Kilómetros de Pizza

Muy famoso se ha hecho este local en muy poco tiempo y no es para menos, ya que ofrece una de las propuestas más originales que he visto en mucho tiempo. La premisa es sencilla, tú pides tu pizza por metros, ya sea un pie (pequeña), medio metro (mediana) un metro (grande) o dos meros (eres una máquina de comer).
El espacio es bastante grande y cómodo y todo gira en torno a su cocina vista con un marcador de todos los metros de pizza que se han hecho desde su apertura, como digo, todo muy original. En mi caso, cuando fui tomé unos entrantes y la verdad es que en el caso de algunos, como la burrata, me pareció que el punto de sal estaba un poco pasado (cuidado hipertensos), por lo que siempre digo que aquí vienes a comer pizzas, déjate de entrantes.
Tuve la suerte de probar varias pizzas, algunas con mejor resultado que otras, pero todas con una buena masa, aunque de sabor un poco escaso. Digo esto porque, aunque sea un local bonito y las pizzas no están mal, los precios son algo caros y hay que exigir un mejor sabor en sus productos, por lo que el local aprueba, pero, para mí, no con nota.

Fuimos un grupo de 12 por el cumpleaños de mi novio y la verdad que nos lo pasamos súper bien y la comida estaba muy rica. Las pizzas están crujientes y es sorprendente que con el tamaño que tienen estén buenas, y de hecho estaban muy muy buenas. La mejor, en mi opinión, la de peperoni picante y la segunda mejor la de bbq, aunque la de huevos con chorizo estaba de miedo. Volveré!

El paraiso debe ser un lugar lleno de pizzas de dos metros sobre las que lanzarse en plancha y a boca abierta. Dicho esto vayamos por partes.
Las pizzas clasicas, de lujo. Masa perfecta, crujiente, sabrosa, el relleno justo y sin excesos. Napolutana cuatro quesos y cherry son todo un acierto.
Las pijas, puedo vivir sin ellas. No necesito una pizza de huevos fritos con chorizo. Y el precio absurdamente alto
Entrantes deliciosos al igual que los postres. Los helados son de primera.
Atencion, una vez sentados, bien. Pero o vienes con reserva o te olvidas. Y lo de cantar los cumpleaños me parece horrendo.
En resumen, no el mejor lugar del mundo pero vale la pena ir y volver

Fuimos aprovechando momento post piscina a casa bar algo «light» y acabamos con una cena más que frugal… Me arrepiento de no haber vuelto andando a casa jaja.
Lo primero que llama la atención de este local es precisamente el tamaño y lo diáfano que es. Todas las paredes del local son de cristal (menos una zona de la cocina) por lo que desde fuera puedes ver perfectamente la gente, el ambiente y lo atareados o no que estén. Es recomendable hacer reserva, especialmente de cara al fin de semana (viernes o sabado) porque se suele llenar bastante. Nosotros fuimos sin reserva y había hueco, aunque bien es cierto que había bastante ajetreo. El espacio es enorme, tiene varios grupos de sillas y mesas pensados para grupos de más de 4 comensales para aprovechar las pizzas grandes.
Sobre la comida, es un poco caro aunque, luego cuando te viene la pizza a la mesa y la pruebas, te arrepientes de pensarlo. Esta en la línea de la zona pero con el aliciente de que intentan cambiar de vez en cuando las pizzas, utilizar productos frescos y de temporada y con una masa fina deliciosa, nada pesada y en su punto de cocción espectacular. De las mejores masas pizza que he probado.
Tamaños: tramo (pequeño pero que da a 9 raciones generosas) metro y dos metros. Efectivamente, el largo de la pizza es un metro, de ahí las mesas para grupos y que lo que mejor se puede hacer es ir con más de 4 amigos. Te da para probar todas las pizzas, sale bien de precio y además te unes al juego que da nombre al local de los kilómetros de pizza (hay un contador encima de los fogones y todo jeje)
Respecto al servicio, aunque está un poco desorganizado es eficiente y rápido. Casi casi, al sentarnos nos tomaron nota de las bebidas y al traernoslas, de la comida. El único detalle y es por lo que no he dado la quinta estrella fue el detalle del camarero que me retiró el plato sin esperar a que acabase ni a que respondiese. Éramos 3 y al ver que los otros ya habían acabado, retiró automáticamente. Dejándome con un cacho de pizza en la cama. Además, lo vio y en vez de disculparse y dejarme el plato (o algo) continuó con su función y preguntó por los postres.
Si tienen prisa o una reserva se agradece pero me parece una descortesía y un «mete prisas» el haberme hecho eso…
Por lo demás, la experiencia fue interesante aunque mejoraría un par de puntos. Y el resultado final fueron unos 18 € por cabeza (incluyendo bebida: cerveza). Caro aunque buenísimo. Para la próxima iré con grupo que sale más a cuenta y se pueden probar más cosas.

