Compostura de Encendedores

Es uno de los establecimientos más atípicos que me haya tocado ver en esta ciudad: un señor que puso su pequeño local junto a una cantina, y da servicio a encendedores, sean nuevos o antiguos, sean caros o sean baratos.
Prácticamente su especialidad es cargarlos de gas o gasolina, para lo cual es muy hábil. Pero eso sí, cuando un encendedor ya no funciona, él mismo te dice que está fuera de sus posibilidades e incluso te indica dónde podrían arreglártelo.
El señor gusta de la buena charla, realmente a todo mundo le busca plática, muy al estilo de los peluqueros de antaño.
Es curioso pero cada vez tiene más clientela, quizá por lo poco común del servicio que brinda. Incluso hay que sacar «ficha» para ser atendido (anota tu nombre en su palma de su mano y te dice que regreses en 25 minutos, regresas en ese tiempo y debes esperar otra media hora pues no para la plática ni las carcajadas con los numerosos clientes). Lo recomiendo.
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