Tere

Me pareció muy normalito, hay muchos sitios mejores en la zona de La Latina.

Attention, préparez vous à beaucoup de calories ! Cette petite cerveceria, qui né paye pas de mine, et dont l’intérieur ressemble presque à nos chers PMU nationaux, propose des tapas variés et de bonne qualité. Situé dans le vieux Madrid, j’ai beaucoup apprécié le quartier.
J’ai goûté aux croquettes au jambon et aux beignets de calamar (né faites pas la même erreur que moi, commandez les sans pain!), un vrai régal. Et encore plein d’autres choses me donnaient envie au comptoir: chorizo, jambon, tortilla, olives… La bière, comme dans toute les cerveceria, est à un prix dérisoire.
Comptez 6 euros pour repartir avec le ventre bien plein, et avec l’envie d’y retourner plus tard pour goûter aux autres tapas.

Aunque hemos parado para tomar sólo un café y coca cola se ve que tiene unos platos aceptables, lo mejor su terraza y las vistas de la basílica de San Francisco el Grande al fondo.

Creo que nunca he entrado dentro de esta cervecería, bueno sí, supongo que para ir al baño. Os preguntaréis entonces cómo es que me da por comentar aquí y es evidente: si nunca entro es porque me quedo en la terraza, que es lo que me interesa. Conseguir una mesa para comer en esta terraza situada en el centro justo de La Latina es un triunfo y yo, las veces que lo he conseguido, lo he aprovechado bien. Recuerdo algunas comidas con amigos aquí, sábados o domingos, que hemos empezado a las cuatro y hemos acabado después de las seis, cuando ya nos han echado por pesados. Y es que el lugar es perfecto para ver pasar a la gente, que camina por delante en procesión de un lado a otro, mientras nosotros comemos, bebemos y reímos hasta hartarnos. La comida no es gran cosa, pero no está mal, la verdad. Lo típico de toda la vida: calamares, patatas, tortilla, ensalada, lacón y eso, raciones para llenarse la panza y empapar la bebida que fluye con alegría por esta terraza.

En su estratégica ubicación puede ser tan cutre como quiera, no hace falta que se adapte a la moda de la latina de tostas de foie y quiches lorraine, si su lleno está asegurado con las raciones de oreja y calamares de toda la vida. Tiene dos plantas y definitivamente la superior es el olvido, nunca me sentí tan mal por pedirle algo a un camarero, quien se acuerda de la madre de todos y cada uno de los comensales que le hacen bajar y subir escaleras continuamente. La carta, la que os imaginais y el precio el que se pueden permitir por estar en el meollo de la latina. Pero doy fe de que pocos irían a la Tere si estuviera en Vallecas y tuviera esos precios. Grandes grupos de amigotes que prefieren pagar poco por las primeras cañas o que siguen prefiriendo ver el fútbol que ver a chicas monas, suelen frecuentar la planta baja, más para picar que para cenar.