Don Lisander Trattoria

Primera visita a Don Lisander y francamente estuvo a la altura de las expectativas. Buscando por internet leí en un artículo en el que ponía que ésta era una de las mejores pizzerías de Madrid. Estoy de acuerdo con dicho artículo. Me pedí la pizza que se llama como el restaurante, Don Lisander, ya que supuse que sería una de las especialidades. A parte de su peculiar forma, el sabor era exquisito. Muy recomendada.
En cuanto al precio, no está mal. Las pizzas rondan los 12 – 13 € de media por lo que es bastante asequible.
Para acabar os hablo del servicio, el cuál también estuvo a la altura. Camareros atentos y serviciales.

Con esto de no tomar leche pues tengo un poco alejado el tema de acudir a italianos. Me da muchísima pena porque me chifla! Pero bueno tenía que ir a este sitio porque me lo habían recomendado y porque el amigo con el que fui vive al lado así que no había excusa.
Reservamos para dos para cenar sobre las 21.30. El sitio es muy pequeño así que recomiendo reservar porque se llena muchísimo. Le he quitado una estrella por la decoración de las paredes, vaya batiburrillo de fotos y mezcla. También, además de cuidar la comida y el servicio, hay que cuidar la decoración, la música…pequeños detalles que a mí me importan bastante si vas a un sitio chulo. No estamos hablando de cualquier bareto.
Nos sentamos y miramos la carta! La verdad es que todo sonaba espectacular pero no quería ponerme muy mala así que decidimos pillarnos cada uno su plato, ya habrá tiempo de repetir y compartir entrantes. Yo me pedí unos Tagliatelle Pradera con foie, aceite de trufa y con trufa negra. Que ricos!!! estaban impresionantes mmm… Ese plato fueron unos 18 euros. El de mi acompañante fueron unos 14 euros y se trata de unos Linguine funghi e tartufo, o lo que es lo mismo con champiñones, trufa, nata y parmesano. Probé un poquito y sabía a gloria.
Luego me pedí un sorbete de limón con cava que estaba delicioso. Eso sí, el tiramisú de mi amigo tenía una pintaza tremenda también! Luegos unos cafés y listo, llenamos la panza por unos 30 euros!
Salí encantada y lo recomiendo muchísimo. De precio está muy bien y de cantidades excelente. Me quedé con ganas de probar una de sus pizzas que vi pasar de mesa en mesa! Eso sí, me drogaré antes para que nada malo pase y pueda disfrutar :)

Segunda vez que visito Don Lisander y sigue sin decepcionar.
Un local sin pretensiones y una comida muy buena.
Mientras hacia la mesa de al lado desfilaba una cabalgata interminable de spritzs de pinta deseable, consideré que yo sí tenía que madrugar a la mañana siguiente y opté por el agua con gas. Para la cena pedimos ensalada caprese con una mozzarella de escándalo como entrante y unos spaghetti vongole y una pizza parma como plato principal.
Los spaghetti estaban muy buenos, aunque me llamó la atención que, al ser pasta fresca, la textura algo áspera y el sabor más intenso no era nada parecido a los Barilla a los que estoy acostumbrada. Me acordé entonces de lo que decía un italiano en la tele hace ya meses: «lo bonito de los platos de pasta es que también sepan a eso, a pasta». En fin, buenos y originales. Y la pizza, pues también deliciosa, de masa fina y nada grasienta, con una armonía perfecta entre el parmesano y el jamón.
El tiramisú que cerró la cena estaba también rico, no de llorar, pero bastante bien.
En definitiva: pienso volver en cuanto pueda.

