Casa Rua

I just had to review this place… as it’s where it all began: my first ever «tapa» back in 2003. This is before every hipster place in america started cutting their portions, throwing goat cheese beets on the plate and calling themselves «tapas restaurants».
I can’t say that these are the best tapas in Madrid (or even close to it… i’ve not spent an extensive amount of time tapas hunting in Madrid), but as far as I am concerned, they are the gold standard for what i look for when i get tapas in the USA (which always fall short): quick, cheap, nothing too fancy, very fresh, and… oh yea, on a big piece of bread.
This place struck me as genuine and surprisingly good for a place you may think would be tainted from being right on the tourist trap that is the Plaza Mayor. The upstairs is a good way to get away from the crowds, too. Make a stop and buen provecho.

This review is a comparison between Casa Rua and Museo del Jamón. Their fried squid sandwich was slightly better with a little bit more spices. I luckily had one with a newly fried squids so the squids were crispy enough. The price is a little bit more expensive 2.85 per sandwich and the size is bit smaller. But as I said before, quality is a bit at a higher bar.

Famous for their bocadillo de calamares (squid sandwiches), Casa Rua was incredibly packed when my family got here. The line had turned into a massive mob of people trying to get to the bar to order, interspersed with happy people eating and drinking. However, the staff churns sandwiches out and as long as you make eye contact with one of them, you’ll be helped.
We didn’t think the sandwiches were anything special, but they are cheap and filling. The calamari was also hot and the right amount of chewiness. I wouldn’t add Casa Rua to my list of places I have to return to, but if I were hungry and walking by, I would certainly help myself to another squid sandwich.

Uno de los sitios típicos para comer el bocadillo de calamares 2,85 €. Sitio pequeño en el cual se llena enseguida. Tiene una segunda planta con mesas y sillas altas. También es un sitio pequeño. Lo malo que no había aire acondicionado y aquello era un horno.

Pretty much every restaurant near Plaza Mayor has bocadillo de calamares which is why I was overwhelmed and about to give up and just check at Mercado San Miguel. Then on my way to the mercado I stumbled upon a big crowd of people eating calamari sandwiches on the street and a long line at Casa Rua. Sold!
The calamari was flavorful, tender and piping hot — went perfectly with the crusty bread. I normally like my fried calamari with some kind of sauce, but this didn’t need a thing! I happily stuffed my face and felt properly fueled up to face the hoards of people in the mercado!

Que puedo decir de este lugar que ya no se sepa.
Creo que toda persona que vive, visita o pasa por Madrid se debe comer aunque sea un bocata de calamares y la verdad es que yo he comido pocos pero uno de los mejores que he probado es el de casa Rua, con un servicio que pides tu bocadillo y tu bebida en la misma barra y ya después te lo puedes comer arriba donde siempre que he ido he encontrado sitio en las mesas altas o abajo en la barra o en una pequeña barrita que tienen un poco mas atrás.
Los Calamares fritos al momento le dan un toque muy sabroso a ese pan blando.
Los camareros creo que según el día que tengan pueden estar muy simpáticos o muy antipáticos.
Eso si no aceptan tarjeta de credito/​debito por lo que recuerda siempre llevar efectivo.
El precio de los bocadillos son 2,75 y 2,85 (el de calamares)
Es un lugar al que cuando algún familiar visitante en Madrid me pide comer el bocadillo este es el lugar elegido para llevarlo.

¿Qué puede haber más castizo que un bocadillo de calamares en la Plaza Mayor? Pues aparte del Chotis y el cocido, pocas cosas más se me ocurren.
En Casa Rua sirven el bocadillo sin adornos ni complicaciones, y aunque el resultado es muy simple, a mí me gusta tal cual. La gracia está en que los calamares no quedan aceitosos, y que el pan está crujiente. Por 2,85 € te ponen un bollo de pan, tipo viena, con una ración de calamares más que suficiente. Y te los fríen en el momento, delante de la clientela. La ventaja es que los calamares están recién hechos, y la desventaja que la ropa te coge un poco de olor a fritanga.
Por el mismo precio, también ponen bocadillos de morcilla, chorizo, tortilla, panceta y pimientos, entre otros. Eso sí, no tienen otra cosa que no sea bocadillos en la carta.
El local es muy pequeño y no tiene servicio de camareros. Tienes que pedir en la barra y consumir allí de pie o en un taburete, o bien subir a la primera planta, donde tienen algunas mesas.
Las paredes están decoradas con fotos antiguas de la Plaza Mayor, que muestran la distribución que la plaza tenía a principios de siglo.

We went here twice on our trip. The first time was in the middle of the afternoon on Wednesday, there were no customers and the tv was blaring. The man behind the counter looked truly irritated to see us walk in, and even more irritated that we were planning on ordering food and then handing over our money (I think it was love at first site for me ;P) We ordered two squid sandwiches and decided to take our meal to the sit along the side of the square in Plaza Mayor. The sandwiches were AMAZING and I think I ate mine in 4 bites. So, on Saturday we returned, much different atmosphere, the place was wall to wall with customers, all pushing into each other in order to place their order, this time you definitely couldn’t hear the tv over the buzz of people. After much patience and strategy to push our way to the counter to order we got our sandwiches and ran out. All in all an even more fun experience than the first time, and just as good!

Pues si vienes a Madrid y estás buscando un bocadillo de calamares. No busques más, lo has encontrado!

Bocadillo de calamares de toda la vida. El servicio bastante vago. Deja mucho que desear.

Café Rua is a fun (and small) local place right off the Plaza Mayor. Well, I’m not too sure how local, as it’s featured in the Rick Steves Spain 2011 book. It has been around since 1940, and the specialty is their bocadillo de calamares and washed down with a cold beer. Café Rua is a very casual and mostly stand up, although limited seating is available at the bar, at a small table in back, or upstairs. Its also a nice alternative to the pricey patio noshing on the Plaza Mayor (of which we did too).
Gayle and I enjoyed our quickly served sandwiches and with our cold cerveces, the bill came out to a reasonable 7.8 Euros (including free post cards). That was also just the added food-​fueled energy we needed to go out into a crowded evening with happy folks on the evening before Día de la Hispanidad. And did I mention that it was already way past our bed time?

Note to self:
We never tried the fried squid sandwiches here for 2 euros but it looks like the squid sit out in open area for a while after that it has been fried.
If you want a cheap eat away from the touristy patio seating area of Plaza Mayor, just come here.

La Plaza Mayor y sus aledaños están llenos de sitios donde comerse un bocadillo de calamares (o de lo que sea). Casa Rua es otra opción si, por ejemplo, La Campana está hasta arriba. Yo lo conozco de casualidad, ya que una vez que andaba de excursión por la capital acabé aquí en el «recreo».
Ya digo que es similar a los de la zona, así que encontrarás bocadillos baratos tanto de calamares como de casi cualquier «manjar» de cerdo. Eso sí, no es tan conocido y puede que haya menos gente. Está bien para hacer un alto en el camino, pero no es nada del otro mundo.

Bueno, dentro del panorama que hay en la Plaza Mayor, aquí no se está mal, las tapas y los bocatas están ricos y no te cobran como si tuvieses la sensación de que estás pagando unos calamares a precio de caviar de beluga iraní. En la parte de arriba hay unas mesas que no suelen estar muy concurridas.
Bocatas de calamares, panceta, beicon, chorizo, morcilla, tortilla y lomo, todos con opción de ser acompañados de queso. Ofertón de minis de cerveza, vino, sidra, kalimotxo o sangría acompañados de una ración de patatas bravas, entre seis y ocho euros… ¡y olé!