El Económico – Soidemersol

No llegamos a entrar. Le preguntamos al camarero si tenía leche de soja y nos contestó que no, que todo el mundo se lo pedía. Le dije que si era así, quizás podrían plantearse traerla y zanjó la conversación con un: la leche de soja es una mierda.
Alucinada me he quedado. Jamás entraré

Básicamente es cría fama y échate a dormir! Pues ni lo que sirven ni la atención de los camareros es de recibo… un sitio más en lavapies que se lo lleva todo por la terraza y porque la gente cuando le pones un cubo de cervezas como objetivo final exige más bien poco ;(

Hoy hemos comido aquí y la verdad es que bastante mal. Las raciones están bien en cuanto a cantidad pero la calidad deja bastante que desear. Hemos pedido las milhojas de berenjena con tomate y hacía tiempo que no comíamos un plato tan basto, también pedimos chipirones y estaban bastante malos con un sabor sospechoso. Lo mejor fueron los noodles que sí se podían comer pero tampoco eran nada del otro mundo. Eso sí, el camarero bastante rápido y simpático, quizá lo mejor del sitio. No repetiremos.

Rudest server I’ve ever encountered. My daughter and I were there last fall for a simple lunch after a long train ride and just wanted to relax. The server acted like he hated us (for being American??) even though we were being nice and quiet. They actually clapped and yelled «bueno, bueno!» when we left. I was heartbroken and disturbed that someone could be so judgmental and hateful. We had been to France the week before and were treated really well. We were expecting Spaniards to be welcoming and wonderful people. Unfortunately this affected me so greatly that this is my memory of Madrid.

Me he tomado algo aquí y os voy a contar de que va:
«El económico» y no me extraña, porque las raciones son más escasas que mi cuenta bancaria a final de mes. Ahorran más en comida que el sostén de mi abuela.
Es un sitio que, cuando llegamos, estaba a rebosar de gente que, un poco más, y solo les falta poner asientos en las ventanas.
Decidimos tomarnos una caña en la barra atendidos por gente bastante maja y con un precio por cerveza bastante correcto. Al ver que se quedaba una mesa libre decidimos ir corriendo a tirarnos en plancha encima de ella como si fuéramos jugadores de rugby profesional, ya que allí las mesas duraban poco.
Pedimos huevos revueltos con jamón, croquetas y albóndigas. Mas que ración parecen tapas y no de las mejores: croquetas congeladas, albóndigas de lata y sobre los huevos revueltos sólo deciros que tuvimos que buscar el jamón con lupa.
Para comer no es de lo mejorcito de la zona, tienes al lado sitios mejores, pero tiene mucho ambiente y el personal es agradable.
Nos quedamos con ganas de más.
PROS: Come en este sitio si estás a régimen.
CONTRAS: No es apto para gente hambrienta después de varias cervezas.

Económico económico… no es mucho la verdad.
Aquí estuve el otro día, en terraza, camino por la calle Argumosa buscando terracitas para tomarte una caña por la tarde y mi acompañante y yo vimos éste sitio y dijimos «anda mira, una mesa libre. vamos allá»
Total, nos sentamos y esperamos un poco hasta que nos vio un camarero. Decir que nos tardaron un poco en ver y atender, claro.
Pedimos un par de dobles, en copa. Como aperitivo unas simples patatuelas de bolsa. Nada del otro mundo, aunque en otra mesa había unas olivas, que sinceramente, nos apetecían más que las patatuelas que ya nos habían puesto en otra terraza un poco ántes. Sobrealimentados de patatas íbamos ya. Pero eso no es culpa del bar.
Mi acompañante vio la carta desde su sitio y no recuerdo muy bien el precio de la doble y caña, pero sé que al venir la cuenta su precio «increíblemente» se incrementó un poco más.
Creo que rondaron los 3 y algo cada doble. Un poco exagerado para mi gusto, pero bueno… fue culpa nuestra también quizá por sentarnos un poco a lo loco. Y qué leñe, que no vamos preguntando los precios.
El lugar no está mal, no pedimos nada de la carta, he leído a otros Unilocalers que ofrecen tapas y otras cosas de comer y no sé por qué, pero el denominador común es la relación calidad-​precio. Curioso…

