Para el que no lo conozca la dirección oficial desconcierta ¿en Puerta Cerrada? Pues sí y no, porque un corto tramo de la cuesta que baja hacia el puente de Segovia todavía se llama Puerta Cerrada y he comprobado que la calle Segovia no empieza donde parece, mire usted por donde. Este bar que había visto a veces de lejos no me atraía porque me daba pinta de cafetería-de-sandwich-mixto-a-la-plancha-untado-de-margarina. El caso es que por dentro tampoco llama la atención su estilo insulso-limpito, pero había gentecilla y con la caña en la mano mi valoración fue aumentando. Tenía ya gusa a esas horas y me apetecía pedir algo. Ví que ponían a una pareja una ración de boquerones en vinagre y ¡vaya si tenían buena pinta! Los pedí y ¡un acierto! magníficos de verdad. A partir de ahora para mí, si se habla de boquerones en vinagre por Puerta Cerrada, además de Bodegas Ricla, pensaré en Casa Otero. Otra gente estaba comiendo croquetas y además hay calamares y otras raciones. Tengo que volver para probar más cosas.