El Lago

Great place to stop at after a run through the park. They gave free olives and a potato and egg dish with a glass of wine. amazing.

Francamente mejorable la experiencia completa, y mucho más comparada con la de su competencia. Que por cierto, no hay mucha: hay básicamente tres bares /​restaurantes en esta zona de la Casa de Campo, frente al lago. Yo solo he probado este y el Urogallo, y de momento el segundo gana por goleada.
Llegamos aquí un día, después de una carrerita por la Casa de Campo, que es mi localización favorita para salir a correr un día de fiesta. No hay nada mejor que una cerveza para reponer fuerzas, así que intentamos aposentarnos en el Urogallo, pero nada, la terraza estaba hasta arriba, que es algo que suele pasar a menudo. Enfilamos hacia el puesto de helados, pero antes vemos que hay un barril libre en la terraza de este sitio. ¿Cuán de malo puede ser? Si total, solo queremos un doble…
Mi compañero de fatigas se queda aguardando en la mesa, y yo entro a la barra. Pido un doble y un tinto de verano. La cerveza va en vaso sidrero, el tinto de verano en un vaso de tubo, raquítico a todas luces. El pobre camarero no sabe ni cuánto cuesta cada cosa, tarda en cobrarme una barbaridad y va un poco como pollo sin cabeza. Para más inri, me pone dos trozos de pan sobados con un salchichón por encima. Igualito que en la competencia, vamos, que siempre te cae un buen platazo de comida. ¡Ahora entiendo que hubiera sitio libre!

Últimamente he cogido la costumbre de quedar en Principe Pío e ir caminando desde allí hasta el Lago de la Casa de Campo para luego desayunar o tomar algo por la zona. Casi siempre lo he hecho en este bar, muy parecido a los de alrededor, con precios carillos típicos de la zona (hoy mismo caña y botella de agua 5,80 €) y servicio normalito aunque depende del camarero que te toque, hay alguno mejor que otro, en cualquier caso le pongo 4 estrellas porque el lugar es estupendo, al lado del lago y con esas vistas maravillosas del Palacio Real, a mi personalmente me encanta el plan. Y después de la cañita un nuevo paseo rodeando el Lago hasta Madrid Río

Me encanta sentarme en esta terraza al atardecer, en primavera, otoño y verano, con la vista del Lago enfrente y del palacio Real al fondo.
Es impresionante como estando tan cerca del centro de la ciudad te puedes sentir tan lejos.
Las tapas son normalitas, no te esperes nada del otro mundo, pero si tienes hambre puedes comer algo y si no, una cañita y unas aceitunas siempre te sentarán bien.
Altamente recomendable para esos días en los que necesitas respirar y no puedes alejarte mucho de la ciudad.