encantó. Primero, porque en su terraza no se siente que estás en Castellana /​Salamanca con todas las plantas alrededor y por el ambiente tranquilo. Segundo, por la comida. Pedí la ensalada de burrata, que estuvo deliciosa, y después el pulpo con una purée de patatas — todo perfecto. Y los otros platos tenían buena pinta también. El servicio fue atento, y todo no fue demasiado caro. Volvería.

Típico restaurante de moda entre la elite de Madrid que no ofrece nada que otros restaurantes no ofrezcan.
El interior esta muy bien decorado pero la terraza se queda atras en comparacion con la de el lateral de al lado.
La carta es bastante diversa pero la calidad de los platos no es nada del otro mundo. Un plato principal cuesta una media de 15 € y los postres 5 € por lo que sin vinitos ni nada ya te estas gastando min 20 € por una cena normal. Me hubiese quedado mas satisfecha yendo a cualquiera de mis restaurantes favoritos como Bazaar o Ginger gastandome la mitad y comiendo lo mismo o incluso mejor con el mismo ambiente y servicio.

El restaurante en sí es bastante chulo, está muy bien decorado y es bastante chic. Es casi imposible conseguir mesa, o sea que recomiendo reservar con antelación. Fuimos un grupo bastante grande de personas y nos atendieron muy bien, los camareros bastante simpáticos y además nos atendieron bastante rápido. Una cosa que me encantó es que te ponen jarras de agua fría y van trayendo según se gasta, un detalle poco visto en muchos restaurantes de Madrid que agradezco.
Sobre la comida pedimos el sushi de calamar y ali-​oli, tartar de atún, mini kebabs, la ensalada crujiente de queso de cabra y cebolla, huevo poché, mini kebabs, y la pizza de tomates secos, queso de cabra & cebolla caramelizada. Pues bien lo mejor el tartar y la ensalada, estaban buenísimos. Lo peor fue el sushi, tenía algo duro que casi me parte el diente y el calamar no sabía demasiado bien. El mini kebab estaba un poco seco y se agradecería más mayonesa, y la pizza aceptable nada del otro mundo la verdad. También pedí unos raviolis de boletus & pato con salsa cremosa de trufa que estaban bastante buenos. Los postres que pedimos (el brownie y la galleta oreo con helado de stracciatella) estaban normales no eran malos pero tampoco los mejores postres que he probado, la galleta estaba mejor que el brownie eso sí.

Una estrella es por una escena que paso a un compañero mío que creo que sea bastante lamentable: fue a pedir su segunda copa, lo atendió otro bar tender que pidió más dinero para la segunda copa, mi compañero le dijo «antes pague 8 €, porque ahora es 12 €?» «El tío le contesto «mi compañero se equivoco, entonces dame 16 €, 12 € mas la diferencia que no has pagado antes»! Al final se llamò el Manager y la cosa se resolvió, pero me parece absurdo que en un sitio que te piden 12 € la copa un camarero se permita de tratar a la gente de esta manera.
Sin esta escena mi comentario seria de 3 estrellas: El sitio el la leche, fuimos a comer allí con el departamento y comimos muy bien y el personal del restaurante nos tratò bien. Después nos levantamos y nos fuimos a la zona de copas y tomamos unos gin tonics; todo bien, un poco caros pero estaban bastante elaborados, nos quedemos bastante tiempo. Lo que no me gusto fue que nos empezaron a mover de un sitio al otro con una escusa cada vez mas estupida: tenían que limpiar la zona restaurante, luego tenían otro evento en la zona de la barra nos mandaron otra vez en la zona restaurante para mudarnos de sitio otra vez a la barra porque no se que historia y al final nos pedieron de cambiar otra vez zona de sitio y decidimos marcharnos.

Uno de mis sitios favoritos del barrio, siguiendo la experiencia de otros restaursntes como Ten con Ten, Luzi Bombón o Makkila. Marieta es toda una experiencia donde se une la mejor gastronomía, con una decoración cuidada, buenos vinos, ambientazo y buena música.
Como todo restaurante de moda tienes que reservar mesa para cenar con tiempo, pero te merecerá la pena ya que a partir de las 00,00h se convierte en uno de los sitios de copas más divertidos de la zona.
¿qué pedir? Todo está buenísimo y a un precio menor del que cabría esperar.
Muy fan de Marieta

Restaurante situado en zona de oficinas en el que sorprende encontrar una mesa libre un miércoles noche de noviembre. Recomendable reservar. Decoración moderna y cuidada. Comida internacional y con gran variedad. Buena carta de vinos. Lo recomiendo tanto para cena de amigos como para parejas. Buena atención y servicio.

