La Gastro-Croqueteria de Chema

Tras llegar a Madrid, se nos ocurrió dar una vuelta por el centro. Casi no se podia andar de la cantidad de gente que había. Vimos este local, bien decorado, sin mucha aglomeración y decidimos entrar.
Vemos la barra de la entrada libre, todo el mundo acomodado y observamos una mesa al final del comedor vacia. Nos dirigimos a ella, nadie nos para y cuando vamos a sentarnos, nos llama una camarera, quien nos pregunta ¿Habeis reservado… ¿Reservar? Mira no tenemos ni idea, acabamos de llegar y la hemos visto vacia… Si, pero hay que reservar, sino tendreis que tomar algo en la barra… O_​o
Vale, bien, nos ponemos en la barra y conseguimos un pequeño hueco en unas mesas altas. Empiezan a servirnos las tapas y nos atienden con mucha prisa. Continuamos viendo como las mesas se vacian, y no entra nadie… sigo sin entender lo de reservar.
La atención de los camameros en general, salvo la primera, fue atenta y educada.
Las tapas… buena presentación, ya te avisan que son de tamaño pequeño, pero faltas de sabor y para nuestro gusto, demasiado caras. Estamos en un gastro-​bar, no es un restaurante 5 estrellas Michelin, se han pasado con los precios.
Sera cuestión de repetir en cuanto se pueda para ver si tengo otra impresión de este local.

Great restaurant, creative menu, service is wonderful and you dont have to wait for your food. Excellent option if you are willing to share the meal as all of their plates are designed to be shared

Uno de mis sitios preferidos de Madrid, puedes tomarte una cerveza con unas deliciosas croquetas en la zona del bar o entrar al restaurante (siempre reservando).
En cualquier zona no podéis dejar de pedir el turrón de foie, mi plato preferido. ¡Esta brutal!
Tienen menú degustación que han cambiado hace poco subiendo algo el precio (de 28 € a 34 €) pero añadiendo más platos. Ahora consta de de 8 entrantes, 1 plato de pescado, 1 de carne y el postre. Este menú no incluye la bebida, y aunque es mucho dinero, teniendo en cuenta calidad y cantidad me parece que tiene una buena relación con el precio. La botella de vino ronda los 20 €.
El servicio todas las veces que he estado impecable. Atentos pero sin avasallar y simpáticos.
Lo dicho un sitio totalmente recomendable.

Local con una decoración agradable y una carta con toques innovadores.
La oferta gastronómica principal son su variada propuestas de croquetas. También muy recomendable la ensaladilla rusa .
Una de sus cazuelitas más demandas es su fideua en costra que en nuestro caso no pedimos. Raciones algo justas.
Servicio atento y rápido.

A mi este sitio me tiene enamorao, y ya he venido unas cuantas veces para reafirmarme, un par de ellas ha sido pidieindo bajo carta tapas, en su mayoría crocetas y el delicioso turrón de foie y en esta última ocasión en la que me convertí en duque vine a tomar el menú desgustación formado por 8 tapas individuales o bocados como reza en la carta, un primero de pescado, un segundo de carne y un postre.
Creedme que el precio es barato por esas mas de dos horas degustando dichos manjares. Todo esquisito!
El ambiente es muy acogedor, lleno de detalles, trasladandote a un saloncito muy confortable, el trato con el personal es excelente muy amables y la comida de 10.
Lo tiene todo, y volveré pronto a seguir probando platos que me quedan pendientes.

