Cruz Blanca de Vallecas

Pues dicen que es el mejor cocido de Madrid… yo con el cocido tengo el problema de que lo comparo con el de mi madre y… es difícil de superar. Así que intentaré ser lo menos enmadrado posible y valorar el cocido en sí. Estaba bueno, la sopa algo clara, a mi me suele gustar un poco más espesa pero rica. La fuente que pusieron con los garbanzos, carnes, etc. era más que suficiente para los 5 comensales que éramos (bastante comilones todos y sobró). Quizá me pareció algo suave, me faltaba algo de sabor. Los postres estaban bien. La atención me pareció correcta pero no mucho más, en algunas peticiones (algo más de agua, pan) fueron demasiado lentos y bueno, para un total de cuenta de 35 euros por persona hubiéramos esperado un chupito de cortesía, pero ni por esas. Se quedan en el medio.

Que maravilla de sitio en el corazón de Vallecas. Que cervecita, que tapas, ¡qué cocido, señores! Solo he estado un par de veces tomando el aperitivo, pero me atrevería a decir que es de lo mejorcito de la zona para desayunar/​tapear/​comer. Estuve el fin de semana pasado y super bien. Fui con un familiar y pudimos coger mesa cerca de la ventana. Un par de cervecitas, una ración de tortilla de patata, inmensa (¡Ver foto!) y tan bien.
Los camareros super simpáticos, preparando todo para las comidas y charlando con nosotras al mismo tiempo. No nos quedamos mucho tiempo, pero vaya, que me hubiese encantado. Diría que es de los pocos sitios decentes que quedan por la zona. Habrá que volver cuando se pueda y quedarse más tiempo disfrutando de la comida, me quedé con ganas de probar más cositas.

Reservamos entre las 15:30 y 16. Llegamos a las 15:45. Nos sentaron a las 16:35. Pues nada, no entiendo porque ofrecen la posibilidad de reservar en ciertos sitios cuando después no cumplen los horarios en absoluto. Así que una primera impresión nefasta.
La sopa me pareció un poco sosa. Pero al resto de acompañantes les pareció que estaba muy buena, así que igual era sólo cosa mía hahaha.
El cocido estaba bueno, en general, pero nada espectacular tampoco. Imaginó que sorprende sobre todo por la cantidad de comida que te sirven.

Fui a comer cocido y la verdad que muy bueno.
Sí os gusta el la sopa fuerte y sustanciosa, este no será vuestro sitio favorito ya que es algo ligera. Yo soy de estómago débil y la verdad que lo agradecí.
La segunda parte del cocido es buenísima, tiene todo lo que tiene que llevar el cocido y con un sabor buenísimo. La cantidad también es de destacar, ponen una barbaridad y de precio está bastante bien, además lo que te sobra te lo envasan al vacío y te lo llevas a casa.
Un sitio cálido y con una buenísima atención, ideal para ir a tomar un cocido con amigos y pasar un buen rato.

Comencemos recordando cómo cuando te dicen que una peli es la leche y te va a flipar, siempre te suele dejar un poso de decepción cuando lo terminas viendo, aunque te haya gustado, por simple comparación con las expectativas; Pues esto es un poco lo que me ha pasado con este sitio.
Cuando te dicen que «supuestamente», un sitio pone el mejor cocido de Madrid, y que el mismo local así lo publicita, así, sin ningún rubor, pues te esperas una experiencia extrasensorial. Máxime cuando ir a comerte un cocidote con tus amigos ya forma parte de una tradición, si bien joven, bastante arraigada, y ya has visitado varios sitios con cocidos de primera línea. Pues bien, el cocido de La Cruz Blanca está bueno, sí, pero se queda lejos de las expectativas creadas.
Pues bien, tras unos aperitivos (¡croquetas!) que sí que estaban de escándalo, llegó la sopa del cocido que, francamente, dejaba muchísimo que desear: de sabor andaba justita y los fideos estaban absolutamente pasados y deshechos. Los garbanzos y el compango pues bien, pero no recuerdo ninguna lágrima emocionada deslizarse por mi mejilla. Vamos, que no repetí, y eso, amiguitos, no es algo habitual en mí.
Por otro lado, de bien nacido es de ser agradecido, y también debo decir que nos trataron estupendamente y nos invitaron a una copa al acabar, que en mi caso resultó ser un gin tonic elegido de una carta muy completa y cuidada, y que lo prepararon con un cariño excepcional y, este sí, resultó estar delicioso! (Apuntaos: Ginebra Geranium = tocar el cielo con los dedos). Iba a ponerle solo 3 estrellas por el cocido, pero este aspecto les proporciona la cuarta merecidamente.
Por último, comentar lo llamativo también del hecho de que, a las 18:30 de la tarde, estaban las mesas hasta arriba de clientes que se habían sentado a las 14:30 como nosotros, de lo que se desprende que el buen trato era marca de la casa y no un detalle especial con nosotros por amiguismos, y que realmente todo el mundo estaba muy a gusto allí.

