Me declaro admirador de este sitio. Algo carillo como por aquí dicen, creo que sí lo es, pero el rollito me encanta, tanto al mediodía, como por la tarde o tarde-noche(momento este último donde se suele petar…). Los yayos una caña! algo peligrosillos, desde luego, si se abusa. Buen vermú, y hay un hombre que debe ser uno de los dueños que parece medio retirado, que me encanta!(ahí en la foto está). Para mí un lugar entrañable en nuestras visitas a Madrid, de paso absolutamente obligado, que por cierto y como bien dicen por aquí también, está muy bien situado en Malasaña.
Lisette L.
Classificação do local: 5 KEY WEST, FL
The best bar in Malasaña, very friendly people and good tapas(especially callos con garbanzos) and Miguel is the best!!!
Pablo D.
Classificação do local: 3 Pozuelo de Alarcón, Madrid
Bueno… un sitio típico de la noche madrileña, con un diploma y todo que lo certifica. La verdad es que no recuerdo desde cuándo me dijeron que está abierto, pero desde luego parecen como mínimo 70 años. El lugar es pequeño como un pasillo, esa es la verdad. Hay casi más sitio al otro lado de la barra. Pero la tradición es la tradición, y como no puede ser de otra manera, aquí hay que pedir«yayos». Según me han contado es una mezcla entre vermut, ginebra y sprite, pero a mi no me supo ni a lo uno ni a lo otro. Con más de tres hay que empezar a controlar, eso seguro. Y cuidado los que seáis débiles de estómago, porque si os pasáis por aquí después de haber cenado fuerte, ese cóctel no lo aguanta cualquiera. Os lo digo por experiencia.
Alexandre I.
Classificação do local: 5 Madrid
Los yayos! Sin palabras! Acabar uno para empezar otro! Una bebida maravillosa! Rico sabor, fresquitos, pero ojo… No más de 3, 4 para los valientes. Un rincón tradicional en el magnífico barrio de Malasaña.
Sabela P.
Classificação do local: 3 México, D.F., México
Tasca madrileña con mucho encanto y un vermouth de la casa, llamado«yayo» que alegra cualquier aperitivo o pre salida nocturna.
Levi S.
Classificação do local: 4 Chicago, IL
Hipsters, I call ye forth to come patronize this hipster mecca. Are you a hipster? You like ratty, cut-off jean shorts? You like ironic tattoos, empty glasses frames and bikes a little too much? Got a girlfriend in a t-shirt with its sleeves cut off and half her head shaved? Pitchfork not fresh enough so you turned to the Hype Machine? Your people have commandeered Casa Camacho. Went in there on a Saturday night, was shown this place by a friend, and it was wall-to-wall hipsters. Amazing, like they were exhibited in all their glory in their natural habitat. Casa Camacho is indeed a dive I’d fondly refer to as a «s**thole», at least on Saturday night past midnight. It’s got a long, narrow foyer where all the patrons stand, lean and drink. A long, dingy bar bisects the area and the candy-striped bartenders race back and forth on a platform, pulling Mahou into little glasses. The specialty of the house is the Yayo, which I had to explain to my Spanish friends is a Cuban slang for«cocaine». The drink is half vermuth and half gin, and goes for like 1.50. My instinct is to be snarky about it, but it’s actually kind of tasty. Hipsters, I liked this place. I’ll go back. You, however, will LOVE this place. It will jibe with your aesthetic and social sensibilities. Oh, and a tidbit of history while you’re thinking of further gentrifying Madrid’s old red-light district: there’s a certificate on the wall in this place, tar-stained as the cornices, that says Casa Camacho was recognized as «classic Madrileño»…in 1974. Like you and your friends, it doesn’t get much more original than this.
Alo Z.
Classificação do local: 2 Madrid
Es un local rectangular, con más espacio para los camareros que para la clientela, que está siempre hasta la bandera y en el que lograr un palmo en el que apoyar tu vaso se convierte en una odisea equiparable a cruzar el estrecho con los pies engrilletados. La cerveza está buena, pero no es barata, creo que es 1,50 la caña pequeña. El vino de la casa, que es el que se debe pedir en todo rulo céntrico que se precie, vale por el estilo y está bastante mejorable. Los yayos me suena q son a dos euros, si bien nunca los he probado así que no puedo emitir juicio alguno. Las tapas? Puedes darte con un canto en los dientes si la tapa para siete consumiciones es un platito de café con aceitunas y cebolleta(verídico, me ha pasado). El sitio está sorprendentemente lleno a todas horas con la clientela más variopinta del mundo, desde la nieta de Emilio Botín hasta un limpiabotas jubilado pueden ser pasto del Casa Camacho. Huele a mofeta y el camarero más mayor da la sensación de estar permanentemente borracho, aunque no, porque se entera de todo. El más joven se entera de algo más, pero es bastante desagradable y tiene el feo(aunque comprensible en cierto modo) detalle de obligarte a pagar según pides la ronda, lo cual es una faena como vayas con unos cuantos porque, dado el petamiento del sitio, maniobrar para juntar la pasta es misión imposible. Y entonces… ¿por qué vas? Supongo que la ubicación es buena, el lugar es un clásico de esos q hacen q le des nuevas oportunidades solo por su renombre y el hecho de que el gran Juan Madrid lo nombre en sus libros es un fetiche personal que me hace sentirme como dentro de una novela cada vez q estoy allí(sí, es un frikismo algo enfermizo, lo reconozco). Objetivamente, prometo no volver. Realmente, sé que volveré para seguir teniendo motivos para quejarme.
