Carlos Tartiere

Todo rico. Pero merece la pena hacer algo de sitio xa el magnífico arroz con leche de postre. El trato y servicio excelente también

Si te gusta la cocina asturiana tienes que dejarte caer por Carlos Tartiere, muy importante ¡¡Reserva! Porque se llena y es un chasco quedarte sin mesa, aunque a pocos metros tienes su restaurante hermano COUZAPIN.
Nada más entrar, un gran barra de piedra, frente a ella, mesas y bancos de madera para tapear o comer informalmente, en cada mesa, una botella de Sidra con la que acompañar la comida. Al final del pasillo, el comedor, muy bien iluminado y con mesas amplias, decorado con azulejos y vidrieras en sus ventanas.
Nosotros fuimos aprovechando la I Ruta de la Fabada en Madrid, sorpresa al descubrir sus postres caseros, en particular su Arroz con Leche Requemado, es uno de sus mejores que hemos probado en Madrid, cremoso y nada pesado, con una placa muy fina y crujiente en su superficie de azúcar requemado.
Aunque no somos muy de fabada y más de cocido, nos gustó mucho su fabada asturiana, está hecha con productos de primera calidad, sus Fabes son especialmente cultivadas para ellos, no las encontrarás en otro sitio. Una fabada cremosa, donde no notas la piel de sus alubias al morderlas, muy buenas.
Experiencia muy recomendable.

Muy correcto este Asturiano cerquita del Retiro. Nos hemos metido un homenaje de los buenos para recibir a un buen amigo que estuvo un año fuera de España. Y ha sido todo un acierto. Hemos salido a 38 Euros con copita incluida. Tomamos unos cuantos platos para compartir y las raciones generosas; y hemos salido rodando… Croquetas variadas, patatas con lacón, media de callos, chipirones encebollados, escalopines al cabrales, fabes con almejas y fabada. La tarde está siendo de dura digestión!!! :)

Excellent food! Incredible service! We were treated with free chorizo pies, free pumpkin soup, free postre chupitos, amazing atmosphere! I will definitely be back! …and we got free souvenirs too!

Me encanta este restaurante. De raciones los chipirones encebollados sin duda y el puding de cabracho… Ideales para amenizar una reunión de amigos.

Hoy, para celebrar el año nuevo hemos ido a conocer este restaurante.
A todos nos ha gustado mucho. Hemos compartido pastel de cabracho, lacón, empanada de bonito, merluza a la plancha, solomillo y fabada. Todo riquísimo y en especial la fabada, espectacular y la merluza, la mejor que he probado en mi vida.
Hemos tomado un buen vino, sidra y postres. Entrantes muy ricos y chupito invitación de la casa. Unos 35 € por persona. Buen servicio.
Un sitio altamente recomendable.

Aviso para los amantes de la comida contundente y la gastronomía asturiana: tenéis que pasaros por el Carlos Tartiere.
Tiene el mismo nombre que el campo de fútbol del Oviedo, pero no confundir, no tienen nada que ver. Aquí no verás porterías, futbolistas o líneas de cal, pero podrás disfrutar de un buen rato entre cañas, sidra y tapas.
Descubrí esta sidrería hace un par de semanas. Fue una de esas veces en que no hay quien se ponga de acuerdo sobre a dónde ir. Entonces un amigo vio la luz y nos habló de este sitio. El precio depende del plan en el que vayas; puedes ir a comer en mesa y salir casi rodando por unos 30 euros, o bien ir a tomar unas cañas y unas tapas, algo que sale por bastante menos precio y te permite pasar un buen rato. Yo fui en este segundo plan y, qué decir, repetiré. Todos quedamos muy contentos y puedo decir sin miedo a equivocarme que, de los asturianos que he visitado en Madrid, éste está entre los que de verdad merecen la pena.
El local no es que destaque por ser bonito, a saber: manteles de cuadros y decoración rústica. Es bastante amplio, pero visto lo visto es mejor reservar por si las moscas. Si tuviera que escoger recomendaríà la tortilla paisana, aunque tengo pendiente comer un día y probar las fabes, que tenían un aspecto estupendo.

Mis primas viven por esta zona y siempre que quedo con ellas vamos a tomar unas tapas al «asturiano», así es como nosotras lo llamamos. Tiene una zona de restaurante y otra de tapeo, todo decorado muy a la asturiana. En la barra hay varios mostradores dónde puedes ver embutidos y una extensa gama de quesos, entre los que se encuentra el cabrales. Siempre que me pido una cerveza me ponen un bollo preñao relleno de choricito ¡Buenísimo!
Las tapas están riquísimas y el precio no es muy caro, teniendo en cuenta la calidad. Si quieres que te salga barato vete de tapas y pide la empanada y las patatas al cabrales. Si has cobrado ese día y te sientes generoso entonces yo me decantaría por el pulpo, las navajas y las fabes con almejas. Por supuesto no puede faltar la sidra… Sería un pecado.
Tienes el parque del Retiro muy cerca, para dar un paseo y bajar la comida.

Este restaurante asturiano está siempre hasta arriba. Si no queréis apiñaros en la barra, hay que reservar. Se come fenomenal, en cantidad, y casero. La tapa de pastel de cabracho, cortesía de la casa, ya anticipa la comilona.
De entrantes os recomiendo los cogollos con ventresca, los chipirones encebollados y si os gustan, los callos caseros. El chorizo a la sidra, inexplicablemente, estaba flojillo.
De segundo probamos los escalopines al cabrales, las fabes con bogavante –una fuente con un bogavante «precioso» rodeado de fabes-​, una exquisita merluza a la sidra y un solmillo troceado.
Cerramos con unos licores (a cuenta de la casa), los cafelillos de rigor y la desgustación de tres postres variados.
Nos atendieron muy bien a pesar de estar hasta la bandera.
Comimos como ceporros y no llegó a 40 € por barba. Si sois prudentes, se come fenomenal por unos 20 €. ;)

Sitio ruidoso típico para celebraciones con amigos o cenas de navidad. Cierran menús de grupo y se come bastante bien pero hay que reservar con antelación y aparcar por allí es complicado pese a que sea zona azul.