El concepto de esta pizzería es muy divertido. Mola ir con un grupo de amigos, cuanto más numeroso, mejor, y pedir pizza por metros. Además ahora tienen una de 2 metros. Cuando la sacan tienen un contador en el que te ponen los km que llevan y al salir la tuya colaboras ahí con tus metros. Luego la calidad de la pizza ya es otro cantar. En primer lugar cuando te toman el pedido no te ayudan a decidir y me ha pasado de pedir demasiadas combinaciones muy similares. Entiendo que ellos que las conocen te podrían hacer sugerencias. La pizza en si no es que esté mala, pero tampoco es de las mejores que he comido. Para mi gusto está un poco blanda y chiclosa. Los postres no están mal, pero para ser una pizzería con el tiramisú se podían esmerar más.
En resumen; que para ir un grupo grande y pedir a lo loco y pasar un buen rato bien. Pero para comer pizza rica, como que no.

Nos costó mucho encontrar mesa en Kilómetros de Pizza, ya que cada vez que lo intentábamos estaba lleno o la aplicación de El Tenedor no nos dejaba. Al final, conseguimos ir un grupo de 6 un viernes noche y la experiencia fue bastante buena. El personal es atentísimo y los camareros que nos tocaron, también. Muy majos, nos aconsejaron medio metro de pizza por pareja y acertaron, porque no sobró mucho y salimos llenos. Menos hubiera sido algo justo y más, sin duda, exagerado.
El precio no está mal y quizás eché de menos alguna forma de hacer las pizzas a tu gusto, que no llegué a ver esa opción, pero de las que te proponen hay siempre más de una que te gusta, por lo que no hubo problema. Para mi sorpresa, me gustó mucho la de salsa barbacoa, que no suele ser mi sabor ‘prefe’ precisamente.
La masa, buena, y los ingredientes, contundentes pero sin llegar a mojar la masa ni crear un ‘bizcocho salado’ de queso y vegetales, en plan quiche, como algunas pizzerías que se pasan bastante con lo que ponen sobre la pizza.
Para repetir, sin duda. El postre, por cierto, muy rico también.

Una sitio curioso con eso de que te vendan la pizza por metro, siendo la más grande dos metros.
La pizza esta rica pero no destaca y el precio es algo caro. La pizza de 2 metros cuesta desde unos 80 hasta unos 100 € y es para 8 personas que coman demasiado.
Si hay que ir se va pero yo no volvería por propia elección.

Si la anterior vez las pizzas me parecieron deliciosas en esta segunda ocasión ya no me lo han parecido.
La masa no estaba tan rica, era más seca y pesada de comer que la anterior vez y los ingredientes no eran muy allá.
Repetimos dos que nos gustaron la primera vez y probamos dos variedades más… Ni las que repetimos estaban tan buenas como la primera vez.
Un sitio que antes era caro pero daba más calidad y que ahora para mi ha bajado mucho la calidad. Aunque ambas veces he ido invitado, dudo que repita una tercera vez ni aunque volviera a ser invitado… para esta calidad de pizzas a precio de oro, prefiero un telepizza o la Doumo’s que está al lado de mi casa

Si son un grupo grande de personas y os gusta las pizzas, este es vuestro local. Aun no siendo unas exquisiteces, las pizzas son normalitas lo que destacan son su tamaño! Tienen unos sabores e ingredientes que no sueles encontrar en otras pizzerias, pero echo en falta otros clásicos que son mis favoritos.
Los entrantes y los postres suelen estar muy buenos, recomiendo los calamares rebozados y la tarta de chocolate! El local es muy amplio y luminoso, buena decoración y se ve como cocinan las pizzas porque la cocina esta tras una gran cristalera, también tienen terraza exterior!
Si vas con apetito y te gustan los retos, pregunta antes de empezar por el reto que proponen de comerse una persona sola 1 metro de pizza! Si lo consigues te sale gratis!

Un sitio bastante bonito, bien ubicado para la gente que trabaja en la ciudad financiera, pero con bastantes carencias.
El servicio es lento, lento. Más importante aún… Sus pizzas, plato estrella en teoría, dejan completamente indiferente. Están ok de sabor, pero nada especial. El prosciutto parecía ser campofrío, y la cebolla caramelizada tenia poca gracia.
No sé, no me enamora. La burrata que pedimos de «kilómetro 0» (entrante) estaba buena, eso sí.
Ya he venido un par de veces y creo que, salvo emergencia o imposición, no volveré.

