Escondido, perdido y encontrado. El Viejo Piano es una joya que no te esperas encontrar. Se ubica en la frontera de un polígono industrial y un barrio obrero, allí donde la máxima aspiración es encontrar un bar de menús nos topamos con un lugar singular. Una excelente gama de whiskys convive con otra de brandy, ginebras y una pequeña multitud de cervezas selectas. Todo elegido con cariño y buen hacer. Como los conciertos en directo de pequeño formato. Un lugar donde perderse y que acoge a una parroquia de sibaritas normales, que no necesitan aparentar. Si estás aquí no es por casualidad.