Rober G.
Classificação do local: 5 Madrid
Decir Casa Camacho es decir ‘yayo’, pídete uno y te sacarán una tapita de aceitunas o frutos secos y 2 euros de la cartera. Siempre suele estar lleno y si quieres salir a la calle a tomar un poco el aire con tu bebida este señor tan ‘simpático’ te dirá que no es posible. Una vez pruebas los yayos no puedes dejar de volver.
Borja A.
Classificação do local: 4 Madrid
Yayos y vermout de grifo acompañados del sota, caballo y rey de las tapas castizas: patatas chip y aceitunas. Y poco más que añadir.
Lolo R.
Classificação do local: 4 Madrid
Absoluto bar de viejos de esos del Madrid profundo, de los que te sirven un vermú con un plato de olivas que quitan el sentido y que sorprendentemente se llenan de todo tipo de habituales de Malasaña: vecinos del barrio de esos«detodalavida» que conocen el local desde que abrió; modernos que adoran su carácter casticista y todo tipo de guiris absolutamente prendados del encanto del lugar. Quizá la única pega que se le puede poner es que es tirando a carete, y que al final en uno de estos, uno se espera unos precios irrisorios. Al fin y al cabo, tampoco han tenido que reformar el bar desde que lo abrieron, ¿no?
Miriam N.
Classificação do local: 3 Madrid
Un bar de los castizos, de los que llevan años y años en Madrid, algo que se deja ver en una foto que cuelga en la pared donde salen los camareros, los mismos desde que abrió, mucho más jóvenes y con algo más de pelo. Es algo tan típico pero raro a la vez, que cuando quieres ir al baño tienes que pasarte por debajo de la barra y pasar al otro lado… y compartirlo con los chicos, porque allí no hay uno para ellos y otro para ellas. Siempre que he ido ha estado bastante lleno, el ambiente ha sido bueno y alguna que otra cervecilla o vermú han caído. La original forma de lavar los vasos también es de lo más curioso. Tienes que pasarte por allí para verlo y poder sentirte en la Madrid profunda, en la de tradición, en definitiva… en la castiza.
Rafael L.
Classificação do local: 5 Madrid
¿Qué se puede decir de un sitio pequeño hasta la claustrofobia, incómodo, donde apoyar la cerveza en cualquier superficie es puro milagro y donde cada vez que quieres ir al aseo tienes que pasarte al otro lado de la barra, es decir superarla por debajo(para lo cual tienes que doblarte imposiblemente), esquivar a los castizos camareros que encuentres cuando te incorpores y casi meterte en la cocina? Pues no lo sé, pero cada vez que he venido lo he pasado de puta madre. Y sí, ya digo que es exiguo y difícil, pero esto facilita las cosas, porque la gente aquí lo que quiere es conocer gente, y es muy difícil no hacerlo cuando estás respirando el aliento del de la conversación de al lado y rozando el culo de la de más allá, si es que el más allá existe en una caja de cerillas. Me gusta este sitio, qué puedo decir.
Alberto P.
Classificação do local: 4 Madrid
Otra de las tabernas de Madrid con encanto, castizas, de esas por las que el tiempo parece no haber pasado. Casa Camacho es el reino del vermú, de la berenjena de Almagro, de los pepinillos con anchoa, los encurtidos de toda la vida. Lleva abierto desde 1927. Además del aspecto de otra época, antiguas tinajas donde almacenan el vermú, la grifería de la barra, botellas de alcohol con abundante partículas de polvo subsahariano, me gusta la convivencia del público variopinto que se da en la tasca; viejecitos del barrio, modernos de Malasaña, guiris maravillados del retrato costumbrista que supone la primera impresión al entrar al bar. Hay tres detalles que me parecen fantásticos: Un banco modelo mobiliario urbano para sentarse a la izquierda del bar, que haya que pasar por debajo del mostrador de la barra para entrar a los baños, y su cóctel castizo, nada que envidiar a los de Chicote; el yayo, casera, ginebra y vermú. ¡Si es que los abuelos sabían latín!
Marta C.
Classificação do local: 5 Madrid
El sitio no es muy allá. Me recuerda al típico bar de ‘viejecillos’ pero lo cierto es que se llena de gente joven y tienen una bebida llamada ‘yayos’ que es OBLIGATORIA probar!
Segism
Classificação do local: 5 Madrid, Spain
This is a little no-fuss bar in the middle of the Malasaña district, the bohemian barhopping area of Madrid. You will NOT find anything fancy here, but you’ll notice right away that you don’t even need it. They serve a mean home made vermouth and some tasty tapas. Try the patatas bravas or the little tuna-and-olive combos. Or just have a beer and hang out. The best — and the worst — of Malasaña will parade in front of your tipsy eyes and after a while it will seem like you belong to the place. It’s run by three brothers who apparently have always been there, they are good-humoured and well-behaved and don’t even complain when you bend over and slide yourself underneath the bar to get to the bathroom — which is inside, past the kitchen, behind some curtains. Do not miss it!