He estado pensándome si bajarles una o dos estrellas, porque la verdad es que el otro día, que volví a este sitio, salí de allí profundamente decepcionado. Y mira que el sitio me gusta, me gusta muchísimo, y la comida está rica, pero tienen detalles que han de corregir cuanto antes.
Resulta que iba a comer con una amiga, y el sitio en el que habíamos pensado previamente no estaba disponible, así que nos presentamos aquí. Plena hora de comer, en un restaurante que –no nos olvidemos– está al lado de mogollón de oficinas. Había bastante gente, pero tampoco estaba especialmente lleno.
Tardaron un poco en percatarse de nuestra presencia. Yo entiendo que teniendo un local tan grande es difícil manejar a tanta gente, pero para eso tienen un encargado de la sala. ¿No? Nos sentaron y vinieron inmediatamente a apuntarnos la bebida, y luego la comida. Los dos queríamos un menú, pero está fatalmente explicado en la carta: parece que has de elegir un primero y una pizza, cuando es solo uno de los dos. No pasa nada, porque las pizzas son enormes, pero deberían plantearse este tema.
Las pizzas llegaron, y la verdad es que están muy pero que muy ricas. A la comida no le voy a poner problemas, le voy a poner problemas –precisamente– a lo que pasó después. Nos costó horrores pedir el postre, nos costó más que nos lo trajeran y lo de la cuenta fue ya una cuestión de broma. Tardaron muchísimo en venir a cobrarnos, yo no sabía qué hacer ya de mi vida. Y me sorprende que en un sitio como este, rodeado de oficinas, y donde la gente probablemente tiene un tiempo limitado para comer, no se tenga en cuenta este hecho.
Si ofreces menú del día, este debería ser rapidísimo. De lo contrario, la gente seguirá prefiriendo (y con razón) llevarse el tupper a la oficina.

Una de las cosas que más me sorprendieron de este sitio es la variedad de pizzas que tienen la carta.
Este año, con motivo de centenario de El Greco, elaboraron una pizza en honor a este pintor. Un 10! La masa es fantástica y los ingredientes súper estudiados.
El sitio es acogedor, bien situado y con la cocina abierta. Es algo que me gusta porque puedes acercarte a ver cómo elaboran el producto.
Recomendación: al margen de las pizzas, cerrad con chupito de tequila con chocolate. Súper recomendable!

Baja una estrella…
Domingo luminoso en Madrid y ganas de comer pizza. Después del fiasco de las pizzas argentinas de la semana pasada, decidimos no arriesgar y reservar en Don Lisander… «lo siento estamos completos». Vaya, habrá que activar el «Plan B», o sea KILOMETROS DE PIZZA. Aquí llamamos y nos comentan que ahora tienen dos turnos de comida: a las 13:30 y a las 15:30. Esto de los turnos es una incomodidad pues el primero empieza muy pronto y el segundo muy tarde, y es que la hora española de comer de toda la vida son las dos y media leñe! Bueno, pues al final nos presentamos a las dos de la tarde, con el compromiso «firmado ante notario» de dejar la mesa antes de las tres y media. Dos adultos y una peque. Nos acomodan enseguida en una mesa amplia y cómoda al lado de las cristaleras que dan a la terraza. Hace unos meses que no veníamos por aquí y resulta que han cambiado la carta, y prácticamente a todo el personal, pues acabamos haciendo buenas migas con el jefe de sala y una de las camareras y ya no está ninguno de los dos.
Nada más sentarnos varios camareros nos preguntan un tanto obsesivamente qué vamos a beber. Pedimos la carta de vinos… «tenemos un ribera y un rioja joven». Sí pero eso no me dice nada, tráeme la carta de vinos por favor. Al poco rato se presenta el presunto encargado: «no tenemos carta de vinos porque la estamos cambiando» (este «rollo» me suena…). Mira, pues si estás cambiando la carta, un domingo que vas a estar a tope de gente, no te cuesta nada imprimir un folio con los vinos que tienes en ese momento y los precios y asunto arreglado. Como queríamos un vino blanco, nos enseña a través del cristal de la nevera (literalmente) un «rueda de la casa que es muy bueno», un albariño que no conocíamos y un Valdrinal de Santa María de 2012, que fue nuestra elección, pues éste ya lo habíamos probado y sabíamos que era buen vino. Aunque el presunto encargado nos dijo que costaba 11 € (seguramente para salir del paso porque no tenía ni idea), acabaron cobrándonos 18 eurazos por la botella… en fin.
Pero la verdad es que con la comida lo arreglaron. Como las pizzas son bastante grandes, pasamos de los entrantes y pedimos directamente tres pizzas «de paso» (el tamaño mínimo pero más que suficiente para una persona). Una «barbacoa» de carne picada, beicon y salsa barbacoa, una «venta» con chorizo y huevos de codorniz y una de «bresaola y rúcula». Las tres estaban extraordinarias, la masa crujiente y perfectamente cocida y bien cargadas de ingredientes. Mención especial para la pizza «venta» de chorizo y huevo, totalmente adictiva. De postre un coulant de chocolate con helado de vainilla a compartir que cumplió su función sin más. A estas alturas de la película ya eran las 15:30, y como Cenicienta, pedimos la cuenta y nos fuimos (aunque no nos pareció que hubiera mesas esperando, pero es que nosotros somos muy cumplidores). El precio 64,75 euros, veintipocos euros por cabeza, no es nada caro. Aunque, es verdad que detectamos una total ausencia de detalles con el cliente: aceitunas reguleras de aperitivo que hubo que reclamar y del tema tejas, bombones, chupitos, etc. ni hablamos (venga, apresúrense, que hay que dejar la mesa libre). Aun así volveremos porque las pizzas están muy ricas y el local, amplio y luminoso, es una pasada; pero que conste en acta que no nos gustó la organización del sistema de turnos ni el servicio, asignaturas pendientes que necesitan mejorar.

