Casa Camu

Esto solía ser un restaurante alemán en el que yo acabé alguna noche despechada bebiendo gin-​tonic como si no hubiera Dios en la Tierra, pero no es de esto de lo que hemos venido a hablar, es solo que me encanta ser una attention whore. La cuestión real es que ahora es una franquicia de una cadena de tostas, ensaladas y ese tipo de cosas para compartir desenfadadamente cuando eres un joven moderno y atrevido que disfruta mucho de Melendi. MUCHO. Lo suficiente como para que te pongan su disco entero en modo repetición durante todo el tiempo que estás allí, que para tomarte un par de cafés con gente a la que no ves habitualmente tiende a ser bastante. Una auténtica tortura, aunque el café era bastante aceptable y aprendimos muchas cosas sobre el carajillo que no sabíamos.
En cuanto a la comida, ni idea, pero no puedo decir que estuviera hasta los botes, aunque lo achaco más al hostil invierno que a otra cosa. Como tengo un colega que vive al lado, prometo acercarme otro día a probarla aunque sea por mero afán de completismo.