Bar mítico de l’Eixample, conocido por todo barcelonés, ya que es uno de esos bares«de toda la vida». De toda mi vida, de la de mis padres y hasta de mis abuelos, pues abrió sus puertas en 1929, y el local ha logrado conservar todo su encanto. El bar hace«xamfrà» y dispone de una agradable terraza con bastantes horas de sol. Lo mejor son sus tapas y sus bocadillos, y recomiendo el de tortilla y el de fuet. La ración de tortilla de patatas también está bien. El servicio es rápido y eficiente, y el precio es correcto. Es un buen lugar donde sentarse a leer, desayunar, picar algo, o tomar unas tapas con los amigos.
Estela C.
Classificação do local: 5 Barcelona
Mauri es de esos rincones de Barcelona que una desearía que no desaparecieran ni cambiaran nunca. Atravesar sus puertas es dar un salto atrás en el tiempo, quizá a aquella Barcelona burguesa y elegantona de los años 20, cuando las señoras salían a pasear con gorros de felpa y los señores con trajes de tres piezas. El sitio tiene un encanto viejuno divino y debería permanecer así siempre: ajeno al paso del tiempo, a las modas, los años pasan para todo aquél que lo visita pero para él no. El local es una preciosa cafetería de tipo burgués un poco decimonónico, con pequeños rincones llenos de mesas y sillas de madera, ribeteados dorados y dos enormes mostradores presidiendo la entrada llenitos de deliciosas cosas: a la izquierda, la repostería, a la derecha, los salados, de manera que te inclinas curiosa sobre ellos a indagar qué tienen y qué te vas a comer y te dan allí las diez y las once las doce y la una y las dos. Pero no importa, porque Mauri realmente es un sitio que invita a quedarse allí horas, calentándote la vida con un café o compartiendo encendida chala con alguien. Y mientras las señoras serpentean por los rincones con sus bastones y sus chales, las madres descansan con los carritos de los niños mientras se regalan un croissant y los oficinistas de la zona hacen un merecido break para coger energías. Para todo el mundo cuando sale a la calle, el reloj empieza a correr.
Inma V.
Classificação do local: 5 Nueva York, Estados Unidos
El Mauri es de los poco sitio que, tras haber pasado mi época de estudiante, sigo visitando. Antes porque estaba relativamente cerca de una escuela a la que iba y ahora porque me parece un lugar encantador. Es un bar de barrio conservado como debía de estar hace más de cuarenta años pero con mucho«rollo». Al ocupar el local del chaflán, la terraza es bastante despejada y da el sol casi todo el día. Tiene un buen ambiento por las mañanas, con gente joven desayunando y leyendo la prensa. Y también es muy recomendable para la hora del vermut pero mejor entre semana porque esta zona del Eixample los fines de semana está bastante muerta.
Raül R.
Classificação do local: 4 Barcelona
Encantador local de l’Eixample. Y de los de toda la vida, cosa que lo hace más único. Me encanta su terraza en pleno chaflán; un chaflán especialmente amplio, casi como una plaza. Es para ir un fin de semana por la mañana; zona tranquila, bar tranquilo, tú tranquilo, agenciarte una cerveza y algo para picar y quedarte con la cara al sol(y la camisa abrochada y bien cerrada). Dentro, las mesas bajas y el ambiente oscuro dan pie a conspirar, o a espiar lo que pasa en la calle sin ser visto, o a jugar al dominó con un amigo imaginario. Da igual, aquí dentro no pasa el tiempo. Son uno de los incontables lugares que participan en el bookcrossing. Personalmente, lo siento pero me parece algo friki: o lees o haces gimcanas, y hay otras formas de leer gratis(¿una biblioteca?), pero en fin, hay gustos para todo, incluso hay gente a quien no le gusta los encantadores locales de l’Eixample, sí hombre, esos de toda la vida.
Laia O.
Classificação do local: 4 Barcelona
Conserva el encanto de los bares de antes, o al menos así me imagino los bares de nuestros abuelos, aunque la verdad es que siempre está lleno de gente joven, mayoritariamente, o bien desayunando, o haciendo el vermú, o bien haciendo unas cañas con alguna tapa. Entre el Balta Bar, la bodega de Sant Miquel y este, se crea un triángulo para hacer unas cañas, tapas o vermú en esa zona del Eixample Esquerre.
Marta M.
Classificação do local: 5 Barcelona
Otro de los locales que forman parte de mi historia y que ocupan mi corazón. Tanto que asisto con reparo al paso del tiempo: la jubilación de la dueña del local se acerca y me preocupa que caiga en manos de alguién que lo transforme en otro garitucho con cartel feo, luces blancas de bajo consumo y tropecientas tragaperras en la entrada. Cruzo los dedos para que esto no pase y mientras tanto, sigo tomando café y croissant alguna que otra mañana y bebiendo cerveza los viernes por la tarde con los colegas de siempre. El Mauri es cuco, muy cuco, y tiene un punto antiguo que lo hace único. Su terraza ocupa la esquina más soleada de las cuatro que forman las calles Aribau y Provenza. Sus mesas son pequeñas y bajitas, de esas que acercan a las personas y dificultan la lectura del diario. Las luces ajustadas y la atmósfera de tertulia apaciguan el ánimo e invitan a conversar. Y los libros que se esconden en la sala de atrás esconden sorpresa: forman parte del proyecto bookcrossing.