Korea

Buen servicio, buena comida, buenos precios. Fuimos por recomendación de una compañera de trabajo, que siendo asiática tiene muy buen ojo y paladar para estos lugares. No decepcionó, incluso superó mis expectativas. La decoración es exquisita, el servicio muy amable y aconseja bien. En la mesa sitúan un quemador al estilo camping gas para que te cocines algunos de los platos, los cuales son bastante contundentes… y sobre todo buenos. Os aconsejo dejaros llevar y aconsejar. La cerveza coreana es un poco bleuf, al estilo de otras muchas pilsen asiáticas, muy insípida. Pero tienen Mahou, así que no hay problema, además no es culpa de ellos ;)

Ya había estado en una ocasión anterior con mi pareja y, como salió todo tan bien, me decidí a llevar a una amiga. ¡Cómo me gusta cuando se confirman mis primeras experiencias al repetir!
Sería incapaz de reproducir los nombres :) pero podría alimentarme a base de esas empanadillas coreanas: delicioso relleno y más deliciosa aún la salsa que las acompaña. No pica y me sorprendió realmente.
A continuación, pedimos una ensalada de algas con pepino, súper rica. Y probamos una sartén con pollo y noodles que estaba espectacular. Te lo cocinan en la mesa con un original sistema de hornillo. Les falta avisarte bien de los tiempos, porque cuando te decides ponerte a remover el asunto, te dicen que ya lo hacen ellos. Luego te quedas esperando un poco por temor a fastidiarla, hasta que preguntas y te dicen que sí, que puedes comerlo ya. Te dan la opción de que lo pidas sin picante.
Ni os molestéis con los postres: de chino total. Nada típico coreano y caros. La cerveza coreana es muy suave. Nosotras la pedimos por redondear un poco la experiencia, pero no le noté ningún sabor especial (cuesta 3,50 €).
Total de la cena, unos 15 € por cabeza. Teniendo en cuenta el sabor de la comida y la experiencia, me parece que está genial de precio. Lo recomendaré siempre que pueda, desde luego!

Sigue siendo mi restaurante koreano de bandera por excelencia en Madrid. Aunque no son el colmo de la amabilidad en la mesa creo que eso se debe más bien a una pretendida postura de respeto hacia el cliente-​comensal. Puede resultar un poco brusco al principio sobre todo por esa hieratismo al describir los platos que pareciera que les disgusta que no sepas lo que pides, pero, tranquilos todos, no es así. Son gente maja.
Insisto en la calidad de su kimchi que (siendo verdura fermentada) para ellos es como nuestro pan de cada día. Bibimbap, y parilla coreana superior –sí, sigo siendo fan de su ternera con pulpitos– y sí, es más que recomendable.
Lo mejor es llamr por teléfono y pedir espacio en el saloncito pequeño de la entrada a la derecha –que está decorado en madera y es bastante recogido. Larga vida al Korea en Madrid.

Me quedé huérfano de comida coreana al venir a Madrid, pero Korea ha oficiado bien este tiempo de padre en el exilio.
Para mi gusto no está al nivel del Jalasán en Valencia, pero sus platos cocinados en la mesa están muy ricos, su kimchi es más que solvente y el Bibimbab, en estilo más crujiente, pero también muy sabroso.
Además muy amables.

Es un restaurante altamente recomendable.
Gran calidad, todo buenisimo y a buen precio.
Cuidado con el picante, salvo eso, ideal para cualquier tipo de comida/​cena

Totalmente recomendable. Fuimos a cenar un sábado, reservando un ratito antes ya que estaba prácticamente completo.
El sitio, no es demasiado grande (por eso es recomendable reservar), pero a mi al menos me encantó la decoración, y la planta de abajo más aun, solo hay cuatro mesitas pero es mas «acogedora» que la de arriba, que es más amplia.
Eramos 3, pedimos empanadillas coreanas (exquisitas!), una sopa coreana que llevaba carne, verduras, algas y tofu (aunque para mi gusto no tenía muy buena pinta, resultó estar buenísima) y por último, el plato 21. A, que es una plancha que ponen en el centro de la mesa con un camping gas y te lo van haciendo ellos, consiste en ternera, verduras (pimiento, cebolla y algunas cosas más) y tallarines, con una salsa muy suave, también delicioso.
Para beber pedimos agua, la cuenta fue de 36 euros, es decir 12 euros por persona, y aunque no salimos del sitio «para reventar» no nos quedamos para nada con hambre, por lo tanto… una relación calidad-​precio bastante buena.
Los camareros, muy atentos y amables.
Pronto volveré para seguir probando otros platos!

Me lo recomendó una compañera del trabajo, y no me defraudó. Buena calidad y variedad. Muy buebas las empanadillas, las carnes a la plancha y el rollito de marisco muy recomendable. En 6 meses habré ido unas 3 veces, siempre que puedo me acerco. De precio medio. Lo más caro las bebidas. Hay que tener en cuenta que el iva no está incluido. Cada vez que he llevado a alguien ha quedado encantado. Uno de mis restaurantes preferidos en Madrid. Pequeño y acogedor.

Fuimos sin reserva y con todo y con eso, nos buscaron una mesa. La carta puede poner un poco nervioso al principio, sobre todo porque íbamos con mucha hambre, sin embargo con calma y preguntando un poco, pedimos las empanadillas de entrante uno de los arroces con carne y verduras y la primera plancha de ternera, verdura y tallarines. Muy profesiones y todo muy rico. Apto para personas con estómagos delicados.