Siempre digo que es justo actualizar las reseñas cuando tienes una experiencia que difiere de la anterior. Recuerdo que, en base a mi anterior comentario, crucifiqué a este lugar. Así que el otro día, que iba con unos amigos a probar algunas tapas de Tapapiés, me dio un poco de rabia cuando me dijeron que estaban en este sitio.
Pero también pensé que las segundas oportunidades (terceras, en este caso) son justas y necesarias, así que entré y me senté con ellos para degustar la tapa. Debo decir que, en contra de lo que me había pasado en 2011, pese a que el bar estaba de bote en bote, el camarero fue bastante atento. No lo suficiente (nos fuimos sin pedir una segunda ronda, porque desapareció hacia el final, pero por lo menos fue agradable, nos hizo varias bromas y fue rapidísimo sirviendo las tapas y los botellines. Eso le honra.
Por otro lado, la tapa estaba rica, muy rica, y eso hace que me pusiera de mejor humor. Me gustaría volver a cenar, o a comer, a ver si es cierto que el lugar ha cambiado para mejor, así que sin duda lo haré más pronto que tarde, porque tras Tapapiés me fui con bastante buen sabor de boca.

Hay nombres que describen el sitio, y muy a mi pesar este no es el caso. El local me gusta bastante espacioso y no hay mucho ruido. La comida es ta bien, lo que no esta bien es la relación calidad precio, supongo que es el efecto de estar en una calle concurrida a la que todo el mundo va a tomarse algo. Tu inocente de ti te metes por el nombre y como decia la canción, al final de derrumbas al ver la P_​_​_​_​REALITAT.

Hoy ha sido un milagro. Hemos encontrado una mesa en la terraza a las 14,30 y sin esperar cola. Nos han traído una parrillada de carne deliciosa para dos personas por solo 17 euros. Y de postre, un tiramisú casero que hacía que se nos cayeran las lágrimas.
Y yo que pensaba que lo más rico que había comido aquí eran las croquetas pero no, cada día descubro una cosa nueva. Desde luego que nunca imaginaría que un bar tradicional español tendría tantas sorpresas.

Lugar mítico para quedar de forma sencilla en Lavapiés. Está nada más se sale del metro, y se ve muy bien.
Las cañas son baratas, y bien tiradas. Los camareros, muy enrollados. Incluso podéis picar algo en las mesas, o bien pegaros una buena cena o comida.
Como veis, un sitio que merece la pena conocer, de pasada y para quedaros.

El restaurante Soidemersol (Los Remedios, al revés) era un clásico hace ya muchos años, cuando lo regentaba un grupo de ancianos entrañables. Todo el mundo lo conocía como «El Económico» porque el precio de sus platos era irrisorio. Comida casera auténtica, sin estridencias, a precios muy bajos… ¡Era imposible conseguir mesa, sobre todo los domingos! Pero ocurrió lo que tenía que ocurrir: que los ancianos se jubilaron y traspasaron el negocio a un grupo de jóvenes, que conservaron el nombre y añadieron en la fachada el apodo que los ancianos se habían ganado a pulso. Entonces el restaurante dejó de ser tan económico y tan entrañable como era antes, pasando a ser un restaurante más, como otros muchos. Es lo que siento yo, aunque supongo que, si no conociste a aquellos ancianos y no puedes comparar, tampoco está tan mal… En realidad, está bastante bien, pero es lo que tienen los recuerdos y la nostalgia…

Un mítico de la creciente Costa Argumosa, que si bien es cierto no hace demasiado honor a su nombre. Tomarte unas cañas en su terracita cuesta lo que cuestan unas cañas en todas las terracitas de esta calle, si bien es cierto la tapa brilla por su ausencia, salvo unos frutos secos o aceitunas, es por eso que suponemos que la economía se la aplica a sí mismo el dueño. Lo que no le vamos a negar es que el nombre ya le ha dado para sustentarse unos añitos, puedes cenar bastante variado si miras la carta, otra cosa es que ese plato esté en la cocina o extrañamente no tengan. No es demasiado recomendable, sobre todo si lo que buscas es eso, ser económico, pues su precio es normal.

