La Playa de Lavapiés

Había tanta gente que no pude ni entrar. Arena? Yo no la vi en el suelo… lo único que recordaba a la playa eran las sombrillitas de la terraza. Habrá que volver para actualizar la reseña.

Atención pésima! Como se nota que el dueño no está en el bar. Tratan a los clientes que se gastan 40 y 50 euros en copas fatal… En especial la camarera con gafas. En fin una pena, que dejen perder así a clientes… Ni volveremos, ni lo recomendaremos.

Lavapies es uno de mis barrios favoritos, entre otras cosas por la cantidad de sitios majos que voy descubriendo en cada paseo. Aterricé en la playa de la mano de una amiga, como remate de una tarde de copas y tapas, y salí encantado del lugar. La terraza es pequeña pero bien atendida y el sitio es de lo más coqueto. Las tapas, deliciosas, y el vodka con limón a un precio muy razonable, lo cual fue una grata noticia para mi sedienta garganta.

La Playa de Lavapiés is a perfect place for a lazy Sunday afternoon drink after stuffing your face in my favorite Senegalese restaurant nearby. The drinks are affordable, and the terraza is quite large, stretching past the good part of the sidewalk. Bathrooms are hit and miss for cleanliness, but that’s to be expected, I’d say. Just be careful not to get too much sand in your shoes when you’re inside! It’s a nice way to do a «staycation» in Madrid and still get some sand on your toes.

Estuve durante Tapapies 2012 y he de reconocer que fue uno de los sitios que mas me sorprendió. Me encantan los sitios temáticos, la buena mesa y mejor ambientación que pueda transportarte a nuevas experiencias, la playa tiene estas cosas … en mi caso puede degustar una excelente tapa + cerveza a tan solo 1,50 (promoción de tapapies 2012) … volvería sin duda.

Pequeño pero matón y divertido bar-​cocina en Argumosa. Sillas de playa y reciclaje, colorinchis en las paredes, techo de caña y alma francesa. Parece diferente y lo mejor, es que es diferente. Atención especial la que sus dueños prestan al vino y a una cocina que, si breve, dos veces buena.
Cañitas fresca en este chiringo urbano de sombrillas pintadas y sin sol abrasador. Ambiente festivo, sonrisas y un servicio encantador. Si no lo conoces es una buena opción y si lo conoces, seguro que repites porque empezó con fuerza y con fuerza continúa.

Lo conocí gracias al evento Unilocal al que asistí, al que llegue tarde, y no había comida, ya se había sorteado el perrito piloto, etc… Además, en un evento de esta clase no es momento para sacar una conclusión sobre un sitio más que superficial. Asi que decidí darle otra oportunidad a la playa de la calle Argumosa. Si ya en la primera visita me lleve una buena impresión en la segunda, sin presiones, y de incognito como un crítico culinario la impresión salió mucho más reforzada.
El rollo anecdótico de la arena a mi no me embelesa. Quiero decir, hay más de un sitio que tiene como oferta un suelo de arena de playa. Esta curiosidad suelen utilizarla para subir precios, dar un mal servicio y poco más. En este la arena de playa es una anécdota, una curiosidad. Porque el servicio es maravilloso, gentil y amable. Rápido cuando puede serlo y un poco más lento cuando están atestados. La cerveza es Alhambra y te ponen un pequeño aperitivo de embutidos generalmente con la consumición. Lo mejor del bar es el ambiente. Absolutamente sensacional y amigable. Se encuentra uno la mar de a gusto en este bar. Como si de un chiringo de playa se tratase y uno estuviera de vacaciones. Aunque puede parecer una locura la iluminación es la que tiene que ser. Ni lobriega y tenebrosa como si fueses a una mazmorra (que en algunos sitios los ahí) ni tan luminosa como un baño de sol.
Un sitio pues, estupendo para tomar una caña, tirada con mimo, con su rico aperitivo durante una amena conversación. Ideal para el flirteo, la conversación o simplemente para pasar el rato en un sitio absorbente y encantador.

Se completa de una manera estupenda la oferta del barrio. La Playa de Lavapiés sólo necesitaba la arena, y allá que va Unilocal a inaugurarla! Acierto total. La decoración chulísima: puedes dejar notas en la pared magnetizada, y echarte unas risas de las amables leyendo las existentes. A ver si encontráis la mía! Es como estar en la playita, pero sin olor a sardinas.
La comida está muy bien. Nos explicó uno de los socios que la cocina depende de la mujer de su compañero, y pudimos probar unas quesadillas estupendas. La carta incluye algunos platos más, pero el centro de atención es su carta de vinos.
Genial para copas, y una buena charla.
tip para el sitio: si vuelven a dejar fumar en los bares, preparaos para hacer una campaña «usa el cenicero, amigo»! ;) — el suelo es de arena de playa de verdad!-.

Creo recordar que, antes, lo que había en este lugar era una tienda de complementos, aunque no estoy muy seguro –y eso que me he recorrido la Calle de Argumosa de arriba a abajo cientos de veces durante los años que viví en Lavapiés-​. Y si Argumosa es conocida con el sobrenombre de «El paseo marítimo de Madrid» por la profusión de bares, tiendas y terrazas que abren sin horario fijo; en este paseo marítimo no podía faltar una playa. Más concretamente, La Playa de Lavapiés.
Un francés y un español regentan este simpático lugar entre el Soidemersol (El Económico) y La Buga del Lobo, en un emplazamiento bastante privilegiado. Y han conseguido que, con una decoración más bien desenfadada (un póster como de isla paradisíaca, sillas y mesas cada una de su padre y de su madre, una proyección de agua sobre una de las paredes…) el sitio se convierta, desde su misma inauguración, en un clásico instantáneo de ambiente playero, con el techo forrado de madera y el suelo solado con arena prensada.
Todavía no he probado la comida (aunque he de decir que la cocina olía de maravilla), pero sí que he certificado que las cañas están muy bien tiradas, que ponen tapa y que la cerveza que tienen es Alhambra, una de mis favoritas. Falta ver qué tal se desenvuelve este recién nacido entre la dura competencia argumosera, pero si de buenas a primeras demuestra tanta actitud, seguro que lo hace bien.