Qué poco me gustan estos restaurantes madrileños que se petan durante sus primeros meses de vida sin realmente saber nadie por qué, a parte de que es más moda que otra cosa, o que no sabemos hacer nada más que ir como borregos a los sitios. Porque, a ver, siendo sinceros, no hay nada en Marieta que no lo ofrezcan otros muchos sitios en Madrid que también en su momento tenían cola de espera y que hoy están semivacíos. Pero las modas… En fin…
El caso es que hoy he comido aquí con una amiga y como eligió ella y no sabía de qué iba la cosa, curioseé un poco por Internet e iba algo mosca porque ya de entrada lo de que salgas de allí mínimo dejándote 30 € por comer me parece un poco abuso (nosotros pedimos bebida, un postre compartido y un plato cada uno y salió alrededor de 20 € por cabeza). Si había o no menú del día, lo desconozco, pero no creo porque no vi un solo cartel.
La carta es pequeña y tirando a cara. Mi amiga se pidió raviolis y yo una hamburguesa que, las cosas como son, tenía una carne estupenda, pero un queso que no había forma de cortar bien ni de que se fundiera como es lo esperable. No era lo más caro de la carta, costaba 10 euros (el ravioli, casi 15). Plato único, porque si no, la cosa se elevaba mucho.
Los postres son caseros pero no demasiado originales, aunque eso es lo de menos si están buenos. El de Oreo no me llamó mucho la atención, tenía demasiada nata. Me quedo con la hamburguesa y las patatas que venían de guarnición, que estaban muy ricas. Tienes la sensación de que el servicio te mete prisa para que te vayas y dejes la mesa libre para otro turno, lo cual me parece algo cutre siendo un sitio con esos precios… pero tampoco tratan de echarte de forma muy evidente… solo recogiendo muy rápido todo, preguntando si quieres postre o café al momento, insistiendo incluso… No te dejaban hacer sobremesa ni locos. No creo que vuelva.

Pues como yo todavía no me he tomado vacaciones, les comento una cena en MARIETA, situado en Castellana, justo al lado del museo de esculturas al aire libre, puerta con puerta con el Registro Mercantil. Una zona ideal para montar algo de hostelería pues, pese a estar en pleno centro de Madrid, se suele encontrar aparcamiento, todo son oficinas y no se molesta a nadie. Se trata de un local abierto «non-​stop», desde por la mañana hasta bien entrada la madrugada. Sirven brunch, comidas, meriendas, cenas y por si fuera poco te puedes quedar a tomar una copa. Local grande, con cocina a la vista y con una terraza muy agradable. Decoración muy cuidada y una enorme cantidad de camarero y cocineros. Se nota que aquí hay «power» económico. Sábado noche en agosto y el sitio hasta la bandera, ambientazo. Como no podía ser de otro modo en un sitio de moda, tiene una carta de cocina de mercado con guiños orientales y con precios moderados. 2 personas, pedimos:
*Sushi de calamares (7,90 €), realmente son makis, pero en vez de estar rellenos de pescado crudo, tienen en medio un trocito de calamar a la romana. No estaban mal, pero me quedo con la versión «japo» original.
*Berenjenas fritas a la miel con hummus (8,70 €), la berenjena crujiente con el punto justo de miel y muy conseguido el contraste del calor de la berenjena con el hummus. Muy rico.
*Mini kebabs (10,90 €), compuesto por dos Kebabs de tamaño medio, con una carne muy tierna y sabrosa y buen acompañamiento.
*Hamburguesa rellena de queso brie (10,90 €). Carne muy tierna, y con el queso brie efectivamente metido dentro de la propia hamburguesa que al derretirse le da un sabor estupendo.
De postre una «galleta oreo», postre parecido a la clásica cookie al horno con helado que te ponen en muchos sitios, no nos dijo mucho. Carta de vinos cuidada, buenos vinos a buen precio. Nosotros pedimos un tinto de monastrell de Alicante «El Sequé», servido bien de temperatura y en copas adecuadas. Buen servicio, muy atento. Te ponen una jarra de agua con hielo junto con un aperitivo nada más sentarte (me encanta este detalle). Las mesas un poco juntitas, pero es que con esta pedazo de inversión hay que amortizar cada metro cuadrado. Servilletas y manteles de celulosa. Con un cafelito, pagamos 61,10 € (unos 30 € por barba). A medida que avanza la noche, va bajando la luz y va subiendo música, la verdad es que es un sitio perfecto para continuar con la noche con un GT. Pues el sitió nos gustó, ideal para un plan cena + copas. Y ojo, este no es un sitio de «fast food» y platos precocinados, resulta que no se come nada mal. Eso sí, reservad porque si no imposible coger mesa, sobre todo en fin de semana