Una decepción.
La pizza normalita del todo. Llama la atención el formato, lo de pedir dos metros para un grupo y ya.
30′ mínimo entre que pedimos y nos sirvieron.
Trabajan el fin de semana con turnos, a pesar de que luego no se llena, y forman cola en la puerta porque no son puntuales.
Nosotros fuimos el sábado al primer turno, a las 13:30 y no sólo hubo que esperar porque abrieron un poco más tarde, si no que al entrar aluciné con lo sucio que estaba el local. En un sitio así, tan diáfano y blanco, la porquería resalta. Y no hay excusa para abrir un local a primera hora con esa capa de mugre. Los pies se quedaban pegados camino al baño. Voy a subir foto para que se vea. Las veces que me coincidió ver la puerta trasera de la cocina abierta ví que la suciedad no era sólo en el comedor… incluso cosas tiradas por el suelo. Asqueroso. Las mesas apenas pasada una bayeta, los bancos ni eso, tuve que usar un kleenex para sentarme sin pringarme (Luego vi a la encargada limpiando una mesa que había quedado libre y me lo explico todo… pasaba una bayeta sobre las migas y restos de la mesa, quitaba algo, repartía el resto, y lo que no caía sobre el banco… así estaba todo)
Sólo puedo destacar algo que si me gusto: el camarero era simpático.
Por la comida les hubiese puesto una estrella más pero no se puede tener así de sucio un local donde la gente va a comer.

¿Un sitio donde zampar pizzas de tamaño hasta escandaloso? ¡allá que fuimos!
Este es el gancho de Kilómetros de pizza, vender este plato tan italiano que a todo el mundo gusta con un largo de hasta dos metros en un local espacioso, luminoso y agradable. Cuentan, además, con una terracita en la que da el sol al mediodía, por lo que es perfecta si trabajas por la zona, ya que cuentan con un menú del día por 12,50 € si no estoy equivocada. Dato gracioso: tienen un contador encima de la cocina (que se puede ver a través de una cristalera) en el que se ve el número de kilómetros que ya ha engullido el personal.
Las pizzas son, sin dudar un momento, gourmet, es decir, ligeras, de una masa de calidad y unos ingredientes de primera, aunque ciertamente el precio en algunas opciones se me antoja demasiado caro.
Mi preferida fue la de setas de temporada con crema de calabaza, realmente sabrosa, y no recomendaríà la de pepito, ya que (aunque el solomillo y el nombre nos llaman a gritos) nos pareció a la mayoría de los comensales bastante seca. Es verdad que puedes acompañarla de salsas pero ¿quién quiere echarle salsa a un trozo de solomillo rosado?
El resto de la carta ya me parece menos interesantes, a pesar de haber probado una amplia selección de entrantes. La burrata con setas estaba rica de no ser porque no era apta para aquellos propensos a ataques del corazón por la cantidad de sal que tenía pero el tartar sorpresa (boloñesa tradicional), la ensalada de la huerta (muy escasa y con «poca chicha» para su precio) y los calamares no sorprendían mucho, son simplemente correctos. Destaco el tiramisú, que me pareció a la altura de cualquier paladar italiano.
En definitiva, un sitio para echar un rato agradable comiendo una pizza ligera y original pero, eso, comiendo simplemente pizza.

…bueno, parece ser que este local está teniendo mucho exito porque la idea de vender pizza en un formato diferente al tradicional resulta divertida… …el local es sencillo pero bonito… …pero en cuanto a la calidad de la pizza, bueno, si eres italiano no vayas! …esto en el sentido que aquí en España seguramente se situe por encima de la media pero realmente no es para tirar cohetes ni mucho menos… …y en cuanto al precio, no se puede decir que sea barato aunque aquí en España, en general, la pizza se puede considerar una comida de nivel medio-​alto en cuanto a precio, me refiero… …en fin, yo solo he estado una vez pero creo que se pueden encontrar pizzerias mejores en Madrid…