La Ideal

After receiving a recommendation from a local, my family and I squeezed into this tiny bar nestled in one of the side alleys flanking Plaza Mayor. La Ideal is the epitome of «hole in the wall.» The venue is long and narrow, with tiled walls and a lengthy mirror where you can watch the efficient servers distribute beer and their famous bocadillos de calamares (fried squid sandwiches). A lot of people simply stand at the bar and wolf down their meals, but we were fortunate enough to nab one of the handful of tables at the very back.
The bocadillos were simple, but pretty darn tasty. The bread was soft and the battered calamari were deliciously salty and completely devoid of that rubbery texture you often find in the U.S. The sandwich is super dry though, so wash it down with a small taza of beer. Not sure if the locals eat it with any sort of sauce, but feel free to ask… if your Spanish is up to par!

Bocata de calamares y mini de tinto de verano por 7,50 €, planazo no?
Te tiras al sol y disfrutar, también puedes ir a por el de morcilla si quieres variar un poco.
Luego para rematar recomiendo un café con pastelito de Belén en mercado de San Miguel o el Llao llao que acaban de abrir cerca.

Bocata brutal al alcance de cualquier bolsillo!
Fui con unos amigos italianos a este clásico de Madrid (que por otra parte no conocía ni yo, ya que siempre he solido ir al Bar Postas) y quedamos todos muy muy contentos, los calamares muy frescos y el pan crujiente!
El precio es super asequible y la caña está muy buena, además de tener la suerte de estar a 10 metros de la Plaza Mayor.
El personal es bastante profesional, y las aceitunas que te ponen son muy buenas!
Qué pena que el local no sea un poco más grande, pero… seguiría siendo lo mismo?
Recomendado :)

best calamari sandwich ever!
everyone must visit!

Mañometro: Viva el madrid castizo redios!!!
Entre rico, muy rico o riquismo, el domingo Merche M. — Ana C. y yo nos decidimos por un Madrid castizo y es que a pesar de ser maños de nacimiento cada vez nos sentimos mas identificados con esta nuestra comunidad (aunque intentemos colonizarla desde dentro).
Tras una excelente visita al rastro (sol en la testuz y aroma a sinfonier que ha vivido años mejores) surgió la pregunta entre las masas ¿dónde comemos algo? y para este tipo de dudas filosóficas no hay mejor que nuestro amado Unilocal,móvil en mano, aplicación en curso y un objetivo … calamares !!!
Y que calamares oigan, una delicia, yo no se si fue el hambre, la altura sobre el nivel del mar de la plaza Mayor o el cambio de hora pero dimos buena cuenta de ellos en cuestión de minutos, concluyendo los tres al unisono «Que bien nos ha sentado la leche».
Después de este domingo gato-​aragonés nos aventuramos para nuestra Bat-​cueva en cuatro caminos, teníamos calamar para rato.

Pues sí, que aquí sigue con el mismo precio anti-​crisis de ya de antes de que la crisis llegase, que ya es decir. Bocadillos geniales de calamares y grasa, de patatas bravas y tardes en la Plaza Mayor. De pedir apretado y salir oliendo a fritura infinita, de pasar calor en las estrecheces de la barra y disfrutar como un niño con el primer bocao… hasta que te das cuenta que no has pillado cacho de callamar y buscas sitio donde tirar el trozo insípido de pan con pan y le lanzas el ñasco al calamar que asoma.
La ideal es de precios populares. De bocadillos tradicionales. De tardes con amigos y birras. Me gusta, no pidas pulcritud.

Hace dos años del primer, y único, comentario de La Ideal. Y una cosa os voy a decir: el bocadillo de calamares no ha subido de precio, sigue costando 2,70 €. El pasado sábado, después de pasar la tarde de exposición en exposición, servidor se moría de hambre. Así que de camino a casa para luego ir a la verbena de La Paloma, decidí recalar en la Plaza Mayor a hacer algo tan castizo como agenciarme un bocata de calamares.
Aunque mi destino era La Campana, el destino quiso que me encontrase el establecimiento cerrado por vacaciones. Así que ni corto ni perezoso entré en el bar de al lado, que aunque tiene menos fama, al fin y al cabo tanto da que da lo mismo.
Dos segundos después de pedir los bocatas de calamares, ya los teníamos en nuestras manos. ¡Y no miento! Fue visto y no visto. Tras abonar el preceptivo precio, me di cuenta de que el pan estaba un poco blandurrio. Me extrañó, porque había tanta gente en el local que era IMPOSIBLE que nos dieran pan de ayer. Y no, obviamente no era de ayer, y el pan estaba hasta bueno… Eso sí, yo eché de menos que fuese un poquito más crujientito.
Los calamares, fenomenal. Eran frescos y estaban bien rebozados, con sus necesarias imperfecciones. Que cuando yo veo un calamar perfectamente cubierto, tiendo a desconfiar…

¿Qué hay más típico que comerse un bocata de calamares en la Plaza Mayor de Madrid? Creo que sólo dar tres saltitos sobre la placa del Kilómetro Cero en la Puerta del Sol.
Montones de guiris armados con chanclas y teleobjetivos gigantescos se arremolinan en los bares de la plaza para engullir a estos animalitos marinos sin saber que en una bocacalle de la misma plaza pueden comer el mismo manjar por muchísimo menos dinero. El ayuntamiento debería pagar a informadores de verdad que dieran este tipo de datos a los incautos visitantes.
Bueno, este no es el tema por el que estoy escribiendo. Escribo para contar que en la misma Plaza Mayor hay un bareto en el que ponen suculentos bocatas por 2,70 €. La Ideal es un local pequeño y grasiento, con forma de pasillo que desemboca en un comedor y en el que rara vez se encuentra un hueco libre y, sobre todo, tranquilidad. Allí se pueden comprar y degustar, junto al bar de al lado, los más ricos bocadillos de calamares de Madrid y, si hace buen tiempo, se pueden disfrutar en la misma Plaza Mayor, tomando el sol como si se estuviera sentado en una de las carísimas terrazas que la rodean.