Tienen pajaritos en jaulas que cantan y barricas de vino gigantes. El Priorat dulce está muy bueno, por dos euros te llevas un litro en botella de plástico. La bodega es auténtica y real, la mestresa tiene su casa en la trastienda, como antes, y si no hay nadie la ves allí haciendo punto o mirando alguna revista. Además de tomarte algo puedes comprar algunas cosas para picar.
Agustín P.
Classificação do local: 3 Barcelona
En la céntrica calle Enric Granados, llena de locales modernos y chics sobrevive una bodega de las de toda la vida. Pero no es una bodega cualquiera, es una bodega-vivienda. Al fondo de este estrecho establecimiento una puerta semiabierta separa el comercio de la casa. Funciona como tienda de barrio en la que poder hacer tus compras básicas sin necesidad de acudir al super y también como bar. Te puedes tomar una cerveza o un vino acompañados de un poco de queso o unas patatas fritas. La mesas son los propios barriles de vino vacíos. También te puedes llevar litro y medio de tinto en una botella de agua reciclada para hacer un cutre botellón calimochero. El sitio es bien curioso y aunque la simpatía no sea la mayor virtud de su dueña, merece la pena entrar para verlo, aunque solo sea para comprar un frigodedo.