Cumple con el nombre. Para enredarse con las cañas y pagar menos, eso sí: evitar el baño. Barato si lo comparamos con los locales de al lado, pero aquí no se encontrarán gangas. Por eso se trata uno de los bares con clientes/​as más fieles. En ocasiones porque son agarrados/​as y en otras oportunidades porque la fuerza de su cartel les hace pensar que las cañas casi las regalan y siempre proponen su lugar de referencia para iniciar la tarde de farra.
El aperitivo que te ponen por caña consumida es frugal y triste: patatas fritas de bolsa o aceitunas. El menú, discreto como el desayuno, pero sobre todo lo segundo se agradece porque tampoco hay tantos sitios en esa calle para tener la primera comida del día. Cuando llega el buen tiempo disponen de terrazas, como son de las primeras de la calle conviene asegurar si ves sitio para sentarse y tomarte la primera caña. Porque en las posteriores será más complicado encontrar sitio.

Este bar era un mítico de Lavapies, porque lo llevaban unos abuelillos muy majetones y comías por unos precios bajísimos. 225 de las antiguas pesetas por un platazo de huevos fritos con patatas que quitaban el sentido.
Ahora es un bar de tapas sin más…cañas bien tiradas, raciones ricas y ambiente agradable, pero nada de «superbaratísimoyeconómico».
Eso sí, estar sentada en su tarraza en primavera y verano es uno de los placeres mejor pagados de la ciudad

Te voy a dar una razón de peso para ir a comer o cenar al económico. No te contaré el menú del día que por precio-​calidad, 9 euros, merece más que el nombre del bar.
El jueves 10 de marzo vino mi amigo Juanma de París. Quedamos con Ana y nos fuimos los tres a cenar: Parrillada de carne, wok de verduras con pollo y fideos chinos, botella de vino «el silencio» (un ribera), tiramisú. Cuarenta y cinco euros, todo buenísimo.
No voy a hablar del ambiente del bar, siempre lo hay a lo largo del día. Sólo una reseña para hacerte el entendido cuando lleves a tus amigos al económico y no te columpies como lo he hecho yo a lo largo de muchos años. El otro nombre del bar por el que es conocido es soidemersol. Éste era el nombre del disco de un grupo de pop de San Sebastián que se llama la Buena vida. Son un poco blandos, sí, pero en aquella época, los 90, me gustaban. El caso es que yo siempre me hacía el listillo y contaba que el nombre del bar era por la banda. Pero no, resulta que los primeros dueños, dos matrimonios de Zamora, quisieron poner como nombre al bar Los Remedios. Como ese nombre ya estaba registrado le dieron la vuelta al nombre.
¡Joder con los de Zamora! Nosotros yendo de modernos y hace setenta años ya nos daban mil vueltas. Gracias por esa primera vuelta

Para ser sinceros, el nombre del local no se ajusta a la realidad. No es que el sitio sea caro, es que entras pensando que vas a ahorrar pasta y, al ver la cuenta, descubres que el precio no es lo mejor del sitio. Es lo de siempre si se llamara Casa Menganito probablemente no crearía esas expectativas.
Está un poco descompensado el precio del menú del día (8.95 euros, bastante aceptable), con la carta. Por unos pimientos rellenos con frutos secos y arroz (que estaba bueno, sin más) pagué 9,5 euros. Y por una de bacalao con patatas confitadas, 10. Eso sí, la caña estaba bien tirada y está a 1,10.
Pero está claro que el lugar tiene algo, porque la popularidad no se regala y no es habitual ver muchos sitios libres.

noch eines der letztes cafés die herz und seele haben.
günstig, wie der name verspricht ist es zwar nicht mehr.
aber die preise sind ok!
nett auch zum auf der strasse sitzen.

en este lugar se podía comer un completo menú del día por un precio mas que ajustado, hace ya algunos años, de esos tiempos le viene el nombre, Tras un cambio de dueños con buen ojo comercial, que supieron mantener el aire del local, la comida casera, el menú del día Actualizando los precios eso si se convirtió en un sitio donde ’ alternativos, modernos, y demás ’ comen de vuelta del rastro. En el buen tiempo tienen terraza, y a pesar de que no es lo que era. es un buen sitio para comer. y forma parte del ambiente de Argumosa.