Una vez he venido a este sitio, y una vez me basta para darle 5 estrellas! Qué croquetas, qué manera de convertir el plato más casero y típico del mundo en una pequeña obra de arte. O más bien, en dos obras de arte. Porque en este lugar las croquetas vienen de dos en dos, y creedme si os digo que desearéis haber ido solos cuando vuestro/​s acompañante/​s devoren esa croqueta que queríais repetir porque no os podíais creer lo buenísima que estaba. No sé si estoy exagerando un poco, pero yo me declaro fan de esta gastro-​croquetería, y de Chema Soler, aunque no le haya visto en mi vida.
Por supuesto no sólo podéis pedir croquetas (aunque yo sinceramente las pediría todas y ya está) porque también se atreven con platos del tipo fondue de queso, salmorejo, fideuá y más cositas tradicionales tranformadas en tapas de un gusto refinadísimo. Pero a lo que vamos: las croquetas. Vaya CRO-​QUE-​TAS. Al top 1 entró directa la de sepia en su tinta sin ningún tipo de dudas. Las de queso líquido y queso con frutos rojos se disputan la segunda posición. Y las de jamón y las de pincho moruno están peleando por meterse también en lo alto del cajón. Estas son las que me cupieron antes del postre, que por supuesto también vino en forma de croqueta, pero de chocolate. En fin, que cada vez que lo pienso se me hace la boca agua… Yo hasta que no las pruebe todas no voy a parar. Eso sí, tendré que reservar mesa porque el local no es muy grande y está demasiado cerca de Gran Vía como para convertirse en un templo escondido sólo para gourmets. Todas las cosas buenas tienen su precio supongo, el de una cena fantástica que no olvidaré nunca no superó los 15 € por persona. Es para ir una y otra vez.

He estado en este sitio un par de veces y puedo decir que la comida está buena, tiene una gran variedad de croquetas (de eso va) y también de raciones que están a la misma altura, pero el precio está un poco subido para el tamaño de las raciones que sirven. He de señalar que esta última vez estuve en relación a una «ruta de tapas» de Malasaña, donde ofrecían tapa+tercio de Inedit por 2,90 €, y de paso nos quedamos a comer. Mi decepción llegó cuando pedimos otra cerveza Inedit para beber y al recibir la cuenta, nos percatamos de que nos cobran la cerveza por 2,85 €. El servicio nos podría haber avisado de que por el mismo precio tendríamos la tapa, cosa que no hicieron. Tampoco nos gustó el hecho de que no quedaran la mitad de las raciones/​croquetas de la carta (ni siquiera lo sabían los camareros, nos estuvieron mareando durante la comida). En resumen, un sitio curioso para ir una vez pero que deberían mejorar.

¡Mamma mía! ¡Qué gran descubrimiento para una amante de las croquetas como yo! Resulta que el pasado domingo queríamos bajar a comer a Madrid pero no sabíamos muy bien dónde, así que, cotilleando por Unilocal,vi una reseña de este sitio, y luego vi las fotos, y la decisión fue tomada.
Llegamos sobre las 15:00 horas sin reserva ni «na de na» (desobedeciendo totalmente los sabios consejos de los Unilocalers), pero tuvimos suerte, ya que no había mesa libre pero sí un hueco con un par de taburetes en la barra que hay en la entrada del restaurante. Nos valía perfectamente. Preguntamos si la carta era la misma que si te sentabas en las mesas, y nos dijeron que muy parecida, faltan algunos platos que son demasiado grandes y no caben en la barra, que es estrechita.
Para beber pedí una cerveza de frutos rojos, pero no había y acepté la sugerencia del camarero, una cerveza «Salvaje» especiada muy suave. Estaba bastante rica, para mí que no me gustan las cervezas fuertes, aunque esto es lo único que me pareció un poco caro comparado con la comida (3,85 € el botellín).
Para comer pedimos una maceta de canónigos y langostinos en tempura con salsa picante, que era básicamente una ensalada con estos ingredientes, trocitos de queso y tomates cherry. Aún siendo solo una ensalada me gustó mucho, la tempura estaba rica y la salsa picante le daba un toque distinto. También pedimos tres dúos de croquetas: de queso líquido, de setas con confitura de tomate y parmesano, y de sepia en su tinta. Todas deliciosas, no sabría elegir una favorita, aunque quizá estaría entre la de setas y la de queso.
Para terminar nos sirvieron un guiso de pulpitos y patatas, que estaba para chuparse los dedos. En todos los casos la presentación fue impecable y el trato correcto. Cuando llegó la cuenta fue una grata sorpresa, ya que todo esto, cesta de pan incluida, solo costó unos 33 €. Me parece un buen sitio para repetir.

