Los Chuchis

Los Chuchis debería de cambiar su nombre y llamarse los HMMMMChis! He comido un menú del día por tan solo 14 pavos con pan, bebida, de primero pâté casero (HM!) de segundo cerdo asado con gravy, patatas y manzana caramelizada (HMMMM! HMMNM! HMMMM!) y de postre bizcocho de chocolate y plátano (HMMMMM!)
Es un sitio muy pequeño, os recomiendo ir a primerísima hora o reservar para no quedarnos sin sitio

Un amigo, gran conocedor de los garitos del barrio de Lavapiés, me contó que un señor guiri con estrella Michelín se había cansado de aquello y que se había venido a Madrid, y que había abierto un pequeño restaurante que no me podía perder. ¡Pues allá que se va la Guindi!
En primer lugar hay que señalar que su nombre no se refiere a nuestras simpáticas mascotas, sino que viene dado por cómo se llaman entre ellos de manera cariñosa.
El local es más bien pequeño, pero es una auténtica bicoca, de decoración cuidada donde te puedes perder en cada uno de sus detalles. ¡Reserva si quieres pillar una de las pocas mesas!
La carta viene a ser comida casera con un toque inglés y podríamos decir que es cocina de mercado. Tiene menú del día a elegir entre tres primeros y tres segundos y postre casero por 10,50 € o 13 € si vas en fin de semana. También tienes opción de pillar el medio menú por 8,50 € los días laborables y 11 € los findes.
La especialidad es el slow roasted pork, que lo encontrarás los fines de semana en su menú y el London Brick de postre. Lekker!
Si no quieres menú, tienes platos para compartir que van desde los 5 € a los 13 €, como el camembert al horno con ajos asados, las salchichas inglesas con mostaza, la piel de patatas con salsa picante y crema agria, y las bolitas de patata, bacalao y gambas con cilantro y salsa de chile… Todo buenísimo.
También es un lugar muy agradable para hacerte el vermú o disfrutar de una fresquísima y bien tirada Estrella de Galicia en su gran barra, al estilo madrileño, que te la acompañarán con un cuenquito de salazones.

No suelo calificar con cinco estrellas pero es que realmente no tengo absolutamente nada que objetar. Estuve allí ayer, el último viernes de agosto, y todo fue sobre ruedas. Las dobles de Estrella Galicia frías, la tapita con la cerveza –unos sandwichitos muy buenos– y las raciones. Pedimos pieles de patata y sardinas empanadas con parmesano. Todo Bue-​ní-​si-​mo. El trato de los camareros encantador, muy atentos y cordiales. Todo genial.
Un diez.

Unos de los restaurantes que mas me gusta en lavapies, bar ingles mezclado a lo rastro español con una comida deliciosa. Es tipo pub ingles la comida. Por recomendar cualquier plato de su carta exceptuando el queso con uvas que como su nombre indica es lo que es jajajjaj, el pastel de pastor si es lo que quieres probar no pidas mucha cosa mas depende de los que vayáis, para dos es un plato muy contundente pero rico. Las cascaras de patata hay que probarlas, hay un plato que la ultima vez no tenían pero lo mismo es por temporada las sardinas empanadas con queso, simplemente maravillosas! De bebidas selección de vinos corta pero la justa, tienen pin’s preparado a la inglesa con sus frutas.
La decoración es agradable bar antiguo puesto en limpio con pintura y poca decoración.
Las camareras muy simpáticas déjate aconsejar.
Local con bastante afluencia de público mejor reservar

Lovely place in Lavapies, the Camembert cheese place is to die for. The decoration is very cute and cozy, great service, can’t say enough good things about it! And they serve Estrella Galicia on tap! Great place!

Los Chuchiis son geniales para comer, para tomar una cerveza, para pasar el rato…
El bar es pequeñito por lo que siempre está a rebosar. Algo muy normal porque tienen comida bien rica y a buen precio. Puedes pedir menú del día o medio menú.
¿Qué puedes encontrar? British Food! Y es muy interesante. Reconozco que cada vez que he ido a Inglaterra, he comido fatal. Supongo que no habré sabido elegir bien, pero Los Chuchis me ha enseñado que mi idea de la comida inglesa se debía a mi gran ignorancia al respecto. Yo os lo recomiendo. Merece la pena incluso aunque tengas que comer en la barra.
La atención de la gente que allí trabaja es muy buena. El ambiente es muy familiar y el trato muy cordial.

