Foster’s Hollywood

Fuimos a comer el menú de mediodía. De primer plato/​entrante compartimos la siempre apuesta certera de las patatas bacon cheese fries y los palitos de mozzarella y pollo, el pollo muy rico, pero los palitos de mozzarella estaban un poco fríos y el queso no estaba derretido.
Como plato principal la clásica director’s choice, y algo que estoy notando últimamente en toda la cadena de Foster’s Hollywood es que no sé para qué preguntan el punto de la carne, porque si la pides hecha, como mi amiga, sirven una suela de zapato; si la pides como yo, al punto, tienes una carne hecha. Como acompañamiento de las hamburguesas yo ya tengo la costumbre de pedir la ensalada green and cheese, ¡que me encanta!
De postre crêpe de chocolate, muy rica, aunque hubiese preferido el chocolate un poco más líquido.

Le tengo que poner un 4 porque la comida está realmente buena y me encantó. Pero no puedo evitar hacer un par de comentarios sobre una camarera, Patricia creo recordar, que hace que el lugar no se luzca como debiera. El recibimiento, de la mano de Jose, fue genial (profesional, haciendo recomendaciones y muy educado). Es una chica amable y atenta pero tiene el horrible defecto de ir pegando voces por todo el restaurante. Otra cosa que no me cuadra para nada es que te toma nota sin mirarte de frente; apoyada, de lado y hablando para otro sitio, con lo que queda fatal. Una pena esta parte.
En cuanto a la comida, pedimos unos fingers de queso de aperitivo y yo elegí la Gran Ibérica Burger. Súper buena, muy bien presentada y con una guarnición genial. ¡Os la recomiendo!
Creo que las hamburguesas del Foster´s son de las mejores que he probado, con lo que realmente merece la pena pedirlas.
Repetiré sin duda.

Es el típico lugar que al final agrada a todo el mundo cuando nadie se pone de acuerdo en donde ir.
Recuerdo hace tiempo cuando venir al Foster’s era todo un acontecimiento, pero, a día de hoy, casi se ha quedado al mismo nivel que otras cadenas de comida rápida, aunque, eso sí, salvando las distancias, porque en precio, sinceramente, por unos euros más, se come mejor y te tratan mejor aquí que en un restaurante de hamburguesas en cadena.
A este vengo muy de vez en cuando cuando noto que mi nivel de colesterol en vena empieza a ser bajo. Y aprovechando que al mediodía tienen un menú bastante contundente por 10’90 €, pues esta vez nos hemos animado.
Este establecimiento de la Calle Magallanes no es de los más grandes, pero también debido a que no está en una zona de demasiado tránsito de gente, casi siempre hay sitios libres. Además, en verano, ponen unas cuantas sillas y mesas en la calle donde poder aprovechar el buen tiempo.
El Menú de mediodía consta de unos entrantes. Unos mejores que otros. Un plato principal, postre o café y bebida.
Yo siempre voy a lo clásico: de entrante el dúo de fingers de queso y pollo, y antes siempre pedíà la ensalada Santa Mónica, pero recientemente la han sacado del menú, por lo que me he contentado con un estupendo Philly sandwich club. Las hamburguesas, aunque buenas, creo que se quedarán para otro día.
Lo malo del Foster’s Hollywood, son sus postres. Siempre lo he dicho y siempre lo diré. Demasiado grasientos para mi gusto tras tanta carne. No me seducen. Nunca pido postre, siempre café.
Lo bueno, es que el servicio es bastante rápido y amable si el comedor no está muy lleno. Y, me encantan los caramelitos de menta que te dejan con la cuenta para que te lleves un buen sabor de boca.

Für alle die kein spanisch können gibt es eine englische Karte (bebildert) Die Getränke kamen sehr schnell aber für den burger mussten die Zutaten wohl erst gekauft werden… ;)
Das Warten lohnt allerdings, der burger geschmacklich super. Das Fleisch perfekt Medium gebraten (auf wunsch)
Beilagen etwas spärlich aber am Ende wie so oft ausreichend.

La verdad es que este local me apasiona. Creo que es el primer restaurante de esta cadena que se abrió en Madrid, en los 70. Precisamente de esa época viene mi primer recuerdo. Fui con mi padre. Nos sentamos en la terraza. Mi padre llamó al camarero.
— Una Coca Cola para el niño y una ginebra con agua tónica para mi.
— Coca Cola y un gin tonic. Muy bien, señor.
Pasó un rato largo y mi padre volvió a llamar al camarero.
— Perdone pero hemos pedido y todavía no…
— Mil disculpas señor. ¿Qué habían pedido?
— Una Coca Cola y un gin tonic.
— Muy bien, enseguida, señor.
Desde ese día he ido muchísimas veces a comer, cenar o tomar algo, y me sigue gustando. Pero siempre lo recordaré como el lugar en el que mi padre aprendió a decir «gin tonic».

Estoy encantado con la nueva carta de Foster’s Hollywood, han mejorado ampliamente los ingredientes de sus hamburguesas, entre las que destaca el pan, de corte mucho más artesanal y adecuado, y además han planteado algunas nuevas hamburguesas (mi preferida la mediterránea, que lleva jamón serrano).
Los entrantes están en general buenos, especialmente los aros de cebolla, los palitos de queso y los bacon and cheese fries, aunque lo que destaca realmente son los nachos, que son de lo mejor que tienen, e incluso me atrevería a decir que son de los mejores que he tomado en una hamburguesería, con su queso por encima, crema, chile, lechuga y jalapeños, que contrasta con los mediocres totopos con algo de queso para mojar que te ponen en la gran mayoría de los sitios.
En cuanto a las hamburguesas, hay variedad tanto de recetas como de tamaños. He comido hamburguesas deplorables en sitios con aires de grandeza y muy a la moda. Foster’s es lo que es, no trata de engañar a nadie y da una calidad alta acorde con su nicho de mercado.
Para los que no se atrevan con el típico sándwich de carne picada también tienen otros platos tipo wraps, ensaladas, costillas, e incluso filetes (he probado el New Yorker, que está pasable pero tampoco es una maravilla).
Entre semana también tienen menú del día, mucho más económico que comer a la carta, e incluye entrante, un principal (la hamburguesa es de las pequeñas), postre o café.
La atención depende mucho del restaurante en que comas. Éste de la calle Magallanes tiene gente muy amable en general, aunque no son demasiado rápidos.