Como buena madrileña soy fanática del cocido, especialmente el de mi señora abuela, que no se comercializa desgraciadamente en ningún establecimiento. Así que los cocidos que como por ahí los miro siempre con un poco de reticencia porque siempre pienso que no va a estar a la altura del que se come en mi familia. Esta vez, no podía ser menos.
Con motivo de la cocidada anual con mis amigos acudimos a la llamada del que es conocido como uno de los mejores cocidos de la capital. El sitio nos pillaba un pcoo a trasmano porque ninguno vivimos en la zona pero bueno, la promesa del mejor cocido del mundo parecía que justificaba el viaje.
El local es sencillo, típico restaurante castellano con la barra llena de tapas, parroquianos y mesas llenas de gente poniéndose a tope de cocido. Nosotros hicimos lo propio, pedimos cocido para todos (bueno, para menos de los que éramos porque somos conscientes de que siempre sobra y de hecho sobró). El primer plato, a decir verdad, fue un poco decepcionante a pesar de ser el más importante. La sopa, si bien no estaba mal de sabor, tenía los fideos muy pasados, casi derretidos. Y tampoco tenía un sabor MEGA exquisito como nos ha pasado otras veces. Un debut un poco chof.
Continuamos con los garbanzos, patatas, repollo y verduras variadas, que estaban bastante ricos, y luego con las carnes, buenas también, con un morcillo bastante jugoso. Pero ya digo, la sopa me decepcionó y me impide darle más estrellas al cocido porque me parece lo más importante de todo este plato.
Este cocido viene acompañado de guindillas verdes y cebolletas, que sé que no se maneja en todas las casas y a algunos les sorprende. No tienes por qué comerlas si no quieres porque vienen aparte, ojo. También tenía chorizo y morcilla, que tampoco se pone en todas partes; a mí me encantó aunque me repitieron bastantillo toda la tarde.
En general, un cocido bueno, abundantísimo pero con una sopa muy mejorable. El viaje hasta Vallecas medio mereció la pena, solamente.

Ay, ¡qué difícil es valorar algunas cosas de cuándo en cuándo! Nos acercamos a La Cruz Blanca de Vallecas atraídos por la Asociación de Amigos del Cocido, que les otorgó el galardón de «Mejor Cocido de España» hace un par de años. Yo no soy para nada un entendidísimo del cocido como pudieran serlo ellos, aunque tengo que decir que es una comida que me gusta tanto, y que he comido tantas –tantísimas– veces, que algo de experiencia tengo. Así que, como cada año, me junté con una enorme cantidad de amigos (algunos incluso se han ido mudando a otras ciudades con el paso de los años) y nos fuimos hasta Vallecas a probar este plato de cuchara que nos encandila a todos por igual.
Llegamos y nos pusieron un vino bastante rico, que era el de la casa. Y la verdad es que estaba realmente rico. Luego, como había gente que tardaba un poco en llegar, hicimos tiempo comiéndonos sendos pinchos de tortilla descomunales (ver fotos) que estaban muy ricos y unas croquetas que sabían divinas.
Y llegó el momento: la sopa. Personalmente, no me gustó en demasía. Para mí una sopa de cocido tiene que ser bien oscura, tener un sabor bastante fuertecito y fideos en su punto. Los fideos estaban bastante pasados (se deshacían, de hecho) y la sopa, para mi gusto, era demasiado ligera, menos mal que di buena cuenta de las guindillas. Por suerte, en su segunda parte, el cocido mejora. Nos avisaron de que era abundante (y lo es, para que os hagáis una idea tomamos doce sopas y ocho cocidos) y no mentían. Tenía de todo: patata, zanahoria, chorizo, morcilla, garbanzos (muy ricos, y son mi parte favorita del cocido), carne y una cosa que me sorprendió: en lugar de relleno, llevaba como una especie de albóndiga.
La verdad es que el segundo vuelco estaba rico, mientras que el primero… fue un poco decepcionante.
«¿A qué vienen las cuatro estrellas entonces?», se estará preguntando mucha gente. Pues a que el servicio fue, en opinión de todos los comensales, de diez. Estuvieron pendientes de nosotros durante toda la comida sin atosigar en absoluto, no nos faltó de nada y nos invitaron a las copas del final, que fueron unos gintonics preparados con toda su ceremonia. Y eso, para mí, es una parte importantísima de la experiencia. ¿Que el primer vuelco del cocido no fue como esperaba? Pues la verdad es que no, pero el buen hacer del personal, los camareros y el cocinero, que salió a ver qué tal todo, lo suplió con creces.