Un sitio muy pequeño pero acogedor, creo que tiene 7 mesas de dos y una de cuatro. Es un italiano poco habitual, en el menú no hay pizzas, pero no se echan en falta. Todo casero, todo perfectamente explicado por el dueño y todo con un punto exquisito. El trato excelente. Lo descubrimos de casualidad y ya hemos ido dos veces. Nada más llegar, te ponen una tapita de pasta que esta buenisima, y ya te vas haciendo a la idea, vas a comer bien. Recomendación, las lasañas, si lo pides te ponen un plato con tres trozos en vez de un solo tipo, pesto, carne y boletus. Los postres a la altura de toda la comida. Volveré otra vez, lo recomiendo.
Belén G.
Classificação do local: 4 Madrid
De entrada me pareció un poco pequeño el sitio, si tenéis pensado ir con un grupo grande no os lo recomiendo porque no creo ni que quepáis! Por lo demás, trato excelente de los camareros, súper hiper extra italianos(yo sospecho que el dueño exageraba su acento como reclamo, ¡no es normal ese acentazo! a veces costaba un poquito entenderle). Nos sugirieron platos y nos asesoraron bien. La comida buenísima, yo no las probé pero por lo que dijeron mis acompañantes, las lasañas(si lo pides te ponen un poquito de cada tipo, creo que eran tres diferentes) eran las más ricas que habían probado en su vida. De after postre os podéis imaginar lo que tocó por cortesía de la casa, no? Limoncellooo! Si podéis coger alguna ofertilla antes de ir mejor que mejor, me dio la sensación de que los precios se iban un poco de madre… por lo demás, genial.
Olaya O.
Classificação do local: 3 Madrid
La única pega que puedo ponerle a Da Gavino es que no tiene pizzas, y yo si voy a un italiano es para tomar pizza, esto fue lo que me echó para atrás una vez que venía aquí a comer tras una recomendación hacía unos meses. Al final el día que vine fue a tomar una caña, de la cual no recuerdo el precio, en barra acompañada de dos tipos de pasta distintas calentadas al microondas, ninguna locura, pero bien. El local no es muy amplio y la barra está en un pasillo bastante estrecho que lo hace un poco incómodo sobre todo si hay gente en las mesas y el camarero tiene que pasar todo el rato por ahí.
Jay G.
Classificação do local: 5 Laguna Niguel, CA
Excellent food and friendly service. The restaurant has only about 8 to 10 tables but it is a gem. The pasta is homemade and perfectly cooked and the sauces are superb. It is very informal. The restaurant is owned and run by genuinely warm Italians from Sardinia. Be sure to leave room for dessert.
Ramón P.
Classificação do local: 4 Madrid
Exquisito
Dennis S.
Classificação do local: 5 Hamburg
Nach mehreren Tagen Tapas, Ibericoschinken und Manchegokäse, brauchten wir mal etwas anderes und sind über Unilocal auf diesen Italiener gestoßen. Der Laden ist erstmal sehr unscheinbar, aber das Essen war unschlagbar. Die sizilianischen Besitzer waren unheimlich freundlich und haben uns köstliches Essen empfohlen und zum Abschluss gab es noch einen gratis Limoncello. Sollten wir nochmal nach Madrid kommen, werden wir definitiv wieder dort einkehren.
César D.
Classificação do local: 5 Madrid
Fui a cenar con un amigo italiano que lo conocía y rompió mis estereotipos de restaurantes italianos. El restaurante-bar es muy pequeño, y tanto el nombre como la decoración dedicada al perro de los dueños(sardos) Gavino(de hecho es un bar dog-friendly). Además de ser encantadores y acogedores, nos invitaron a tapas mientras decidíamos. Así que en un momento me sentía como en casa. A la hora de pedir, además de aconsejarnos bien fueron muy flexibles en preparar los platos /raciones para que pudiéramos compartir los 4 sin problemas. Las lasañas(nos dieron un variado) y los gnocchis(caseros) de los mejores que he comido(y voy mucho a Italia). El conejo al estilo sardo, un típico plato casero que no hay que perderse. Sólo tienen 3 postres, pero los 3(caseros, claro) valen la pena. Y durante la sobremesa nos invitaron a varios chupitos de limoncelo casero. Los 4(2 italianos incluidos) salimos encantados. Además de tapas y comidas, sirven copas(¡incluido spritz!) así que prácticamente cualquier hora del día puede ser buena para ir.
Fer A.
Classificação do local: 4 Madrid
Me había propuesto vencer a la rutina y dejar de visitar los mismos sitios en los que uno se siente querido y agasajado. Había que probar algo nuevo y para ello, lo mejor, era alejarme de mi siempre querida Malasaña. Quedamos el trio calavera en Alonso Martinez para dar una vuelta por la zona del Café Volta a ver que nos deparaba la noche. Terminamos en este local coqueto tipo idealista(pequeño), decorado con gusto en tonos naranjas las paredes con sillas altas alrededor de la barra que tienen decoradas con botellas de cerveza típicas de Cerdeña y unas pocas mesas para cenar sentado. Piqué y entre porque me llamó la atención el cartel de tapas en la entrada(muchas veces más reclamo que realidad) y el aire cuco del local. Tras la barra se encontraban dos muchachos italianos la mar de amables que nos recibieron con la afabilidad mediterránea de la que hacen gala nuestros compatriotas latinos en el galanteo femenino. Mientras escribo estas líneas compruebo que son Sardos de Cerdeña como ellos mismos proclaman en su web. Anunciaban en las paredes que también te ponen la comida para llevar y una variedad de vinos italianos que a mi, talibán del lúpulo y la cebada no me llama la atención, ni conozco, ni entiendo. El mini restaurante tiene precios bastante apañados para la zona. La caña es 1,40 y el doble –que te ponen por sistema cuando pides una caña– 2,50. Precio algo elevado, cierto, pero te lo acompañan con deliciosas tapas de comida casera italiana con su golpe de calor al microondas sí. Pero una lasaña recalentada está tan buena como recién horneada. En nuestra tanda nos pusieron un canapé de brandada de bacalao con una anchoa, rica rica. En la segunda ronda nos deleito con una pequeña porción para cada uno de «lasaña campidanese»(tres dados de 2 centimetros) e idénticas porciones de lasaña de boletus y edulis. Cariñosamente nos explico que la primera estaba hecha con carne y verdura, y que la segunda era de setas y edulis. Estaba deliciosisima, suave y sobre todo se notaba que era casera casera. La segunda directamente hizo que se me pegase el paladar a la lengua y los jugos gástricos hiciesen una ola en el estomago. A la tercera ronda, nos puso unas pequeñas porciones de tortilla de taglietella. O eso le entendí. Ni yo tengo un fino oido para los idiomas ni el muchacho es que fuera un premio Cervantes en el castellano. La tortilla estaba también muy sabrosa si bien no me hizo olvidar la lasaña de setas. Llegó el momento anecdótico y cuando pedí la cuenta, me debió entender una ronda más porque otra ronda de cervezas más que nos puso y nos cobró. El resultado es que no salimos de allí en toda la noche. Estábamos a gusto a si que, ni tan mal. Nuevo sitio conocido y que merece la pena revisitar, incluso para directamente cenar a la carta. Esa es la ventaja de cuando pones como tapa comida casera hecha con mimo. Que si está bien hecha, invita y apetece comerte la lasaña entera. Como esa de setas que ahora mismo me quita el sueño.