Café El Jarocho

Es buen café, y realmente hay que apoyar a las empresas mexicanas y no a las transnacionales.

Un lugar tranquilo para disfrutar de un café más que aceptable ya sea sólo, en compañía de tus amigos o pareja. Podrás elegir entre un café o un té, si tienes hambre puedes optar por alguna de sus tortas o acompañar tu bebida con uno de sus postres que no es muy variado pero no están mal, sus precios son más que accesibles. Tienen servicio WiFi gratis si gustas de navegar por la red sin prisas o si eres de los que gusta leer un libro también puedes hacerlo, tienen un par de mesas pequeñas afuera del local y adentro cuentan con algunas más. Lo malo es que en ocasiones tienen un poco alto el volumen de las TV’s.

Sin duda de mis sucursales favoritas: Esta es la ideal para echar chisme y es lo suficiente grande para que puedas acudir con todos tus amigos y ponerse al día en lo que ha sido de sus vidas.
Tiene muchas ventajas y es que cuando eres Godinez y hace frío o quieres despertar bien, este café nos queda de paso a muchos.
La otra ventaja es que te puedes ir con tu libros recién comprados en la Gandhi a este café donde nada te molestará.
Los precios son iguales que en las demás sucursales o sea accesibles y el café igual que las demás sucursales es muy bueno. En pocas palabras es bueno, bonito y barato.

Yo soy jarocha y no sé por qué este café se llama El jarocho, pero sin duda lo adoptaría como mi paisano o pariente.
Hay miles de sucursales, pero esta me gusta porque está cerca de las librerías de Quevedo. Mil veces prefiero venir aquí por mi café que comprarlo en el Starbucks de Gandhi (el café La Selva del Fondo de cultura sí me gusta, pero de todos modos me quedo con El jarocho). Aquí tienes, a un lado, las librerías de nuevo, y del otro, la de viejo. Ah, y enfrente el parque, qué bonito.
El café es bueno y muy barato. Alguna vez incluso he comprado un kilo molido para preparar en casa, me gusta su sabor. También me gustan las donas y los pays.
El servicio no es el mejor (ahí les falla el jarochismo, los empleados no son dicharacheros). De cualquier modo yo prefiero café rico, a precios justos, aunque no me llamen por mi nombre.

Las cafeterías y molinos de El Jarocho son muy famosos en el rumbo de Coyoacán, gracias sobre todo a su excelente calidad, sus precios justos y sus enormes donas.
No puedes pedir un café más fresco: aquí se muele café a todas horas y el aroma invade las cuadras aledañas. Compra aquí tu kilo de café para la semana, pero también disfruta de las especialidades de la casa: americano, capuchino exprés, de olla, cortado, latte mokachino, etcétera. Y si no te gusta el café, hay varias opciones sin caféína, como el delicioso chocolate y más de cuarenta tipos de té (toronja, negro con menta, verde, chai, manzana con canela…), servidos fríos o calientes.
Pocos lo saben, pero las tortas de Café El Jarocho son de muy buena calidad. Recomiendo la especialidad Jarocha (milanesa, jamón y queso) o la Cubana (pierna, jamón y queso). En cuanto a lo dulce, lo que más atrae son las donas espolvoreadas de gran tamaño, pero la verdad es que el pay de queso, el panqué de nuez con amaranto y los roles son deliciosos.