Muta

Como su nombre indica, Muta es un bar que cada cierto tiempo cambia de concepto y de tipo de cocina. Ahora tienen especialidades baleares, y es todo un acierto. Las ensalmadas mutantes (rellenas de foie y fruta de temporada) están muy buenas, y la coca de sobrasada, higo y cebolla es todo un acierto. No sé cómo será dentro de unos meses, pero el lado mallorquín funciona. Hasta tienen el licor aperitivo Palo.

Fuimos con amigos cuando Sala de Despiece estaba demasiada llena de gente. Tiene los mismos dueños (y el mismo diseñador) de Sala, pero no había mucha gente y nos dieron una mesa para seis sin espera. Su especialidad, el Txangurro, fue delicioso. Nunca habíamos visto un plato así, y le preguntamos al camarero si era un cangrejo. «No,» nos dijo como si fuera un personaje en un libro de Hemingway, «Es mucho más noble que el cangrejo.»
Tienen varios platos del norte de España desde Galicia a Navarra. Todo la comida fue bien — no tan bien como la de Sala — pero bastante bien para volver.

Creo que esperaba demasiado de este sitio.
A ver, la comida está buena, muy buena, pero hay cosas que no me gustan, los precios demasiado altos para el tamaño de las raciones, es un sitio un poco pijo un poco de moda, no sé, pero molaría que se cortasen un poco en ese sentido. Si fuera un pelín más barato, yo iría todo el rsato, pero a este precio me lo pienso.
Tomamos un guiso de judías con langostinos, muy rico pero la racion eran 3 cacitos (muy –itos) .
Una ensalada de tomate navarro espectacular.
Los mejillones fueron flojos, yo soy una gran mejillonera y no acabaron de gustarme, un regusto final raro, y demasiada cebolla cocida.
También tomé cachopo, riquisimo, y el chuletón de 750gr. que ni de coña era de 750 gr, las cosas como son y cuesta 22 €.
Lo de la chistorra huevo y pan era un chiste, muy rico pero el tamaño de la chistorrina, ridículo.
Así que aunque bien comida me fui con un sabor amargo en mi boca y es que creo que los sitios aparte de estar de moda tienen que ser razonables en sus precios y no sé si este aguantará el tirón cuando pase la novedad.

Había oido hablar mucho de la nueva (y supuestamente mejorada) calle Ponzano así que un Viernes noche decidí visitarla y así poder criticar con conocimiento. Pues bien, odié su ambiente desde el primer momento (qué ha pasado con los bares de viejos!!!)! Resumen: clones del pequeño Nicolás, cañas a 2.50 €, vinos a 3.50 €, tapas minúsculas (patatas fritas de bolsa con pimentón son una delicatesen se supone) y mucho, mucho Barbour mezclado con pretensión y quiero y no puedo.
En esta última categoría metería al Muta. Un local pequeño que muta según el chef y la carta sugerida, buena idea sino fuera porque no cumple con las expectativas.
Al llegar, el local estaba vacío aunque se fue llenando poco a poco. Pedimos una caña y un albariño (overpriced) que venían con la respectiva «tapa» de patatas de bolsa y pimentón. Los platos siguientes continuaron con esta misiva de «menos es más y más aun te voy a cobrar porque puedo y es tu culpa por venir». Adjunto fotos explicativas y si hay algún lector gallego, me disculpo de antemano por esta atrocidad madrileña, supuestamente gallega.12 euros la pata de pulpo con 100 gramos de grelos, los (el)huevo (s) con chistorra (8 eur.) dieron lugar a muchos chistes durante la cena.
Salí del local con un sabor amargo en la boca, no por la comida, que no es que fuese horrible pero tampoco espectacular, sino por la sensación de que Madrid està perdiendo el norte. Ni ponzano es la nueva ruta gastronómica ni están justificados estos locales donde prima el esnobismo sin ser conscientes de los tiempos que corren. Y es que en Madrid no se necesitan rutas, cualquier barrio puede tener una joya gastronómica y definitivamente una calle no hace por defecto bueno un restaurante.

Tapear por Ponzano es un gusto, siempre puedes encontrar desde los bares más castizos a restaurantes con ese toque innovador que se diferencian del resto. En este caso encontramos Muta. Un bar que recuerda a los puestos de comida callejera de otras ciudades, durante la mañana tiene mesas y sillas para ofrecerte su desayuno o un almuerzo #Mutaequilibrio que combina diferentes platos para confeccionar tu menú.
Por la noche comienza la verdadera esencia de Muta, las mesas se recogen para dar más espacio al lugar y se ofrece una carta enfocada a un tipo de comida, en nuestro caso estaba la carta de Muta Brasil, una pequeña hamburguesa deliciosa y acompañada de agua de coco que habían preparado con mucho mimo. Puedo decir que me gustó mucho.
Ahora disponen del menú de Muta Norte, con productos del norte de España que no dejarán a nadie indiferente.
Como curiosidad decir que tienen una máquina a la entrada para hacer tu pedido.

Muta es un local en permanente cambio. Por un lado, cambia durante el día, pasando de ser un restaurante de menús, a ser un bar de tapas por la tarde, y de cócteles por la noche. Y no sólo cambia la carta a lo largo del día, sino también la decoración, ya que tienen una serie de módulos mobiliarios que van moviendo, de forma que las mesas y sillas del almuerzo, se transforman en taburetes altos para la cena, y en barras para la hora de los cócteles.
Además también hay cambios temáticos en la carta. Ahora mismo toda la carta está inspirada en Brasil, pero a partir de diciembre se cambiará por completo.
Yo fui a la hora de cenar y probé la hamburguesa con piña y mojo verde, y de beber, el agua de coco. Me encantó la combinación, que me pareció muy exótica.
Los pedidos se hacen a través de una máquina que hay en la entrada del local, y luego los recoges en la barra.

Me habían hablado mucho de este sitio. Va mutando, no sólo por meses sino también a lo largo del día. Fuimos al menú del día. Vas conjugando una proteína, un hidrato… Rico, pero para el precio, sin más. Tras la sopa miso o el puré del día, todo junto en lo que puede parecer un plato combinado. Y de bebida sólo puedes elegir entre té frío, caliente o zumo. Por casi 15 € (14,90 €), se pueden encontrar mejores opciones en Madrid. Ahora es Brasil, esperemos a sus próximas mutaciones.

Me gusta mucho el concepto. Un lugar que va «mutando» según la temporada. De loa mismos que la Sala de Despiece. Precios asequibles y buena atención y comida.