Bar Lozano

Precios muy buenos, se puede comer una hamburguesa en condición por 3 €. La caña siempre viene acompañada de un aperitivo, y propone ofertas que valen la pena cuando vienes con más personas, o sea un paraiso para los estudiantes ! El bar tiene pinta de lo que me gusta llamar «cutrebar», pero vale la pena si quieres tomar algo por la noche y disfrutar de un super sandwich o una buena hamburguesa. Lo recomiendo para los estudiantes y la gente que esta a final del mes. Eso si, ir entre semanas, porque a partir del jueves con los estudiantes se rellena.
Un buen descubrimiento que he hecho gracias a los usuarios de Unilocal,y ahora lo recomiendo yo ;)

Es increíble que como hamburguesera de pro no hubiera pisado este sitio hasta enero del 2015…
Pues eso, que es un mítico de las noches malasañeras ¡y yo sin enterarme! El Lozano es un bar de los de toda la vida, estrechito, con una barra que llena todo el local y normalmente a reventar.
Su éxito radica en una combinación ejemplar de minis de kalimotxo y cervezas a buen precio con hamburguarras y otras fritangas batalleras que entran tan bien a primera hora de la noche, a última y los días de resaca.
Todo el mundo proclama lo riquérrimas que están las burgers pero, a decir verdad, no son nada del otro mundo. Carne industrial, pan chungo y grandes dosis de ketchup de barril esperan a hipsters y clientes de toda la vida. Aún así, a 3 euritos y a pleno centro, ¡poco más se puede pedir!
Un buen detalle es que la jarrita (2 €) se acompaña de una tapita, en nuestro caso croquetas.

Las hamburguesas son exquisitas, cada vez ha ido subiendo más el precio pero se mantiene en lo normal.
El bar es pequeñito y ruidoso, beber cerveza no es desorbitadamente caro, además siempre hay ofertas.
imprescindible si vas a salir por malasaña, es un lugar mítico.

Que se puede decir de uno de los más antiguos grasa bares del mundo!!! (madrileño y malasañero)
Es una institución del universitario, más que cualquier biblioligoteca, mucho más que cualquier parque, y mucho más mejor que cualquier universidad de la calle con el profesor desengaño en master class.
El lozano, el bar donde si te terminabas 15 minis te regalaban una tortilla, lugar de encuentro y etilización juvenil peligró y así se publicó por el decaímiento de la Renta antigua. Pero sobrevivió y sigue estando igual de moda (aunque nunca lo estuvo) –el término moda no se le puede aplicar a un antro que huye de ellas. Minis de cerveza (y calimocho) relativamente barato, hamburguesas para saciar el apetito y empapar el etanol con una parrilla con solera, platos combinados para atascar arterias y un caracter dicharachero de los camareros que se agradece encontrar. Siempre atestado de gente entre una pared y una estrecha barra, con un par de mesas y salón para celebraciones cumpleañeras baratas, multitud de ofertas para comer y beber al ritmo del bullicio.
Lo dicho, el lozano es un grasa bar del que salir con el corazón dichoso, oliendo a la hamburguesa de la parrilla y con la barriga bien llena de cerveza.

Qué de noches míticas en éste bar! qué de noches locas y joviales entre minis de kali y cerveza, si esas paredes hablasen. porque mis lagunas a ésta edad son importantes. Sólo recuerdo minis y minis y gente, mucha gente siempre.
Bar mítico donde los haya, esa «oferta» de los 15 minis y te regalamos una tortilla. Creo que sólo lo he hecho una vez y hace milenios. Podrían ponernos la «insignia» de inmortal a los que hemos conseguido ese logro jajaja ahora no lo hago sino es yendo como 20 personas!
Pero al lío, volví después de un tiempo sin pisarlo y sigue con ese «algo» que me encanta. Ese olor a fritanga, esa simpatía de los camareros. era como volver a mi época kalimotxera. Pues la misma Noche de Reyes se decidió hacer otra incursión, puesto que estaba en peligro por la nueva ley de «renta antigua» y no sabíamos si peligraría su existencia. Pues esa Noche hasta había «flyers» que te regalaban una jarrita o chupito. Se decidió por chupito y al lío. Unos cuantos minis de cerveza, un bocata de lomo y una hamburguesa como cena para 2 de nuestros amigos.
Sobrevive como perro viejo que es. Y allí volvimos y seguiré yendo en cuanto tenga ocasión.