La comida está muy bien por el precio. Tienen un menú del día buena y el servicio está bien también.
Pedí salmón ahumado como primero y ETA a bastante bien. Por el segundo peso el lomo empañado.
La única cosa que no me gusto era que tardo bastante tiempo para el lomo. Pero la calidad de los ingredientes está muy evidente…

What a great find! The home cooked meals were stupendous, and the décor was inviting and a nice change from the typical Madrid café/​bar (you know, the glass case of ubiquitous fried tapas atop the bar and a floor strewn with used bevnaps). The menú al día had three mix-​and-​match choices for appetizer and entrée; we started with a delicious crema (purée) of potato, coconut milk, and cardamom. For the main course we had delicious roast pork over rosemary potatoes with stewed apples. Dessert yielded a chunky apple cake as well as a dulce de leche cake. The other entrée choices were grilled tuna or vegetable lasagna.
The staff was hard-​working, super friendly, and accommodating. It’s a bright place all the way around. I’ve already made plans to go back.

Es un restaurante que pone en su sitio a la gastronomía inglesa y nos enseña que hay vida más allá del fish&chips.
Después de probar los platos del chef residente, Mr Preston, mi opinión (que era pésima) sobre la cocina británica ha cambiado, ahora ya me he convertido en una asidua a este lugar. Es muy pequeño y coqueto, conviene reservar porque tiene poquitas mesas aunque puedes comer en la barra.
Todo lo que he probado está muy rico y sabroso.
Recomiendo: el cerdo asado lentamente, las pieles de patatas, las ensaladas, las salchichas y el pastel de carne…¡todo está rico!
Tienen menú al medio día, este menú se compone de tres primeros, tres segundos, bebida pan y poste. El precio del menú de los fines de semana es de 13 euros, y el de los días laborables 10.50 euros. Existe también la posibilidad de escoger medio menú.

Si se habla de este local es porque se puede, ese estilo modern british con lo que asociamos hoy en dia es money money… Pero no! Es un sitio BBB (bueno, bonito y barato) agradable comida, precioso e ideal ambiente.

Otra decepción de las que tienen tanta fama en este barrio. A varias de las personas que me rodean habitualmente este sitio les parece la repera por sus especialidades culinarias británicas; a mí, sinceramente, me pareció poco más que un sitio con una distribución bastante incómoda porque, te pongas donde te pongas en la barra, siempre estás en un lugar de paso, ya sea hacia el baño, hacia la salida o hacia el reservado de la persona que atiende las mesas. Oye, que yo no me quejo de que todas las personas que entran me rocen, que el roce hace el cariño, pero llega un momento que a uno le invade la moral judeocristiana porque es persona recta y empieza a ponerse nervioso.
Pero el fallo real que le veo es que no sirven nada de picoteo antes de las 20:30, con lo que tú vas al mediodía tan contento y lo único que te puedes pedir es el plato del día, que a lo mejor está muy rico (el de ayer era pavo con patatas y algo más), pero que no es la idea que llevábamos en mente, así que nos terminamos rápidamente las consumiciones y nos volvimos al aguacero que había en las calles en ese momento.
Creo que es un lugar más adecuado para comer un día entre semana o para ir a picar algo temprano (luego está siempre abarrotado), pero para ir a tomar cervezas o vinos y picotear hay lugares cercanos bastante más apropiados.

Voy a empezar por el final: este sitio es estupendo.
A primera vista pasa un poco desapercibido, creo que es de esos bares a los que el 90% va por recomendación. Es un local pequeño pero acogedor, la barra está en el centro y las mesas están alrededor.
El personal es muy eficiente, te recitan el menú de palabra explicándote las dudas que tengas sobre los diferentes platos, y están pendientes de cuando terminas un plato para traerte el siguiente.
Los precios no son caros, pedí un menú de dos platos bebida y postre, y el precio estuvo por debajo de lo que esperaba.
Lo mejor, como debería ser en cualquier bar/​restaurante, es su comida. La ensalada estaba perfecta, el sabor no te da ese bofetón de verduras en el paladar. El contraste de dulce/​salado estaba muy logrado, y encima no estaba sobrecargado de salsas ni especias. El plato de cerdo a fuego lento con patatas estaba muy tierno y es la especialidad de la casa, con su salsa caramelizada.
Si viviera en Madrid sería un asiduo.

