El Picoteo de Malasaña

Delicious food and wine — and great service!!!
This restaurant has been in the family since before their grandparents and the owners are a pair of handsome brothers. The food is so good and their service is great.
I loved the wine choices and the specials of the day. Friendly staff!

Horrible service, mediocre food. The waitress in the bar area seems so stressed that’s she might explode at any time. She keeps on forgetting orders… they don’t even know their menu, you ask for a Ribera and they bring a white wine… food like this you can get in many places around here and not deal with this terrible experience.

Como viene siendo mi costumbre para estar por esta zona,… antes de ver a «mis» admirados Jamming en el Teatro Maravillas, paramos por los bares de la zona a picotear algo. El viernes, tocó este sitio. Llama la atención la pizarra que tienen en la puerta de acceso con la cantidad de platos y raciones que tienen, a buen precio.
El sitio por dentro resulta muy acogedor. A la entrada unas mesitas (como para unas cuatro o cinco personas como mucho) y la pequeña barra. Al fondo del pasillo, hay más mesas que pueden entrar desde dos personas o grupos más grandes.
Primero un vinito, con las aceitunas y un pan con queso o jamón que pusieron de tapa. En la pared de nuevo, todas los vinos y raciones que tienen: verduras, empanadillas, morcilla, pescados, croquetas,… nada caros.
La atención es rápida y eficaz. Pedimos una empanadilla de carne, unas verduras a la plancha y morcilla. Las raciones no son muy abundantes, pero es lo justo para el precio que tienen (Morcilla 6 €, las verduras creo recordar que por ahí andaban y la empanadilla, pues debía rondar los 3 €). No tardaron nada en servir la comida (lo que por un lado se agradece, pero por otro ya te haces a la idea de que está todo pre-​hecho para darle el último calentón) Y así es. La empanadilla, ni fú ni fá. Las verduras buenas, pero bastante aceitosas. Y la morcilla, recalentada. Nos quedamos con hambbre y pedimos sepia a la plancha, que fue lo mejor de la cena. Algo más tardaron en su elaboración (no debían haber pedido mucha ese día) y la trajeron bien hecha, caliente y muy rica. Esta ración son 12 € y es un buen plato.
Tomamos vino en la cena y creo que también café. Y fue todo 44 €.
Creo que quizá guardo este sitio para picotear algo de vez en cuando. Pero, para mi gusto, podría mejorar la calidad a la hora de servir los platos, no tanto en cantidad, sino en la forma.

Teniamos antojo de mojito y vimos en el cartel de la entrada que había cocktails por 3.9 euros asi que «pa’ dentro». Por ese precio las expectativas no eran muy altas, ya adivinabamos que sería de los mojitos que vienen ya mediopreparados y así fue, pero aun así me pareció que estaba rico¡ Y un detalle ponernos un cuenquito con frutos secos.

Hace unos días andábamos unos amigos y yo por la calle de Manuela Malasaña buscando un sitio donde picotear algo, cuando vimos este local con sus letras bien grandes: «El picoteo de Malasaña», así que entramos, por supuesto. Al principio solo se ve la barra y tres o cuatro mesitas, donde había gente joven comiendo alguna tapa o ración y con sus minis/​cachis/​copas. En seguida vinieron a atendernos y cuando le dijimos que queríamos cenar y que éramos 7, se les iluminó la cara, la verdad, así que muy amable y rápidamente nos llevaron a la parte de atrás, que estaba repleta de mesas y de gente, y nos prepararon una mesa en una especie de reservado (era como un patio cubierto), así que en cuanto al servicio (también durante el rato que estuvimos allí) ninguna queja. Pedimos la ensalada picoteo, unas croquetas variadas (aunque creo que todas fueron de jamón), huevos rotos con jamón y patatas 6 salsas. Con eso cenamos bien los siete, aunque es verdad que llevábamos poca hambre, y en total salimos a 8 euros por persona, así que aunque la comida no fuese exquisita (mejor la ensalada y los huevos rotos que las croquetas y las patatas), por ese precio no se puede pedir más (curioso que en la cuenta pone otro nombre de restaurante que no tiene nada que ver: El nuevo Tibet). En definitiva, no es un sitio al que tenga intención de volver expresamente pero si me pilla otro día por allí con ganas de raciones sería una opción, sin duda.

Aunque es un sitio que sólo he visitado en dos ocasiones, reconozco que me ha sorprendido positivamente, no tiene nada de especial ni particular (a excepción del simpático servicio), pero sí que ponen unas tapas bastante majas con la bebida. Sé que no es una reseña excepcional, pero, insisto, es un bar de barrio majo donde tomarse la primera y, por qué no, picar algo con ella.