La de tiempo que hacía que no pasaba yo por un italiano… ¿por qué? Ni idea…
Este sitio lo tenía pendiente hace tiempo y mi guapérrima acompañante también así que fue fácil decidir dónde nos íbamos a poner las botas el sábado :)
Reservamos porque sí que había oído que se llena y allí que nos plantamos con hambre y sed, como tiene que ser ;P
Detallazo del salmorejo en forma de tapa que nos pusieron con las primeras cañas-​cañones y además estaba bien rico.
Para empezar y compartir melanzane alla parmigiana acompañada de focaccia, pero puedes elegir diferentes tipos de «panes» para acompañar. Muy rico todo :)
De segundo yo iba con la idea de probar la pizza de pollo al curry que había visto en la reseña de Lolo R, pero ese día no estaba en carta ni fuera de ella, así que me tomé la de patatas y huevos de codorniz. Excelente. La masa de este sitio es brutal.
Pude probar también la de champiñones, bacon y cebolla y casi me gustó más que la mía. Soy así, quiero todo y normalmente prefiero compartir porque quizá la misma pizza todo el rato a veces «me cansa».
Fuera de carta te suelen ofrecer, al atenderte, como chorromil platos, ¡hasta una pizza con cochinillo!
Al postre no llegamos, básicamente porque nos quedamos divinamente con lo que habíamos tomado, pero me quedo con ganas de meterle mano a ese tiramisú del que habla la gente tan bien.
Si no recuerdo mal, en total, con 4 cañones, y los tres platos, nos salió todo por 53 cuquis.
El local es acogedor aunque ese día, no sé si por el bochorno de fuera o por lo que sea, hacía pelín de calor. Creo que es un sitio muy acogedor para el invierno y además en verano también ponen terracita.
Los camareros muy atentos todo el rato y bueno, cerramos el turno de comidas… ;P
¡Seguro que vuelvo! :)

Lo que me gusta a mí un italiano… Pendiente desde hace tiempo por fin apareció el momento de probarlo con una acompañante toptoptop.
Sábado, un poco tarde para comer, pero es fin de semana y yo salgo tarde de trabajar, llegamos y está lleno, tenemos reserva y en cuanto nos preguntan nos sientan.
Pasa poco tiempo hasta que el encargado nos viene a preguntar por la bebida y nos suelta una lista interminable de sugerencias fuera de carta.
Aparecen nuestras cervezas y un aperitivo de salmorejo, ambas fans incondicionales del salmorejo damos el visto bueno y nos quedamos encantadas con el recibimiento ¡ñam!
Empezamos a echar un vistazo a lo que está dentro y decidimos tomar malanzane alla parmigiana para compartir con focaccia, y dos pizzas, la de huevos de codorniz y patatas chips y la Fragola, la única que vi con champiñones, que además tenía bacon y cebolla.
La berenjena (melanzane) estaba riquísima, yo soy muy de berenjena y ya si le pones queso, tomate y albahaca pues me muero de gusto.
Las pizzas están impresionantes, de masa ultra fina, la salsa de tomate está espectacular, casera casera y con un regusto… yo es que cuando hago salsa de tomate en casa me la como a cucharadas, así que no hace falta que diga más.
Los ingredientes buenos, perfectamente cocinados y el resultado es una pizza tremenda. Yo además es que soy de masa fina, y cuanto más fina mejor.
Me llevo el buen sabor de boca que ya esperaba, un local vetusto, ninguna modernez, que se nota que lleva el tiempo que lleve ahí porque lo que hacen lo hacen muy bien y con mucho cuidado.