Restaurante minúsculo de comida británica que es un zas en toda la boca a los que dicen que los ingleses comen mal. Desde la tapita de salmón ahumado con queso crema que me pusieron con el refresco cuando llegué y esperaba a mis acompañantes, se nota el buen hacer de sus fogones.
Yo estuve un sábado a medio día, y ofrecían un menú delicioso. Yo probé la crema de chirivía al curry, muy especiada y ligeramente picante, exquisita. De segundo, el cerdo asado con una salsa que intuí de bourbon o algo similar, maravilloso. De postre, un bizcocho de plátano y chocolate, fino y delicado, nada de mazacotes en plan brownie.
Un servicio atento, un ambiente distendido y razonablemente ruidoso. Volveré, a probar la carta, aparentemente no muy amplia, pero de la que me han hablado maravillas. Quizás entonces se ganen la quinta estrella… Quien sabe.

What a lovely bright and cheerful spot to sit and eat lunch! The décor is pretty — the bunting is delightful — and the mood is relaxed.
The house vino was great, and the daily lunch specials cheap and well executed. I had no idea what the Spanish menu said, but looked around at what others were eating and pointed with a smile. My salad with Camembert and a side of bread was the perfect fuel during a day of sight seeing.

Una de las más grandes sorpresas de Lavapiés. ¿Qué decir de esta maravilla de lugar que no se haya dicho ya? Además del tremendo encanto que tiene, hay que destacar el genial trato del personal, la maravillosa carta de vinos, la genial selección de platos en el menú del día, y la cocina de Mr. Scott Preston, que es una auténtica delicia. No te pierdas el Slow Roasted Pork, especialidad de la casa, ni las pieles de patata, las sardinas con parmesano… No te pierdas nada. He cenado una vez y he comido en tres ocasiones, y siempre impecable. Aconsejo reservar, pues el sitio es pequeño, al contrario que su éxito ;)

Lo primero que quiero comentar es que este restaurante no admite perros. Me dejó un poco impactada eso de que los chuchis no admitan chuchis, pero es lo que hay. Fuimos a por comida para llevar y no pusieron ningún problema, tienen envases desechables y en unos vasos con tapa donde te ponen las salsas.
De lo que pedimos destaco: la piel de patata con salsa agria, las sardinas empanadas con parmesano y el camembert con ajos, estos platos realmente nos encantaron a todos. Comentar que el camembert lo sirven entero y calentito, a lo que acompañan unas tostas de pan donde untas primero el ajo y después el queso. En fin, creo que estos tres platos eran de 10.
También pedimos el pastel de pastor y salchichas inglesas con mayonesa. Ambas cosas también buenas, muy auténticas, aunque a mi personalmente me gustaron menos.
Del personal me gustó especialmente la entrega del cocinero, muy preocupado porque los platos llegaran a casa con la misma calidad con la que son servidos en el restaurante.
El sitio no es muy grande y no tienen terraza así que recomiendo reservar.

El sábado pasado estuve por fin cenando en el ya celebérrimo Los Chuchis, pues previamente había estado tomando el aperitivo, y ya me había gustado bastante. En general tengo que decir que la experiencia fue globalmente muy positiva: la comida muy rica, el servicio muy agradable, cercano y atento, con el chef Mr Preston saliendo a saludarnos antes de irnos, el sitio es muy acogedor y el ambiente también muy simpático. Mi único pero es para el ruido, que es a veces incomodísimo y desde luego nada apropiado para una cena romántica. No solo por el propio volumen de las conversaciones de la gente, sino por la propia música del local (que no estaba mal, al menos). Hubo un momento tan ensordecedor que mis 3 acompañantes y yo no nos escuchábamos y no nos quedó más remedio que rendirnos a los elementos y cantar a coro la canción que sonaba: Im starting with the man in the mirror…
Pero vamos con la comida que es lo que realmente interesa: pedimos 4 platos. Unos trigueros con parmesano correctos, unas bolas de patata y bacalao deliciosas, un plato de piel de patata asada con salsa agria y picante que estaba espectacular, y un queso camembert con ajo asado que estaba de auténtico lujo.
Mención aparte la cerveza, Estrella de Galicia de grifo, de la que cada vez soy más fan. Con dichas cervezas y unos vinos salimos a poco más de 10 € per cápita, todo un chollo ciertamente.
Enhorabuena a Mr Preston: Espero repetir en un momento más tranquilo.