Increíble, todo esta muy rico, eso si no toques la sartén que el ya llegara el chef a moverlo que si no se cabrea :-)
28A kimchi samkyup gui (sartén de cerdo con tallarines picante)
12 Mandu (empanadillas coreanas)
41 dolsot bibimbab (arroz a la piedra picante)
Se me hace la boca agua…

I had the bibimbap (rice, meat, vegetables, egg, all mixed up together) and it was really tasty. The portion was huge and I couldn’t finish it despite being really hungry — you should definitely go to this restaurant only if you’re really hungry! I also tasted their kimbap and it was also good, even if the slices were a bit too big and therefore not really easy to eat (you had to bite into them and consequently everything fell in your plate…)
The friend I went this had the saeng bulgogi and it was also very good and much more tasty than the dish I had. It was a bit too much spicy for my taste — though when you order, they ask you how spicy you want it, so I guess it could have been perfect for my taste if I had ordered this dish.
A bit disappointed because they didn’t have the side dishes that are so common of Korean culture (kimchi amongst other things) and the chopsticks they give you are these disposable wooden ones instead of the more authentic metal ones. This might just be me being picky though but I’m always in for authenticity when eating at a restaurant.
The waiters could have been nicer too but overall the customer service was efficient and quick.

Went with my new wife (actual Korean American) and my parents and uncle (all Latinos from Peru) and my squeeze and I thought the dishes were OK although the owners and staff are not Korean but Chinese and need to actually be told what part of the dish you want to have.
Where are the jeon, naeng myun, and banchan that every decent Korean restaurant is supposed to have??? Save your money and go to Barcelona’s Hanin.
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Fui con mi nueva esposa (verdadera coreano-​norteamericana) y mis padres y tío (todos peruanos) y mi mujer y yo pensamos que los platos eran más o menos buenos, aunque los dueños y el personal no son coreanos sino chinos y tienen que decirles qué parte del plato quieres comer.
Dónde está el jeon, naeng myun, y banchan que todo restaurante coreano decente está supuesto a tener? No gasten plata, vayan al Hanin en Barcelona.

Es la segunda vez que he ido a este restaurante coreano, y si la primera me gustó, en esta ocasión ya me declaro fan de su Kimchi, un plato de verdura (principalmente un tipo de col fermentada) picante y un poco salado.
Al principio me dió un poco de reparo porque olía un poco fuerte, y luego pensé si he sobrevivido al huevo milenario, porque no hoy a tomar esto,… y estaba buenísimo. El menú se completó con un arroz, y un par de bibimbap, uno de ternera y otro de panceta.
Es curioso como la mayor parte de los platos se preparan directamente en la mesa, sobre planchas o cazuelas. Nosotros cometimos el error de empezar a comer antes de que estuviera del todo cocinado, así que el camarero (siempre observador) en seguida se acerco a decirnos que devolvieramos la comida a la cazuela que todavía no estaba cocinada.
El único fallo que le encuentro al restaurante en su carta es que no tiene ningún postre típico coreano.

El autentico Koreano de Madrid!

Dicen que son el restaurante coreano más antiguo de Madrid.
Es un restaurante auténtico y totalmente casero, seguro que verás a algún coreano cenando. Los camareros son muy majos y las raciones son enormes, con un entrante y un principal es más que suficiente por persona.
Recomiendo cualquier plato de los que cocinan en la misma mesa en la que estás sentado, pero especialmente los que llevan ternera y el de panceta.
Un consejo: Reserva mesa!

Nos dirigimos al lugar siguiendo las indicaciones de la tarjeta dorada (que hace unos meses nos hubiera aplicado una rebaja del 10%) y que porta uno de nuestros acompañantes, un cliente habitual del lugar que nos recomienda disfrutar junto a él de una comida asiática menos popular y asimilada entre nosotros que otras, a pesar de que ofrece sus exóticos menús a los madrileños desde hace casi treinta años.
El Korea es un acogedor y confortable lugar dividido en dos plantas. La de abajo es la más pequeña, con sólo cuatro mesas disponibles, pero al mismo la más gráfica y la más recomendable, pues es la que mantiene el rollo viaje gastronómico coreano. Allí comeréis sobre mesas de madera y entre curiosos ornamentos y paredes bajo el papel. En su segunda planta la experiencia visual apenas diferirá de la propia en cualquier otro restaurante asiático de la ciudad.
Hacemos caso a las recomendaciones del amigo y del simpático camarero y, sobre un plan de peticiones organizado para compartir todo entre los comensales, pedimos unas empanadillas como entrantes. Como segundo plato nos decidimos por una tabla de ternera con tallarines llamada BulGogi Guksu, una de sus especialidades por llegar servida a nuestra mesa sobre un plancha y cubierta por todo tipo de ricos vegetales. Para finalizar, retamos a los botones de nuestros pantalones y nos atrevemos con el número cuarenta y uno de su carta, de nombre Dolsot Bibimbab y con componentes tan aguerridos como el arroz y el huevo servidos en una caldera de piedra caliente. Los precios de sus platos oscilan entre los diez y los quince euros, casi el precio final que, exceptuando bebidas y demás vicios postreros, pagará cada ocupante de la mesa.

Hace casi 20 años que soy muy fiel al mejor restaurante Coreano que he probado, que está en Valencia, y no acostumbro a ir a otros, pero el otro día probé este Coreano y me gustó bastante.
Encontré platos muy conseguidos; el kimchi, por ejemplo, del que soy una viciosa, estaba bastante bueno y el Bibimbap también.
La decoración está lograda y hace que sea muy acogedor. Te recomiendo que de las dos estancias que hay, pidas la de abajo (o como la llamó el camarero, «el reservado») si hay sitio.