Después de muchos intentos y de encontrarlo siempre cerrado, ayer por fin pudimos probar este sitio.
Era martes y había bastante gente, así que como no llevábamos reserva nos pusieron en la zona de mesas altas de la entrada.
Pedimos un vino, una caña y tres dúos, 15.75 todo.
El personal muy amable y las croquetas tremendas, pedimos 3 tipos: de queso líquido (te advierten de que te la comas de un bocado, maravilloso bocado) la de sepia con alioli, muy rica también y finalmente una de setas con parmesano, perfecta.
Muy ricas, quiero volver a pasarme la carta entera dos veces.

Probamos muchas cosas, porque los platos son pequeñitos y nos pareció que el sitio calidad precio estaba muy bien.
Pedimos croquetas de bacalao y croquetas de sepia en su tinta, la bechamel suave ligera y en su justo punto de densidad. Gran cantidad de bacalao con mucho sabor (deliciosas) y más originales las de sepia, super negras por dentro y con un sabor estupendo. Pedimos también tataki de atún, que sin ser espectacular estaba correcto y fidedua (que estuvo muy rica) ademas una cosa que eran como buñuelos de pulpo a la gallega, a mi el pulpo me gusta más pulpo que en buñuelo, pero a mi acompañante le gusto bastante, pedimos una botella de vino y salimos entre 25 y 30 €/​persona. De postre unas croquetas de nocilla, que yo no comí porque no me gusta el chocholate y mucho menos si está caliente, pero mi acompañante se comió las dos que venían y otras dos se hubiera comido!

Sábado, diez de la noche, quedas con una amiga y las tripas rugen. Sabes que quedar en el centro de Madrid, y a esas horas un fin de semana, es como misión imposible para encontrar sitio para cenar. Pero te pones a buscar sitios recomendados por Unilocaleros y te llevan sin lugar a dudas a la Croqueteria de Chema
Así que allí estábamos las dos, esperando en la puerta y deseando que se levantara la gente para poder sentarnos, pero la mala suerte, nos llevo a que cambiaran de turno y nos metieran delante a un pelotón de reserva.
Total once y media de la noche cenando en la barra, con corriente de la puerta (las consecuencias de ese vientecillo ya las estoy pagando)
Pero entonces ocurrió, pudimos pedir y deleitarnos con unos platos exquisitos y un camarero de lo más encantador y divertido.
Burrata con trufa, croquetas de jamón y Korokke de Wagyu. Y el plato que me pareció lo más, y desde luego estrella –Bao a la Madrileña (pan chino al vapor relleno de callos a la madrileña) Impresionante sabor y la mezcla de culturas en un mismo plato es una explosión de texturas en el paladar
Como colofón final, y gordas felices que somos, no quisimos irnos sin probar un postre que según nuestro recomendador camarero estaban buenísimos. Así que seguimos su consejo y probamos la tarta de calabaza con chocolate blanco que fue ya nuestra perdición total. Había que mezclar todos los ingredientes antes de llevártelos a la boca y allí había tal festín de texturas y sabores que fue increíble. Estuve a un tris de echarle morro y pedirle la receta, pero no me había bebido suficientes cervezas
Salimos rodando del sitio, pero sin dudas mereció la pena.
Me encantó y probablemente (seguro) repita, aunque sólo sea para volver a comer las Bao a la madrileña
Conclusión: Si vas a ir un fin de semana: RESERVA
Si vas a cenar tarde, cuidado con las Bao que como sabes llevan callos y para los estómagos delicados nos costó seguir degustándolos toda la noche.