Lo que más me gusto es que basa su carta en platos británicos, una cocina que no conozco (más allá del fish & chips). Y rompiendo estereotipos. todo lo que probamos estaba buenísimo, menos las chuletillas, que no eran nada del otro mundo.
Tiene un menú de fin de semana muy económico, la decoración es bonita y agradable y el trato muy bueno, Problema: muy poco espacio y algo ruidoso (fuimos 4 personas, así que no sé si con 2 se estaría mejor)
¡Imprescindible reservar!

poco que añadir a los anteriores comentarios. un sitio impecable al que su afán por una política de precios ajustada le lleva a incluir menú del día también los sábados y domingos, aunque a un precio algo mayor que en laborables, y que hacen el London Brick según la receta original inglesa. Obligatorio reservar mesa a mediodía, sea el día que sea, que el local es más bien pequeño

Los Chuchis, a pesar de, a mi gusto, pecar de un nombre empalagoso, es un sitio muy agradable y bien decorado. La carta es muy interesante, sobre todo por su intento de mostrar que la comida tradicional inglesa no es esa que probaron algunos cuando fueron a estudiar inglés a Irlanda con una familia de recursos bajos.
Nosotros pasamos después de leer la recomendación del Comidista. Pensando en volver a cenar otro día pedimos unas cervezas muy sabrosas y las potato skins, que eran caseras (no congeladas) y estaban ricas. Lo único que notamos al principio fue que, a pesar de que felizmente encontramos mesa, estábamos bastante apretujados en nuestra mesa y en la detrás sobre todo, ocupada por un matrimonio. El sitio me gustó, y volveré (un jueves seguramente) a cenar.
Ahora bien, le quito dos estrellas al sitio por no intentar controlar un poco el RUIDO que sufrimos hasta que nos fuimos por parte de una mesa de modernas locas. Intuyo que algunos eran conocidos de los dueños del bar, pero entonces me parece que hay mayor responsabilidad aún en pedir a la gente que no GRITE ya que hay más clientes en el restaurante. Que se comprende un saludo efusivo, pero ¾ de hora de CARCAJADAS, AULLIDOS, GRITITOS Y EXCLAMACIONES se hacen insufribles, para nosotros y para la mesa de al lado que también les miraban asombrados y comentaban.
Espero poder disfrutar más cuando vuelva, porque de verdad que parece que merece la pena.

La verdad es que esta nueva apertura del barrio de Lavapiés lo tiene todo para convertirse en una de las mejores de 2012. Es impresionante lo muchísimo que esta creciendo el barrio, que hoy más que nunca va camino de convertirse en la nueva Malasaña, con multitud de negocios independientes atraídos por unos precios todavía (relativamente) bajos y por una clientela de fuertes convicciones que apuesta siempre por el comercio de proximidad.
Los Chuchis es un precioso bar-​restaurante en el que vienes a sorprenderte. Empezando por esa preciosísima cristalera, donde encuentras el nombre del sitio y corazones por todos lados pintados con tinta blanca, al más puro estilo parisino, con una carta con el menú del día. Por dentro, la decoración es sencilla pero preciosa, y de lo más acogedora. Ramilletes de flores en cada mesa, manteles de estridentes colores, una pizarra al fondo con las diferentes sugerencias del chef y lo mejor de la carta.
La carta es bien sencilla, pero por eso no es menos sorprendente cuando llega a tu mesa, porque eso es algo con lo que juegan muy bien en Los Chuchis: la presentación va a ser tan buena que, cuando quieras hincarle el diente a los manjares, te va a dar hasta pena. Las «cáscaras» de patata con chimichurri con un primer plato genial para ir abriendo boca, y el cambembert con romero hace las delicias de cualquiera, incluso de los menos proclives a disfrutar con derviados lácteos. Eso sí, si tengo que elegir a la estrella de la noche (además de al cocinero, que hizo un trabajo finísimo), ese sería el cerdo asado estilo lento, que nos cautivó profundamente. Oh, cielos, qué delicia. A mí del cerdo me gustan hasta los andares, y en este caso concreto me gustaron hasta los huesos.
Como decía alguno de mis acompañantes de aquella noche, lo mejor es que este lugar no tiene pretensiones. Ni su comida, ni el local, ni sus camareros, nada. Son simpáticos, llanos, te preguntan si te pueden recoger el plato y su trato es cordial, con distancia pero muy agradable. No faltan sonrisas, ni un «¿habéis comido bien?» ni nada por el estilo.
La cena entera, con varias botellas de vino de por medio (no recuerdo si tres o cuatro) salió por 17 € por barba. Vamos, muy asequible. Así que no sé a qué estáis esperando…
Ah, tiene WiFi… y mucho éxito: está prácticamente de bote en bote todo el tiempo.