Nunca cutre y barato estuvieron tan bien representados y supieron tan rico!
El mejor bar de Madrid sin pretensiones donde lo que manda es la buena cerveza, el calimocho y las bravas.
Es el típico bar antiguo de toda la vida, que regentan dos hermanos en Malasaña, que sirven minis de cerveza y calimocho y cuyo mayor atractivo son sus baratos precios.
He pasado allí toda mi adolescencia poniéndome contento a base de calimocho y gordo comiendo bravas, y años después sigo volviendo.
Unos de sus puntos fuertes son sus MINI HAMBURGUESAS con queso que preparan a la plancha. No tienen nada especial, salvo que serán las mejores hamburguesas por 2 € que habréis comido nunca, por no mencionar que si pedís 4 os regalan la 5.
Buscar por sus paredes todas las ofertas que existen y prometedme que saldréis de allí borrachos jeje.

Llegamos a este bar casi sin querer, porque los bares y restaurantes de la zona estaban hasta arriba, y damos gracias por haberlo encontrado. Bueno, bonito y barato. Comimos comida de verdad, con un trato muy amable, y acabamos hasta arriba, por un precio muy bueno. Estaba vacío cuando entramos, pero en seguida llegaron algunos clientes más, gente joven.
Muy recomendable, tanto para comer como para tomar unas cerveza y alguna copa, ya que parece que tienen buenos precios en las bebidas.

Acudí a este bar porque apareció en el mini documental «La muerte del bar español y la invasión del plato cuadrado», de David Álvarez e Ivar Muñoz-​Rojas. Una pieza en la que se alerta con bastante dramatismo de la desaparición de los bares tradicionales en beneficio de los locales ‘fashion’ de plato cuadrado.
Esperaba encontrar un lugar desolado, prácticamente sin clientes, tal y como se muestra en el documental, pero en su lugar me topé con un sitio lleno de ambiente y bullicio, con camareros gritando los pedidos y el sabor clásico de los sitios de toda la vida.
El Bar Lozano tiene su gracia, sin duda, como bar de tapas típico del barrio de Malasaña. Comida y bebida muy barata en un espacio reducido, en el que se encuentran los trasnochadores de la zona. Cualquier otro día me dejaré caer por ahí para constatar que la marcha madrileña, si bien no se acerca a lo que fue hace unos años, todavía no muere.

Uno de esos sitios que conoces en tu juventud más gamberra y que te reconforta ver cómo aguanta el paso de los años.
Lo mejor: sus precios. Lo peor: que es un poco «humilde», pero tampoco es un fallo, es sólo el contraste con los sitios que están floreciendo alrededor.
Siempre encontrarás gente joven en su interior. Las bebidas son buenas y los platos, también de toda la vida, saciarán tu apetito.
Recomendados los bocatas y las hamburguesas.

Clásico de la noche Malasañera. Y referencia de los calimocheros (kalimotxeros), hay ofertas al más puro estilo mercadillo: cuanto más compres más barato te sale. Una pena que no pase lo mismo con los minis de cerveza, pero que se le va a hacer.
Normalmente está petado, y por algo será.
También he oído hablar de su manjares, pero sólo he probado las hamburguesas. De batalla, pero sacian y son bastante baratas

Mención especial merecen sus hamburguesas caseras a 2,5 €. Sabrosas!

Es un bar con mucha solera, de estos que cada vez quedan menos en el barrio. Y ha estado soportando puerta con puerta las obras del edificio de al lado que tiraron abajo, y que ya he perdido la cuenta de los años que llevan (por fin parece que lo terminan).
Es prácticamente un pasillo para estar en la barra, con dos o tres mesitas para un par de personas por mesa.
Es un bar que tiene mucha vida por la noche, ya que se llena de gente joven que bebe sus minis por diez euros y comen sus tortillas o bocatas de lomo, etc. por un módico precio. Así que no esperes una tortilla a lo Jose Luis o un bar de diseño.
Otro punto a favor es que son muy amables y siempre te dejan que pases al baño, si tienes una urgencia, aunque no estés en el bar.

De los que me encantan. Mi cutre bar favorito. Pequeño, lleno, con los minis de cerveza y de calimotxo baratísimos. Raciones de bravas y ali oli, hamburguesacas enormes y bartas, raciones si te pones más exquisita…
Además, aunque se supone que no se puede, lo mejor es sacarse bebida y comida a la plaza de algo más arriba. Entre el grupo la conocemos como la Plaza del Lozano, y si preguntas por el barrio, seguro que todo el mundo te sabe decir dónde está.