Classificação do local: 5 Hospitalet de Llobregat, Barcelona
Josep Prats es una de las calles que rodea al Mercat del Centre de L’Hospitalet de LLobregat y que llega hasta Cornellà. Allí nos encontramos con el Celler 1912 con más de 100 años de historia. Cuando entras en el local su enjundia te atrapa y reconoces la autenticidad del sitio. Aunque se ha hecho alguna mínima reforma, el Celler 1912 sigue siendo fiel a su origen y conserva esos rasgos que le hacen reconocible a primera vista como un lugar con solera que se confirma al escudriñar sus rincones, sus estanterias de botas donde todavía puedes comprar vinos a granel y sus Gildas o Banderillas caseras que sólo encontraremos allí. Estas Gildas están hechas«a medida», con una receta tan simple como preguntar al cliente cual es su opinión: ¿os ha gustado? ¿creéis que podemos añadir algo? ¿demasiado fuerte?, porque al cliente, si le preguntas, te contesta y lo hace sinceramente. No hay mejor forma de conocer el «mercado» que entablar esa complicidad con quien casi cada día te visita. Hace ya un par de años que Celler 1912 lo llevan Roc y Oliver. Aunque pocos cambios han habido, todos han sido para mejorar. El goteo de gente es constante. Todos cargados con el carro de la compra, las botellas para rellenar y alguna consulta sobre como mantener una bota. Es el alto en el camino obligado antes o después de la visita al mercado. Siguen con su solera, sus barriles, sus rincones con algún pequeño añadido para que la gente esté más cómoda. Como novedad, han introducido algunos productos Gourmet: conservas, Embutidos de l’Empordà, Aceites aromatizados, una selección de vinos embotellados, y algún «xampanyillo» de Girona. A diario nos ofrecen un surtido de montaditos que hacen justo antes de servirlos a mediodía y por la tarde para que se puedan tomar recién hechos y notar el crujir de su pan de Coca, que además podemos saborear en un tapeo degustación por tan solo 12 Euros. Las Gildas se mantienen como el producto estrella del local y todas están hechas por ellos mismos, con cariño y esmero. Constantemente salen pequeñas bandejas para ir reponiendo. Las anchoas, siempre en salazón que van limpiando y que tanto trabajo les dan. Las olivas, con algún aliño, los boquerones en vinagre, los quesos en aceite, las alcachofas… Tienen una especial predilección por«la Nuri» llamada así en honor a una clienta por su sugerencia para acabar de redondearla y darle un toque único: una almendra, envuelta de tomate seco, pepinillo, anchoa y oliva. Ahora tienen en mente dar un pequeño giro de tuerca más, pero no debemos temer nada, porque la esencia se mantendrá. Todo tiene su justa medida y parece que ellos la han encontrado. ¿Qué podemos esperar a partir de ahora y poco a poco? Pues en breve tendremos una mayor variedad de cervezas artesanas y de importación, además de las clásicas embotelladas. Quieren ampliar la oferta de vinos a granel(quizá algún oporto y alguna garnacha) e iniciarse en la organización de eventos gastronómicos: degustaciones de vinos, maridajes con cervezas, coctelería con vermut, etc.