Tras varios meses en mis favoritos, la Gastrocroquetería pasó de lo abstracto a lo cronqueto (atentos al horrible juego de palabras), en forma de croquetas varias (guiño, guiño), ensalada con tempura y cazuelita de guiso de pulpitos. Esto último, sin duda, lo que más me gustó.
Y es que hay veces, que sabes que vas sobre seguro. Con tantas reseñas de 5 estrellas y tantos halagos a su bien hacer culinario, estaba claro que íbamos a comer de lujo. Y así fue. Empezando por una ensalada de canónigos y langostinos en tempura, acompañado de queso y una vinagreta con ligeros toques picantes. Sin estar mala, ni mucho menos, fue lo que menos me convenció. Y es que, en realidad, el plato era tan sencillo como su nombre indicaba. Correcto, sin más.
Tras la ensalada vinieron las croquetas: de setas con confitura de tomate y queso parmesano, de sepia con alioli y de queso líquido. A cada cual mejor. La de chipis me enamoró especialmente. Impresionante. La de queso líquido estaba buena, aunque sorprendía más por su concepto de relleno líquido. Y las de setas estaban muy buenas; una mezcla de ingredientes perfecta.
El último plato, THE LAST ONE, fue un «guisito de pulpito» que quitaba el hipo. Muy rico, como un marmitako de tu «ama», pero en vez de atún, usando pulpitos. Lo disfruté muchísimo porque, a mí, la cocina de cuchara, me vuelve loco.
Por último, cabe destacar la selección de cervezas naturales y caseras muy decente.
En cuanto al precio y las cantidades, la verdad es que muy bien. Lo que os he comentado, junto a una cesta de pan, una cerveza y una coke light, nos salió por 33 €. Más que razonable. Sobre todo si tenemos en cuenta que una visita con hambre a un burger de tres al cuarto te sale por 25 €.
Así pues, visitad la Gastrocroquetería si os gustan los juegos de palabra cutres o llorar de emoción en presencia de unos pulpitos guisados.

Grata experiencia. Local muy acogedor, trato amable y correcto, platos ingeniosos y llenos de sabor.
Destacaríà la fundé de queso y curry con croquetas de pollo y la tratar de tres quesos.
Volveremos

Absolutely exquisite. The base menu (only 16 euros) was an explosion of taste and creativity. The recommended wine was excellent, and the deserts were simply amazing. I don’t think I will ever have cheese croquettes that taste so good. This restaurant has left a mark on my soul!

La comida en la gastro coquetería de Chema es siempre una delicia y una tortura. Uno nunca sabe que pedir. Todo le apetece, todo está rico. Con lo cual, tras una copiosa cena, lo normal es ir desfilando hacia gran via haciendo el sonido del Gordo y el flaco. Sobre la decoración ya está todo dicho. La atención de los camareros es excelente, quizás los tiempos de servir un poco lento, pero es que yo como deprisa.
En esta última visita, nos decantamos por el pack de croquetas de Chema, tres duos para compartir a elección del chef. Nos toco la de perrito que simula un perrito con su cebolla crujiente y kétchup por encima tanto en sabor como en forma, el de setas con tomate caramelizado y parmesano, siempre espectacular y la clásica de jamón, sin más.
Como todo te parece demasiado sugerente pedimos todo lo que había en carta en medias raciones para compartir mucho más. El taco crujiente con salsa de jalapeños, bueno sin más, el bao de callos a la madrileña, de textura rara, rico aunque se me hizo extraño comer callos con las manos. Y seguimos con las yakitoros de pulpo a la gallega y la mini hamburguesa de buey con sobrasada gratinada y espuma de queso azul. El yakitoro era espuma de pure de patata con trocitos de pulpo fritos con pimentón que estaba llanamente espectacular. La mini hamburguesa de buey –que tuve que ingerir en su totalidad debido a la deserción de mi acompañante para seguir compartiendo. Simplemente se demuestra que con ingredientes de calidad y un chef con buena mano sale una hamburguesa excelente. El pan tostado y crujiente, la carne del buey como tiene que ser una carne de buey, es decir, moradita. Punto de la carne? Sin preguntar poco hecha.
Para maridar la comida nos pimplamos una botella de humildad (en catalán) de 2012 de priorat de 60% garnacha y 40% cariñena, que esperaba mejor, y sin ser malo, me pareció de poca profundidad y demasiado ligero. Lo que querrá decir con mi consolidado paladar vinícola, que será un vino muy bueno y yo un pésimo catador.
Es un sitio donde no fallas salvo en las cantidades, que puedes pecar de pedir en exceso porque todo apetece.
Detalle que no me gusto, te ponen un aperitivo, en este caso de crema de queso con hierbas y pan de panacotta (creo) que en lugar de convidado, te lo cobran. Detalle feo.
Cuenta 61 € con todo lo pedido. Excelente relación calidad precio y satisfacción garantizada.

