La Chusquery

Gran restaurante ubicado en la latina. Llevo yendo desde que se abrió y tanto la calidad como el precio son muy adecuados.
Para mí lo mejor: las carrilleras, el bao chino, las mollejas, las croquetas, el lomo de vaca… y las sugerencias que van cambiando fuera de carta son siempre muy adecuadas. Muy buen trato.

Hace poco me hablaba maravillas una amiga de este restaurante, así que en la primera oportunidad que he tenido de ir me planté.
Nos dejamos aconsejar por el chef, ya que tienen platos fuera de carta, pudimos saborear unos baos de carrillera y cordero, hasta ese momento no sabía ni lo que era y os puedo asegurar que ¡no podéis iros de allí sin probarlo!
Soy muy fan del ceviche, así que decidimos pedirlo, una maravilla, la verdad. Y si soy fan del ceviche no quiero contaros del pez mantequilla, es mi debilidad. Y el tataki aquí es espectacular, lo ponen acompañado de varias salsas…¡que rico!
Degustamos por consejo del chef el foie con sardina, que tú piensas «¿foie + sardina? Pero ¿¡Que invento es este?!» Pues un invento riquísimo, ¡para que engañarnos!
Y como parecía que habíamos comido poco, ¡ejem!, decidimos pedir un postre, ¿por qué no? ¡Ya haremos dieta otro día! Mereció la pena… te avisan que tarda un poco más que el resto de postres, de hecho lo especifican en la carta, y la espera mereció la pena… metías la cucharilla y veías como el chocolate estaba por dentro completamente fundido…
Un sitio diferente en La Latina si estás cansado de pedir la misma tapa en el mismo bar de siempre.
¡Ah! Y la atención muy buena, con explicación de cada plato por parte de los camareros, que siempre se agradece

The bao carrilleras is really good. Interesting restaurant with fusion food, Chinese and Spanish. Some dishes are better than others but really worth to try, really interesting food.

Gran descubrimiento. Entre restaurantes de tapeo y raciones me he encontrado este local donde he degustado alguno de los platos más sabrosos y sorprendentes de los últimos tiempos. Destaco el Yataki de pez mantequilla con un ligero sabor a leña potenciado por el té negro ahumado, acompañado de alga wakame, hoisin de fresas, ponzu y sweet chily. Impresionante también su Lagarto de cerdo ibérico (parte intercostillar) muy sabrosa con salsa nikkei y pan choi. Muy buena atención y servicio.

Un restaurante con platos arriesgados de interesantes nombres. El servicio es el que siempre esperas obtener en un restaurante: perfecto.
En los platos, quizás me faltó intensidad en los sabores, puede que sea debido a que los nombres de los platos crean altas expectativas.
Es una buena opción para probar algo nuevo y diferente.

Buena experiencia en LA CHUSKERY, local de reciente apertura en pleno Madrid de los Austrias, en la calle Mancebos entre la Plaza de los Carros y la de la Paja. Local de esquina, decorado en plan taberna castiza, con grandes ventanales. En la entrada una barra con cuatro o cinco mesas altas, y un comedorcito con otras diez mesas, aparte de otras tantas en la terraza de la calle peatonal en la que está situado.
Carta breve, a base de raciones pensadas para compartir. Cocina de fusión con toques orientales, con bastantes referencias fuera de carta que anuncian en una enorme pizarra.
Tres personas, domingo a mediodía y el local lleno. Tuvimos la suerte de que se quedó libre una mesa alta al lado de una ventana y allí nos hicimos fuertes. Nos atendió uno de los socios y nos dejamos recomendar, pedimos:
Unos «baos», los bocadillos chinos de pan al vapor, uno de panceta con salsa hoisin, y otro de cordero, guisado en una salsa de leche de coco y cacahuete ligeramente picante, del que tuvimos que pedir otro más porque nos supo a poco.
Media ración de tataki de pez mantequilla, servido en una bandeja plana con diferentes tipos de salsa, de más a menos picante, en el que la gracia era ir mojando trocitos de pescado en las diferentes salsas o combinarlas. Un plato redondo, el pescado estaba muy bueno y las salsas le iban de vicio.
Media de ceviche de corvina, servido con cebolla morada, puré de batata, aguacate y maíz tostado. Suave y refrescante.
Terminamos con una de morcilla de burgos frita con una salsa de chile dulce tailandesa. Muy sabrosa la morcilla de arroz, y acertada la combinación con la salsa.
Acompañamos el condumio con una botella de «7 fuentes», el tinto tinerfeño, servido fresquito, que entró de maravilla.
Estuvimos a gusto y muy bien atendidos, cadencia adecuada y con explicación de los platos. La cuenta ascendió a 52,50 euros, que nos pareció una buena relación calidad-​precio. Nos fuimos deseando volver para probar más cosas.

El chef Angel Jiménez se une a la oferta del Madrid canalla. Desde una croqueta de jamón sublime, hasta el tataki de pez mantequilla. Dejate aconsejar por Ángel.