El espíritu aventurero/​inconsciente que nos caracteriza hizo que pidiésemos demasiado comida para las cuatro personas que éramos. Y es que, con un plato por barba y sin postres salimos del restaurante cual piedra rodante de Indiana Jones y el Templo Maldito.
Yo sí le voy a poner las 5 estrellas, en parte porque tuvieron la paciencia de esperar más de 45 minutos a que llegará el último integrante de la mesa. Vale, el sitio no estaba precisamente lleno… había dos mesas ocupadas y otras dos en la terraza. Pero bueno, no nos pusieron malas caras ni nada.
Sobre la comida: a mi pareció sabrosísima. Desde el aperitivo de tomate que nos pusierona modo de gazpacho. Lo mismo era gazpacho. Luego los platos, vista la carta decidimos pedir cada uno un plato y compartir y fue un acierto, porque me hubiera dado pena no probar todo.
El tartar de solomillo estaba un poco caliente, pero tenía un toque de picante y el contraste con el crujiente de la focaccia le daba un punto interesante. La burrarta es lo que menos me gustó, dentro de que todo me gustó. Venía acompañado por una salsa ligera de tomate y sobre hojas de rúcula. El tercer plato que pedimos fue una pizza de huevos de codorniz y patatas, muy fina, sabrosa a más no poder con regusto a setas. Pero el punto negativo eran las patatas, o eso pensábamos nosotros. Comentamos en alto que parecián patatas fritas de bolso y nos debió oir uno de los camareros porque al rato vino a la mesa y nos aclaró que no, que las hacía el cocinero… será verdad. Y por último, pedimos un plato de Taglietelle funghi e tartuffo. Que resultó ser el broche final. Vaya sabor tenía el plato, acabamos rebañando el plato como «muertosdambre» a pesar de estar llenos. Un punto negativo es la cantidad de pasta, a mi parecer algo escasa si sólo pides un plato de pasta… pero bueno, no fue nuestro caso.
Estos cuatro platos, pan y 5 cervezas 80 euros

Una de las cosas que más me gusta de Madrid es que casi todos los barrios tienen una de esas ciudades donde puedes encontrarte una pequeña joya en cada esquina, incluso en algunos lugares donde jamás habías reparado. Alguien me dijo el otro día que un barrio que empezará a gentrificarse pronto es Cuatro Caminos — Tetuán, y no pude hacer otra cosa que darle la razón. ¿Alguien ha visto la cantidad de gente que pasa por Bravo Murillo a cualquier hora del día, en todas sus zonas? ¿Qué os parece la entrada del Mercado Maravillas, siempre llena de gente? ¿Qué hay de negocios escondidos que claramente merecen la pierna, como el Naomí o este que nos ocupa? Estos dos barrios, de hecho, lo tienen todo: alojamiento barato, una conexión con el centro casi inmediata y un ambiente callejero excepcional. Atended a lo que os digo.
Y el caso que nos ocupa no es muy diferente. El Don Lisander es una trattoria pequeña, con cosas muy ricas de comer, todas pertenecientes a la galaxia de la comida italiana. Muchos tipos de pastas, pero también de pizzas.
A mí la pizza me pirra, en todas sus vertientes: tanto en la que es medio fastfood y que te traen a casa como en la que sirven en Don Lisander, que es exactamente lo opuesto. De una masa fina, finísima, casi imperceptible (de no ser porque está tan crujiente que da gusto verla); la pizza de Don Lisander embauca desde el primer momento. Lo primero, porque está hecha al horno de leña (atención, un hecho no contrastado, porque si no está hecha en horno de leña LO DISIMULA MUY BIEN) y lo segundo porque tiene una forma ovalada que escapa bastante a lo que entendemos por pizza.
Yo me decanté por la de pollo al curry, porque nada más verla se me antojó. Qué buenísima decisión tomé: la pizza estaba deliciosa, tenía el puntito justo de picante y los ingredientes estaban fenomenalmente repartidos por toda la superficie. Sin lugar a dudas, un acierto.
Ojo, eso sí, que los días de diario suele estar bastante frecuentado por las personas que trabajan alrededor, así que puedes terminar encontrándote con que no hay sitio. ¡Reserva!

Buen sitio para tener comidas de trabajo. Conveniente llamar para reservar si sois varios. Las pizzas están espectaculares, con una masa súper fina y un tamaño colosal.

Pequeña Trattoria, muy correcta. Muchos niños el sábado por la noche que fuimos. Decoración bien, pero con iluminación un poco fría. La comida muy buena, pizzas de finísima masa, y la pasta sabrosa y al dente. Lo mejor, los postres. Probamos tiramisú, pannacotta de choco blanco y sorbete de frambuesa, todos riquísimos!