I asked for recommendations on the croquettes, and they suggested me a mushroom+tomato one and their special with black sauce.
They were phenomenal! Best I’ve tasted. Ever.

Con la de sitios maravillosos que tengo guardados para probar suelo intentar probarlos cuando se me plantea una ocasión especial pero esta vez… vino a mi cabeza La gastrocroquetería creyendo que iba a ser un tremendo acierto.
Celebración del día de la madre tardío, en mi familia somos gente muy ocupada, reservo con cierta antelación ya que coincide con domingo de elecciones.
Llegamos, yo comento que el menú de tapas es genial pero finalmente decidimos pedir de carta.
Como en mi otra incursión apareció un aperitivo de salmorejo del que enamora, que no quieres que se acabe.
Lo que nos llamó la atención inicialmente fue una ensaladilla de buey de mar que tenían como especialidad este día, de resto aconsejé pedir, basada en mi experiencia, la ensaladilla con espuma de mayonesa, atún y huevas y la fideuá con costra de alioli. No defraudaron.
También pedimos tríos de croquetas (son dúos pero nos lo hicieron a medida sin ningún problema) de queso líquido, boletus con parmesano y tomate y de calamares en su tinta. 4 ever calamares, I love u.
Burrata con salsa de trufa y hongos, TREMENDO, aunque la burrata no es la mejor que he probado el toque de los hongos y la tremenda salsa de trufa lo hacen un plato 10.
Para terminar un postre… Chocolatissimo: Chocolate con chocolate y más chocolate: ¡el postre ideal! Distintas texturas y formas de chocolate, delicioso.
Me encantó el trato, me encantó la comida y sobre todo me quedo con lo brutalmente contenta que se quedó mi familia con el descubrimiento.
De nuevo ¡VIVA!

Menú de degustación de 16 euros/​persona, excelente, y mejor con buenos amigos y la amabilidad en el servicio

No sé cómo puede ser que todavía no hubiera escrito el comentario de este magnífico restaurante.
Está a dos pasos de Gran Vía, pero una vez entras te olvidas del estrés y las prisas porque la atmósfera te invita a ponerte cómodo y disfrutar de la comida. La decoración con madera y la luz cálida hacen que te sientas en casa desde el minuto uno.
Para comer, hay varias opciones. Mi favorita es el menú degustación, en el que el chef te sorprende con una selección de platos según mercado. Cuesta 28 € (incluye postre pero no bebida). Yo lo he probado dos veces y no podría haber salido más encantada. A la calidad de los platos y su excelente presentación se une el factor sorpresa de no saber qué vas a comer y dejarte llevar por la creatividad del chef. Cuando pides este menú te preguntan si tienes alguna alergia o hay algún alimento que no te guste nada, y a partir de ahí, empieza el espectáculo culinario. El cocinero es sencillamente un artista. No iba a describir ningún plato para mantener la sorpresa, pero no puedo evitar hablar del foie sobre espuma de turrón con crocanti de almendra y confitura de higo. Podría comerme una de estas tapas al día y nunca me cansaría. ¡Exquisita!
Luego están el menú de tapas (16 €) y el menú Umami. Éste último sólo lo preparan con reserva previa, y debe ser lo más, pero yo aún no lo he probado.
Además de los menús, puedes comer a la carta (en sala) y también probar toda la selección de croquetas en barra. La única pega que le puedo poner es que en barra la carta se limite a las croquetas y dos o tres tapas más, aunque reconozco que hay tanta croqueta diferente y tan originales (incluso las hay dulces) que no es fácil aburrirse de ellas. Por algo es una gastrocroquetería.
El servicio es muy amable y rápido.
Recomiendo reservar siempre porque está todo tan bueno que se llena siempre.

Wonderful! The best tapas we had in Madrid. Really helpful bartender who spoke enough English to overcome my limited Spanish. The melted/​liquid cheese croquettes were amazing. Even better — croquetas de sepia en su tinta gratinadas. Fabulous!

Gastro bar increíble, atención exquisita! 100% recomendable!
Gracias Maria por la experiencia!!!

Oooooops, se me olvidó reseñar la Gastro-​croquetería. A ello voy.
La visita fue una experiencia digna de recordar, vaya paseo de platos, todos buenísimos. Elegimos el menú degustación de 16 euros. Si me tengo que quedar con alguno: el pincho de atún al chimichurri (hay quien dice que estaba muy salado) y la ensaladilla rusa.
Si le tengo que poner un pero, el precio de la cerveza. Que si te pides un par de tercios, la cosa se sale un poco de madre.

Esta reseña va como ampliación a la de Cristina D., aportando algo de memoria.
Una mini-​tosta con una suave crema de queso fue el entrante. A los que no nos maravilla la ensaladilla rusa, aunque reconozco que estaba muy buena, nos fijamos más en el siguiente plato, un pinchito con un pollo rebozado, crujiente por fuera y muy tierno por dentro, con una salsa barbacoa suave y que le iba como anillo al dedo.
Las croquetas de setas iban acompañadas de queso que le daban un toque muy guay.
Y doy fé de esa fideuá de las que luego mojas en el plato con pan aunque ya hayas rebañado todo. También confirmo lo de los cuadros, que le dan un toque molón al local.
Quiero repetir y probar más cosas de la carta. Seguro que está todo increíble.
:)))

¡Menamorau! No sé cómo había tardado tanto en venir a este sitio…
Después de unas cañas en la Fábrica Maravillas la idea era tapear algo en plan barra y que hubiera croquetas. Entramos y parece que la barra va a ser impracticable, así que, como suelo hacer porque soy un poco cotillita con los locales, me adentro sin miedo ;P y, un camarero me pilla y me pregunta si tenemos reserva. Con cara de cordera acroquetada le digo que no pero que eso de allí parece una mesa libre que no sé si… Me dice que esperemos y vuelve para sentarnos justo en esa mesa. Potra total!!! Os recomiendo que reservéis. No hagáis como nosotros que vamos a lo loco a «toslaos».
El local me pareció bastante grande, dividido como en tres zonas: barra, mesas y otra zona al fondo llamada «Atelier». Me fliparon mucho los cuadros que tienen decorando la zona principal, de hecho, tomé nota de la persona que los hace ya que esos cuadros expuestos se venden, nada baratos por cierto, pero son la caña.
De beber cerveza y pedimos el menú «De tapas por Madrid» que está muy bien si quieres pensar poco, tienes hambre y no te quieres tampoco pasar y además te apetece probar varias cosas.
Empezaron a traer platos: ensaladilla rusa, croqueta de rabo de toro, cazuelita de fideuá en costra, croquetas de setas, atún, y me falta uno que ahora mismo no recuerdo porque la edad es lo que tiene… ;P Me pareció todo delicioso y destaco la ensaladilla y la fideuá. De esta última creo que nos habríamos tomado 5 camiones sin pestañear. No exagero xD
He leído que además los domingos tiene arroz. Croquetas y arroz. Este sitio es el p*** cielo.
Las personas que te atienden son amor completamente y en concreto una chica que fue súper amable y tenía una sonrisota todo el rato. Así da gusto.
Quiero volver para probar todo todito todo y no me pierdo ese arrozaco de los domingos ;)